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Músicos sin derechos

Actualmente, la Sociedad Boliviana de Artistas y Compositores (Sobodaycom) tiene más de 2.000 socios legalmente inscritos en el país. Sin embargo, se presume que los músicos autores no afiliados son casi 5 mil. Los socios íconos de Sucre y Potosí son Matilde Casazola y Gerardo Arias, respectivamente

Gerardo Arias, vocalista de Savia Andina, es el socio ícono de Potosí.

Gerardo Arias, vocalista de Savia Andina, es el socio ícono de Potosí.

Una de las reuniones de los directivos de Sobodaycom desarrollada en Sucre.

Una de las reuniones de los directivos de Sobodaycom desarrollada en Sucre.

Inauguración de la oficina de la Sobodaycom filial Potosí.

Inauguración de la oficina de la Sobodaycom filial Potosí.

El grupo Amaru es socio de la Sobodaycom y recibe sus beneficios.

El grupo Amaru es socio de la Sobodaycom y recibe sus beneficios.

Los Awatiñas, otros socios, se dieron a conocer en el panorama musical en 1974.

Los Awatiñas, otros socios, se dieron a conocer en el panorama musical en 1974.

La banda de rock boliviana Alcohólika es otra socia de Sobodaycom.

La banda de rock boliviana Alcohólika es otra socia de Sobodaycom.

La cantautora y poetisa Matilde Casazola es la socia ícono de Chuquisaca.

La cantautora y poetisa Matilde Casazola es la socia ícono de Chuquisaca.


    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 19/09/2022 01:20

    Actualmente, la Sociedad Boliviana de Artistas y Compositores (Sobodaycom) tiene más de 2.000 socios legalmente inscritos en el país. Sin embargo, se presume que los músicos autores no afiliados son casi 5 mil. Los socios íconos de Sucre y Potosí son Matilde Casazola y Gerardo Arias, respectivamente.

    En este tiempo de pandemia, los músicos bolivianos fueron duramente golpeados: no trabajaron más de un año, muchos se contagiaron con covid-19 y otros fallecieron. Desde la Sobodaycom aseguran que en la época rígida fueron de gran apoyo para los socios que cayeron enfermos.

    La situación actual de la mayoría de ellos es de precariedad laboral, carecen de seguro de salud y tuvieron que reinventarse para poder subsistir.

    Muchos autores de música podrían mejorar en algo su situación económica postulando a la Sobodaycom para cobrar derechos de autor, pero no lo hacen por falta de conocimiento o por tener información errónea.

    El derecho de autor, un derecho humano

    El artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sostiene “que toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora”.

    Sobodaycom es la encargada de defender y hacer respetar los derechos de autor. Es una sociedad civil privada, sin fines de lucro, amparada por la Ley 1322 y el Decreto Supremo 23907.

    Está legalmente constituida y autorizada por el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi), para funcionar como Sociedad de Gestión Colectiva.

    Además, está afiliada a la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (Cisac), Latinautor y Alcam.

    Geoffrey Baldivieso Farfán es director general de la Sobodaycom, considerado uno de los pocos expertos en derechos de autor en Bolivia y el único boliviano representante de América Latina y el Caribe en tema de derechos de autor.

    El experto explica que la Sobodaycom tiene un directorio nacional cuya gestión dura cinco años. Esta sociedad tiene nueve directorios departamentales.

    En Chuquisaca, Wilder Aníbarro es el nuevo director departamental y Vicente Vargas el secretario general Mientras que en Potosí Doroteo Saavedra es el flamante director departamental y Javier Gómez es el nuevo secretario general.

    La Sobodaycom recauda dinero mediante cobro por todo uso comercial y público de obras musicales de sus socios nacionales y extranjeros (con los últimos mediante convenios de reciprocidad), dentro del territorio boliviano.

    Administra las recaudaciones obtenidas de distintos rubros comerciales a través de una gestión administrativa técnico-operativa, controlada y supervisada por órganos internos y externos.

    Posteriormente, distribuye las regalías obtenidas a los autores y compositores, nacionales y extranjeros. La distribución es conforme al grado de rotación comercial y difusión de una obra, y varía según la preferencia del público.

    Cada autor tiene que seguir el uso de su obra

    Claudia Montoya, responsable de la Jefatura de Recaudaciones por concepto de derecho de autor de la Sobodaycom, explica que los socios están obligados a estar en contacto con esa sociedad, actualizar su carpeta, declarar nuevas obras e informar sobre la realización de conciertos para que puedan proceder con las recaudaciones que los benefician.

