Se puede curar al Pilcomayo

En el Departamento de Potosí, la actividad minera amenaza constantemente a las frágiles fuentes de agua que posee y contribuye en alto grado a la contaminación de los afluentes del río transfronterizo del Pilcomayo

Se puede curar al Pilcomayo

Se puede curar al Pilcomayo Foto: Cedida

Aguas que salen de pasivos ambientales mineros drenando muy cerca de una de las lagunas de abastecimiento de la ciudad

Aguas que salen de pasivos ambientales mineros drenando muy cerca de una de las lagunas de abastecimiento de la ciudad Foto: Cedida

Coberturas que caracterizan los ecosistemas que rodean una de las lagunas del Kari Kari, que dan vida a su función estratégica de provisión de agua.

Coberturas que caracterizan los ecosistemas que rodean una de las lagunas del Kari Kari, que dan vida a su función estratégica de provisión de agua. Foto: Cedida

Sitios de operaciones mineras y pasivos ambientales mineros sobre el cerro Rico, muy cerca de la ciudad de Potosí.

Sitios de operaciones mineras y pasivos ambientales mineros sobre el cerro Rico, muy cerca de la ciudad de Potosí. Foto: Cedida

Una de las lagunas del Kari Kari que proveen el 50% del agua al sistema de abastecimiento de la ciudad de Potosí.

Una de las lagunas del Kari Kari que proveen el 50% del agua al sistema de abastecimiento de la ciudad de Potosí. Foto: Cedida

Villa Imperial de Potosí, Patrimonio Mundial de la Humanidad. Al fondo se observa el Cerro Rico.

Villa Imperial de Potosí, Patrimonio Mundial de la Humanidad. Al fondo se observa el Cerro Rico. Foto: Cedida


    Evelyn Campos López ECOS / Cristo Pérez
    Ecos / 12/09/2022 00:38

    En el Departamento de Potosí, la actividad minera amenaza constantemente a las frágiles fuentes de agua que posee y contribuye en alto grado a la contaminación de los afluentes del río transfronterizo del Pilcomayo, con metales pesados y aguas residuales domésticas que afectan a la salud y el estándar de esperanza de vida de las comunidades.   

    Por ejemplo, el 23 de julio, fue noticia el colapso del dique de colas en Agua Dulce de la Federación Departamental de Cooperativas Mineras (Fedecomin) de Potosí, donde los residuos mineros llegaron a los afluentes del Pilcomayo, perturbando la seguridad alimentaria de comunidades ribereñas que tienen vocación agrícola de subsistencia, e incluso impactando a otras en el municipio de Sucre.  

    Se estima que el colapso descargó 13.000 toneladas de residuos mineros a lo largo de la quebrada de Jayasmayu, que se conecta con el río Tarapaya; este, a su vez, es afluente del Pilcomayo. 

    La necesidad mundial por minerales como la plata, zinc, estaño y otros sigue siendo la promesa para traer cierta prosperidad a Potosí. Pero ¿a qué costo?, ¿y para quién son los beneficios finales? el contexto global sugiere que la presión en el agua y los impactos ambientales seguirán aumentado en esta región del sur de Bolivia por cuenta de la demanda tecnológica.   

    No obstante, en el horizonte local no todo es desolador. Hay un grupo de ciudadanos que reconoce que es vital para su subsistencia la conservación de fuentes de agua y ecosistemas estratégicos, la descontaminación ambiental de las riberas de los afluentes del río Pilcomayo y la gestión de los cientos de pasivos ambientales mineros.   

    En este contexto, es más que evidente que los mineros contaminaron el río Pilcomayo, pero también es verdad que este puede curarse. 

    Cristo Pérez investigador del Centro para Latinoamérica con sede en Bogotá, Colombia, del Programa Bolivia WATCH, conducido por el Instituto de Ambiente de Estocolmo, con patrocinio de la Agencia y Cooperación Sueca, recuerda el homenaje que el etnobotánico Wade Davis, hizo al río de la Magdalena de Colombia. 

    “Si lograr la descontaminación de ríos y sus afluentes parece una noción puramente quijotesca, un sueño ingenuo, consideren la historia de otros dos ríos, ambos en mucho peor estado que el Magdalena, pero hace una generación: el Hudson, que desemboca en el Atlántico justo debajo de la ciudad de Nueva York, y el río Támesis, que atraviesa Londres en su corto recorrido hasta el mar”.   

    En ambos casos, los ríos y sus afluentes estaban contaminados con aguas residuales y metales pesados, pesticidas y productos químicos tóxicos. El cambio comenzó con un pequeño grupo de ciudadanos que fueron capaces de canalizar acciones legales y políticas para que los principales contaminadores se vieran obligados a modificar sus prácticas y pagar el costo de la rehabilitación de los ríos.   

