De cómo la conocimos

En el noveno mes de cada año, se puede observar con mayor ímpetu el fervor que los habitantes de esta capital profesan a la Virgen de Guadalupe, patrona de la Ciudad de la Plata, hoy Sucre, … pero ¿cómo nació esa devoción guadalupana en habitantes de estas tierras? 

Virgen de Guadalupe de la ciudad de La Plata, hoy Sucre.

Virgen de Guadalupe de la ciudad de La Plata, hoy Sucre.

Acercamiento de la Virgen extremeña.

Acercamiento de la Virgen extremeña.

Virgen de Guadalupe atribuida a Gregorio Gamarra.

Virgen de Guadalupe atribuida a Gregorio Gamarra.

Virgen de Guadalupe de Extremadura, España.

Virgen de Guadalupe de Extremadura, España.

Virgen de Guadalupe de Lima, Perú.

Virgen de Guadalupe de Lima, Perú.


    María Luisa Suárez Villegas
    Ecos / 06/09/2022 01:42

    En el noveno mes de cada año, se puede observar con mayor ímpetu el fervor que los habitantes de esta capital profesan a la Virgen de Guadalupe, patrona de la Ciudad de la Plata, hoy Sucre, … pero ¿cómo nació esa devoción guadalupana en habitantes de estas tierras? 

    La historia nos cuenta que fue desde el Convento de la Virgen de Guadalupe de Extremadura – España, que enviaban periódicamente a sus comisionados a la América descubierta con la tarea de conformar cofradías bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe, “…y cobrar limosnas que a la vez servirían para solventar los gastos que tenían los hospitales y enfermerías en dicho convento donde medicinaban gratuitamente a la gente pobre” (Thorrez, B.N. 2002). 

    Fue en 1599 cuando dos comisionados, entre los que se encontraba Fray Diego de Ocaña, desembarcaron en Puerto Rico de tierras americanas para seguir su recorrido por Portobelo, Panamá, Perú; y después de muchos acaecimientos, llegar el 18 de julio de 1600 a la Villa Imperial de Carlos V, hoy Potosí. 

    Estando en Potosí, Diego de Ocaña, recibe la invitación del Obispo Ramírez de Vergara para ir hasta la ciudad de La Plata y pintar una imagen de la Virgen de Guadalupe similar a la de Extremadura, además de conformar cofradías para fomentar la devoción. 

    El 10 de octubre de 1601 fue recibido y alojado en la residencia del deán Juan de Larrátegui; e invitado, para el día siguiente, a la misa de nueve que se llevaría a cabo en la Catedral de La Plata. En momentos en que se celebraba la misa se produjo un inusitado terremoto, que describió de la siguiente manera: “…estando en el adoremos te vino un gran temblor que parecía que se caía la iglesia, y sólo atiné a pedir a la virgen de Guadalupe… ¡¡salvadnos!!”, y fue en ese instante en que dejo de temblar el piso. A este suceso se reconoció como uno de los primeros milagros que hizo la Virgen de Guadalupe en tierras de la Real Audiencia de Charcas.  

    Después de casi dos meses, Diego de Ocaña terminó de pintar la imagen de la guadalupana para la ciudad de La Plata. Viendo que era necesario guarnecerla con algunas perlas o piedras preciosas, fue el deán quien salió a pedir apoyo a los habitantes. Nos cuentan que todo el pueblo fue donando joyas, incluido el obispo, ya que la Madre de Jesús fue quien les salvo del terremoto. 

    La imagen quedo lista para su entronización en el mes de diciembre, y fue el mismo obispo Vergara quien proporcionó un sitio en la Catedral Metropolitana para la veneración de la Virgen de Guadalupe, sitio que anteriormente había obtenido para construir capilla para su enterramiento. 

    Fue en 1617, al ver que la capilla quedó muy pequeña para la cantidad de fieles, que el Arzobispo Fr. Gerónimo Méndez de la Tierda ordenó ampliarla y abrir una puerta para comunicarla con la calle, habiéndose construido una hermosa portada de piedra artísticamente labrada que hoy podemos contemplar. 