    “No sé si los socios no prestan atención cuando se les proporciona información o qué pasa. Vienen, se inscriben y se pierden dos o tres años y luego vuelven pidiendo sus regalías. No hay regalías si no informan anticipadamente sobre la presentación de sus obras”, manifiesta Montoya.

    Unos 5 mil autores no afiliados

    Actualmente la Sobodaycom tiene más de 2.000 socios legalmente inscritos en el país; sin embargo, haciendo un cálculo a ojo de buen cubero, los propios compositores de varios Departamentos presumen que los no afiliados son más de 5 mil.

    Según Montoya, es importante conocer las diferencias entre artistas y autores. Los autores crean o componen canciones u obras musicales (muchos interpretan su propia música) y los artistas son los que interpretan, tocan o cantan las creaciones de los autores, pero también están los que componen e interpretan sus obras.

    Socios meritorios e iconos

    Meritorios: Son los que, por su labor desinteresada en pro de la sociedad, contribuyeron en su crecimiento e institucionalización. Reciben un bono, fuera de las regalías que hayan generado por el uso efectivo de sus obras.

    Íconos:

    Se los elige en asambleas departamentales a través del reconocimiento de los compositores de cada Departamento. Se elige a un autor de la tercera edad, considerado el más representativo de la región.

    Ese compositor recibirá un bono vitalicio mensual, fuera de las regalías que haya generado. Solo hay un socio ícono en cada departamento. Por ejemplo, en Potosí el socio ícono es Gerardo Arias y en Sucre Matilde Casazola.

    Regalías

    De la recaudación total que la Sobodaycom obtiene por el cobro de derechos de autor, el 30 por ciento se destina para gastos administrativos y el 70 % es para la masa societaria.

    Montoya afirma que en 2018 se consiguió la mayor recaudación, más de 4 millones de Bolivianos. Sin embargo, cada año pagan aproximadamente Bs 1 millón al Servicio de Impuestos Nacionales.

    Los socios reciben sus regalías dos veces al año, pero siempre que sus obras se estén utilizando y sean reportadas por los autores.

    Baldivieso, director General de la Sobodaycom, dice que esa entidad tiene la autorización para retener un porcentaje de las remesas enviadas al exterior y otro porcentaje de las obras de autor anónimo (no se sabe de quiénes son).

    Esos porcentajes son usados para afiliar a los socios en el seguro médico de la Caja Nacional de Salud (cada mes pagan entre 40 y 45 mil Bolivianos), para asistir a los socios con algún impedimento o a los ancianos con algunos problemas mediante el Fondo de Ayuda Social (FAS).

    Cuando un autor muere, su familia podrá seguir cobrando las regalías de sus obras durante 50 años. Después se vuelven de dominio público, es decir ya no pueden cobrar por ellas.

    Por ejemplo, no cobran por las marchas militares, himnos y ciertas canciones como “Viva mi patria Bolivia” y “Potosino soy”, porque ya no hay derechohabientes. Tampoco pueden cobrar por la difusión de música clásica culta cuyos autores fallecieron hace más de un siglo.

    Cobro por la música de autor

    Montoya recuerda que la Sobodaycom tiene una base legal fuerte, amparada por la Ley 1322, los artículos 46 y 48 indican que toda la ejecución  y difusión de música en bares, discotecas, estadios, teatros, cines y todos los rubros comerciales deben pagar el derecho de autor.

    Tienen esa obligación porque están usando música ambiental en sus espacios y generan lucro con ella. Entonces, el beneficiario (el dueño del local), debe pagar por ese uso.

    Música ambiental e indispensable

    La música ambiental o accesoria puede ser usada o no en cafés o restaurantes, no afecta su funcionamiento, mientras que la música indispensable se usa forzosamente en discotecas y karaokes. Sin ella no tiene sentido su funcionamiento.

    Cuando hay conciertos, los autores deben dar a conocer a la sociedad, el lugar y horario de la actividad y llenar una planilla citando las canciones interpretadas para proceder con las recaudaciones.

    La sociedad también tiene otros sistemas de monitoreo. Trabaja con varias plataformas internacionales como Bmat, Cisnet y SGS con las que identifica las obras que se tocan en todo el mundo, para hacer una buena distribución.