    “En sus palabras, el renacimiento ecológico de un río no requiere necesariamente grandes inversiones. El primer paso es simplemente reducir las actividades responsables de la contaminación”, manifiesta Pérez.  

    Estudio Cuenca Pampa Huari en Potosí  

    Ivana Bellido Manzano, responsable de la oficina regional de la Cuenca Pampa Huari en Potosí, explica a ECOS que esta instancia se relaciona con la Gobernación y todas las alcaldías de los municipios que están involucrados con esa cuenca.   

    Asimismo, trabaja en coordinación con el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), la Administración Autónoma Para Obras Sanitarias (Aapos), la Sociedad Boliviana de Ecología (SOPE), el Servicio Departamental de Riego (Sederi) y la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra (APMT).  

    Asegura que trabajan entre ellas para conseguir información o hacer intercambio de datos y organizar reuniones en las que se toma ciertas acciones relacionadas con la cuenca.  

    Pérez explica que la cuenca Pampa Huari es pequeña, tiene una extensión de 200 kilómetros cuadrados, está al sur oeste de Bolivia, se extiende por siete municipios del Departamento de Potosí, especialmente por Yocalla, Tinguipaya y la ciudad de Potosí.  

    Es una cuenca urbana y el 90 % de su población está en la ciudad de Potosí y esto, según Pérez, genera cierto nivel de complejidad en las acciones que se toma.  

    Tres pilares  

    El trabajo del Programa Bolivia WATCH se basa en tres pilares: Entendiendo las condiciones de la cuenca, sus características biofísicas para tener una idea de la disponibilidad de agua que tiene y para satisfacer las necesidades de las actividades que se desarrolla allí.  

    El segundo pilar vincula la gestión integral de recursos hídricos que normalmente no se visualiza a nivel de cuenca. El tercero tiene que ver con las acciones relacionadas para el agua y saneamiento.   

    Es decir, se busca evaluar la problemática que tiene una cuenca como Pampa Huari, donde el acceso al agua es muy limitado, porque las condiciones locales y biofísicas limitan la oferta. No hay nada que hacer allí, afirma Pérez.  

    También determinan que, si empiezan a mirar otros aspectos relacionados con la gestión de la demanda o la gestión de la calidad del líquido elemento, encuentran una limitación en el acceso al agua.  

    Cinco líneas estratégicas  

    Pérez dice que, para mejorar las condiciones de la gestión del agua en términos de oferta, gestión de la demanda y calidad, es necesario trabajar con cinco líneas estratégicas de acción:  

    La primera consiste en protección, conservación y restauración de los ecosistemas estratégicos mediante acciones de monitoreo necesarias.   

    La segunda está relacionada con la cantidad y calidad de agua para el consumo humano y el saneamiento que requiere la zona. La tercera tiene que ver con mejorar la gestión de cultivos bajo riego donde es necesaria la rehabilitación.  

    La cuarta concierne con la gestión de las operaciones mineras para minimizar su impacto en los mismos recursos. La quinta línea de acción se refiere a fortalecer las capacidades locales y acuerdos interinstitucionales.   

    De esa manera abordaron la problemática, que pasa por diferentes temáticas, priorizando las zonas con mayor vulnerabilidad.  

    Bellido informa que la investigación que desarrolla el Programa Bolivia WATCH, encabezada por el Ministerio de Medio Ambiente, está en la última fase y se enmarca en la formulación de planes de cuenca, instrumentos de gestión y planificación de recursos hídricos.  

    Los siete municipios y las instituciones anteriormente mencionadas trabajaron en las líneas estratégicas de manera conjunta, con el apoyo de los expertos que llegaron a Potosí.   

    Plataforma interinstitucional de la cuenca  

    Las etapas anteriores de la investigación ya fueron aprobadas, ahora esperan que el Consejo Técnico de la plataforma interinstitucional de la cuenca apruebe el último documento.  

    Bellido explica que la plataforma está constituida por un directorio, la presidencia está a la cabeza de la Gobernación de Potosí y la vicepresidencia a cargo del Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego. También son parte del directorio las alcaldías de Potosí y Yocalla.   

    Además, hay un consejo técnico integrado por los técnicos de todos los municipios y de las instituciones participantes. Asimismo, hay un Consejo Social considerado el impulsor para concretizar las acciones que se identificaron en el plan de cuenca.  

    Pérez manifiesta que, a través de la plataforma interinstitucional de cuenca, se van construyendo voluntades políticas con el fin de mejorar la seguridad hídrica de los usuarios del agua del Departamento de Potosí. 

    También se nota que algunas intervenciones sectoriales tienen implicaciones a nivel de cuenca y que ciertas acciones presentan un grado de complejidad que la forma de ser accionables es a través de decisiones concurrentes entre instituciones, en beneficio de todos los usuarios del agua.   