    La fiesta de entronización de la Virgen de Guadalupe de la ciudad de La Plata se definió para el primer domingo después de la epifanía, y fue planificada con mucho esmero. Ocaña, nos indica que: “fueron los caballeros de las diferentes órdenes que la acompañaron (en procesión) con antorchas encendidas” hasta la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios (hoy salón multifuncional del Colegio Sagrado Corazón), donde al día siguiente las monjas cantaron la misa asistida por los prebendados de la Catedral, ministriles y músicos que eran muy buenos. 

    Participaron de esta fiesta los mercaderes, los caballeros, los comerciantes, los del clero, los de audiencia, el pueblo, las comunidades campesinas; todos estuvieron presentes con sus pendones y sus cofradías. “Cuando les tocó a las comunidades campesinas, dicen que entró el Cacique Aimoro, lujosamente vestido, sobre un brioso caballo, que parecía ser un Duque de España” (Thorrez, B.N. 2002). 

    La mencionada celebración duró ocho días y en ella se sintió el repicar de campanas, se vio procesiones, se rezó la novena y se escuchó los sermones. La ciudad fue iluminada en las torres existentes, hubo fuegos artificiales, carros alegóricos, danzas y música de indios, corridas de toros e incluso una representación teatral titulada “Comedia de Nuestra Señora de Guadalupe y sus Milagros” escrita por el mismo fraile. El argumento de esta representación teatral se refiere a la historia de la Virgen de Guadalupe de Extremadura y entre sus personajes figuraban el Papa Gregorio y los obispos de Sevilla. 

    De los esfuerzos, impulsados con enorme fe, realizados por Fray Diego de Ocaña para fomentar la devoción por la Virgen de Guadalupe en territorios americanos como el de la ciudad de La Plata, acudiendo a la representación artística de la imagen y a su entronización, a la comedia escrita y a la misma fiesta como tal; podemos decir que dieron grandes e imperecederos frutos, el fervor ha calado hondo en el espíritu de los lugareños, pues pasaron más de cuatrocientos años en los que anualmente se renueva la devoción guadalupana, expresada de diferentes maneras por nosotros, sus fieles devotos •

    Bibliografia y fuentes consultadas

    Fray Diego de Ocaña - Fray Arturo Álvarez Notas en torno a la Virgen de Guadalupe venerada en la Catedral de Sucre en Un Viaje Fascinante Por La América Hispana Del Siglo XVI. 

    Javier Campos y Fernández de Sevilla (2016). Difusión De La Imagen De La Virgen De Guadalupe De Extremadura En El Virreinato Del Perú En El Siglo XVII1 Real Centro Universitario Escorial María Cristina y Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Publicado en Revista de Temas de Estética y Arte (Sevilla), XXX 107-141

    Roso Díaz, J. (2008). El fraile jerónimo Diego de Ocaña, un apunto sobre devoción mariana, arte y literatura en la América hispana del barroco. En Anuario de Estudios Filológicos. ISSN 0210-8178, vol. XXXI. Universidad de Extremadura.

    Thórrez Martínez, B.N. (2002) Cuatro siglos de veneración. Verdadera historia de  la Virgen de Guadalupe de La Plata, hoy Sucre. Sucre, Bolivia.

    Fray Diego de Ocaña pintó seis imágenes de la Virgen de Guadalupe: 

    La de Panamá: “Traía conmigo una imagen muy curiosa que yo había hecho en Panamá. Sáquela para que la viesen algunas personas, y lleváronla a un enfermo y a todos les parecía bien… rogaba yo a nuestra Señora que se aficionasen a su retrato”.

    La de Lima: “Hízose una imagen muy linda y rica, del mismo tamaño de la de España, pintada en lienzo…” 

    La de Potosí: “Comencé a hacer una imagen y retrato de nuestra Señora de Guadalupe… Viendo esto y que me aconsejaban todos con quien tomaba parecer, que convenía se hiciese la imagen, ansí para lo de presente como para lo de adelante, lo puse luego por obra”

    La de Chuquisaca: “Comencé, pues, en casa del deán a hacer la imagen como si yo fuera el pintor más extremado de mundo…”

    La del Cuzco: “Y con ayuda de las cosas que el pueblo dio, hice una imagen muy linda y con muchas joyas…”

    La del Valle de Ica: “Determiné de tomar trabajo y hacer una imagen como las demás que dejo en otros pueblos…”

    Campos J. y De Sevilla, F. 

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