    Montoya afirma que trabajan de manera transparente, tienen una auditoría externa una vez al año y otra auditoría realizada por el Senapi, todos los cobros por derecho de autor son facturados •

    ¿Cómo beneficia la Sobodaycom a los socios?

    Algunos beneficios:

    Ofrece a los socios espacios para la presentación de discos, hacer conferencias de prensa, cursos, seminarios y otros. En la ciudad de La Paz tienen el Auditorio “Julio Bracamonte” y en Oruro el Auditorio “Oruro”.

    Brinda asesoría jurídica, técnica y administrativa gratuita en materia de propiedad intelectual, derechos de autor y otros.

    Los socios tienen derecho al uso gratuito de mausoleos. Por ahora solo hay en La Paz, Santa Cruz y Sucre.

    Aquellos socios ancianos o con algún impedimento acceden a un Fondo de Ayuda Social (FAS).

    Apoya con la exposición y publicidad de eventos en redes sociales y página web.

    Los socios y sus familias tienen seguro médico en la Caja Nacional de Salud.

    La Sobodaycom tiene un Consejo de Conciliación y Tribunal Disciplinario.

    Ayuda a hacer registro de obras y seguimiento gratuito ante el Senapi.

    Muchos no saben de la existencia de Sobodaycom

    Edwin Mamani, director de la Orquesta Criolla Mitayo, del grupo Ñampi Bolivia, del Centro Cultural Ñampi y de la Academia de Música Andares, explica que en Potosí hay cerca de 50 afiliados a la Sobodaycom y aproximadamente un centenar de autores no estarían inscritos.

    “En Potosí hay muchos compositores, sobre todo en el área rural, que crean obras para las fiestas patronales, pero no saben de la Sobodaycom. Es importante proteger y registrar las obras, darles el certificado de nacimiento para que estén en buenas manos y para acceder a los beneficios que como autores debemos recibir”, expresa.

    Piensan que son pocos los beneficios

    Según el músico y compositor Jhersson Soria, muchos artistas, incluido él, se descuidaron y no se inscribieron a la Sobodaycom para cuidar sus derechos de autor, quizá por los trámites o porque no hay muchos beneficios para los autores.

    Para él vale más la satisfacción de que sus obras sean escuchadas, vistas y disfrutadas por la gente. Menciona que los músicos de antes no colocaban sus nombres a los discos. Muchos ponían derechos reservados o autor anónimo.

    Por ejemplo, el grupo sucrense Los Primos grabó en 1960 la canción de su autoría “La yotaleña” pero no la registró en la Sobodaycom. Cuando fue reeditada en 1980 por Jacha Mallku, recién se hizo conocida gracias a ese grupo.

    Asimismo, indica que otros músicos, compositores e intérpretes como Yayo Jofré también compusieron canciones en los años 60 pero, como en su caso, no recibieron ningún beneficio estando en vida.

    No hay que perder la esperanza de ser reconocidos

    Jorge Poppe Avilés, expresidente de la Sobodaycom filial Chuquisaca y vocalista del grupo Horizontes, informa que tienen 33 socios legalmente afiliados y hay unos 61 autores que no están inscritos en todo el Departamento.

    “Muchos hablan de la Sobodaycom sin tener conocimiento del manejo institucional y reparto de regalías por derechos de autor. Claro, no es lo que como compositor debes recibir. Hay diferentes factores que imposibilitan el cobro respectivo por el uso de música como dice el reglamento. El usuario no es consciente del pago por el uso de música, eso impide un justo reconocimiento para el que brinda su arte y composición”, expresa el músico y autor.

    Agrega que hay muchos autores que no pueden realizar su trámite pues, como en cualquier profesión, deben justificar si son compositores presentando sus obras al Senapi, que tras una revisión les extiende el certificado acreditando que ninguna de sus obras es plagio. Eso le permite ser socio de la Sobodaycom.

    Según Poppe, no es casualidad que las composiciones de Matilde Casazola giren y sean reconocidas en el mundo. Afirma que le parece merecida la declaratoria de “tesoro humano viviente”, porque es una joya de los bolivianos. “Tardamos en darnos cuenta del valor cultural de primer nivel que tienen sus composiciones y poemas”, apunta.

    A los músicos y autores les dice que no pierdan la esperanza de ser reconocidos y bien remunerados tarde o temprano. “Hay mucho por recorrer, con el transcurso del tiempo lograremos nuestros propósitos”, concluye.

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