    “En este contexto, la función principal de la Empresa Pública Social de Agua (EPSA) o de los comités de agua es garantizar el acceso seguro y continuo del servicio de agua y saneamiento, pero estos tienen debilidades para la protección y conservación de las fuentes de agua, y limitantes para ejercer control y vigilancia de las operaciones minerales ilegales que tienen lugar en las áreas estratégicas”, detalla el profesional.   

    Por lo tanto, dice que una sola institución no puede hacerse cargo de estos desafíos y de la implementación de las acciones necesarias. Es decir, la responsabilidad cae en varias instituciones e incluso en la misma sociedad civil. Y esto se va concertando en estos espacios.   

    “Roma no se construyó en un día; los procesos participativos toman su tiempo en madurar, en ganar legitimidad y en operativizar las decisiones que hacen el cambio en el territorio. Esta plataforma va en el camino correcto para generar una serie de cambios positivos y transformadores en la aplicación de leyes y políticas en beneficio de los habitantes de esta región”, expresa Pérez.   

    ¿Qué se hará con el estudio? ¿Qué viene después?  

    En este punto Pérez expresa: “Estamos trabajando para organizar la gestión de recursos hídricos en esta zona; los trabajos que nos anteceden datan de 2018. El esfuerzo que hicimos va en dos sentidos: pueden emplear la información que hemos generado, es decir, construir sobre esa misma base. Segundo, pueden generar información que no existe sobre esa misma zona. Es muy difícil tomar acciones sin que exista la información necesaria”.  

    También destaca que antes de hacerse el estudio no existía la plataforma, mientras que ahora, mediante ella, se desarrollará comunicación entre las instituciones participantes, cosa que antes no pasaba.  

    Dice que los esfuerzos de la investigación están encaminados para vincular las acciones marcadas en las cinco líneas estratégicas de desarrollo.  

    Lo que sigue es poder vincular la fase de los resultados de sus estudios en diferentes proyectos y evaluar las capacidades que tienen los municipios y la Gobernación para invertir. Todo dependerá de la voluntad y el compromiso de cada institución.   

    Bellido dice que están buscando que el documento no se quede en el papel, buscaron aliados internacionales y recibieron mucho apoyo de las instituciones participantes, para involucrar esas acciones dentro del desarrollo territorial de todos los municipios y la Gobernación, con el objetivo de garantizar que las acciones se ejecuten.  

    Pérez concluye recordando que en la última resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde Bolivia y 160 naciones votaron a favor de reconocer que cualquier persona en cualquier lugar tiene el derecho a vivir en un ambiente limpio, saludable y sostenible. Si esto no ocurre, habrá una transición energética más limpia, pero con los mismos problemas del pasado •

    Colapso de dique de colas  

    En este tema, Bellido asegura que la plataforma interinstitucional de la cuenca coadyuvó para que la Gobernación de Potosí y la Alcaldía de Potosí tomen acciones conjuntas, situación que antes no era posible. 

    Afirma que el colapso ocurrió por el mal manejo del dique de colas, una situación que habría alertado el municipio a la empresa, basándose en un informe de Madre Tierra, porque meses antes ya hubo un rebalse, pero lamentablemente no le dieron la importancia que merecía, sostiene Bellido. 

    Por su parte, Pérez manifiesta que la contaminación de aguas no es algo nuevo en Potosí, en época seca o de lluvias las cuencas ubicadas alrededor de Potosí tienen problemas de contaminación.  

    Dice que ahora no debería importar si llega o no al río Pilcomayo, porque siempre ocurrió de forma recurrente. Lo que se debería hacer es anticiparse, es decir, prevenir mediante dos acciones: La conservación de fuentes de agua en una zona donde es escasa, con sistemas estratégicos como los bofedales, que no solo almacenan agua sino sirven para el pastoreo, ya que esos ecosistemas se ven afectados. 

    La segunda acción debe ser la descontaminación de las riberas de los afluentes del río Pilcomayo, porque la agricultura tiene problemas, ya no se puede pescar y la gente ya no puede bañarse en esas aguas. 

    La tercera acción está relacionada con la gestión de los pasivos ambientales mineros. En la ciudad hay más de 200 pasivos ambientales mineros y cada dos o tres meses se incrementa ese número. 

    La descontaminación solo se podrá conseguir con la fiscalización de las operaciones, ya que no se hace seguimiento ni control de las operaciones mineras ni del impacto en el entorno. El monitoreo es poco frecuente. 

    Para ello se requiere de cambio de tecnología, reforzar los diques de colas para cuando llegue el periodo de lluvias con el fin de que no rebalsen. 

    “Esperemos que con esta plataforma podamos mejorar el tema de fiscalización entre instituciones”, concluye Bellido.

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