Una bacteria simula ser cáncer
Eddy Veizaga es un reconocido periodista deportivo de Sucre, está casado y tiene un hijo. Siempre trató de llevar una vida saludable, hacía ejercicios y mantenía una alimentación equilibrada.
Eddy Veizaga es un reconocido periodista deportivo de Sucre, está casado y tiene un hijo. Siempre trató de llevar una vida saludable, hacía ejercicios y mantenía una alimentación equilibrada.
Sin embargo, hace seis años su vida dio un giro de 380 grados porque se vio afectada por una serie de problemas de salud que cada vez se fueron complicando más.
Estuvo en constante zozobra, vivió con dolor prácticamente todos los días en el tiempo indicado. Si bien a un principio los dolores abdominales eran llevaderos, fueron aumentando en intensidad y ya no eran solo en la parte izquierda sino también en la central.
Además, ya no podía agacharse para sujetar las agujetas de su zapato izquierdo y empezó a perder el apetito. Así se desencadenó varios problemas que le impedían hacer una vida normal.
Acudió a cuatro gastroenterólogos, dos cirujanos plásticos y cuatro oncólogos. Se sometió a una serie de estudios de laboratorio, algunos mostraban la presencia de cuerpos extraños a los que no se les dio la importancia requerida, por eso no pudieron dar con un diagnóstico real.
Sus problemas de salud le valieron cuatro operaciones: de apéndice, de vesícula, una cirugía exploratoria y la última de extirpación de tumor de pared abdominal y reducción de intestino delgado, que se realizó exitosamente hace un poco más de dos semanas en Cochabamba donde al fin dieron con el diagnóstico correcto.
“Siento que tengo una segunda oportunidad de vida. En Sucre estamos muy retrasados en cuestión de salud en el sistema público. Necesitamos equipamiento moderno, capacitación y actualización constante de los médicos, atención más personalizada y humana, con calidad y calidez de parte de los galenos y las enfermeras, que deben transmitir confianza a los pacientes, ya que un buen trato es vital para la recuperación”, opina Eddy.
Historial médico
Erick Rolando Rocha Guevara, es el oncólogo que atendió a Eddy en la Clínica Los Ángeles en Cochabamba. Estudió la carrera de medicina en la Universidad Mayor de San Simón.
Hizo la especialidad de cirugía general en el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI en México. Ahí mismo realizó la especialidad de cirugía oncológica. Tiene casi 20 años de experiencia profesional.
Rocha cuenta que el caso de Eddy es muy especial. Antes de llegar a su consultorio fue visto por varios especialistas en Sucre que no dieron con la causa real de su problema, hasta que en noviembre de 2021 le hicieron una cirugía.
En la operación encontraron un tumor al que resolvieron no tocar porque, desde su punto de vista, no se podía quitar. Le hicieron una biopsia pues vieron que era un tumor irresecable (no es viable quirúrgicamente).
La situación de Eddy se complicó por dos razones: los galenos no le daban una buena solución y su biopsia no fue concluyente, pues el tejido extraído no era fácil de diagnosticar para el patólogo.
Pensaron que era un tumor desmoide, que nace en la pared abdominal o en el tejido conjuntivo y tiene un comportamiento agresivo.
El problema de Eddy no mejoraba, tenía una inflamación importante y se infectó su herida. No la estaba pasando nada bien.
Entonces, al buscar otras opiniones le recomendaron consultar con el doctor Rocha en Cochabamba. Lo primero que hizo el galeno fue revisar su tomografía: se veía un enorme tumor que nacía en la pared abdominal y estaba afectando a una parte del intestino.
Los patólogos otra vez estudiaron las muestras que le sacaron en Sucre y tampoco dieron un diagnóstico certero, ya que la muestra no era suficiente.
Finalmente concluyeron que tenía una inflamación fibroplástica reactiva; o sea, nada específico. Entonces decidieron quitar el tumor con cirugía para resolver los síntomas y el diagnóstico.
En plena cirugía encontraron un tumor muy expandido en la pared abdominal afectando a gran parte de ella, por eso lo extirparon y solo quedo grasa y piel cubriendo la pared abdominal.
Previamente, Rocha explicó a Eddy que había la posibilidad de que se tenga que quitar parte del intestino delgado y algunos órganos, si era necesario.
Rocha dice que se pudo colocar una malla, pero no lo hicieron en ese momento ya que el defecto que quedó era muy grande y tomaba varios segmentos del intestino delgado.
Quitaron un metro y medio del intestino delgado dañado y unieron las partes sanas para que siga cumpliendo con su función.
Eddy evolucionó favorablemente de la cirugía y le dieron de alta. El reporte de patología tardó casi una semana y los resultados sorprendieron a todos: resultó ser una actinomicosis.
¿Qué es?
En la literatura médica se define a la actinomicosis como una infección crónica causada principalmente por la bacteria anaerobias actinomyces israelii. Esta especie de bacteria normalmente reside en las grietas entre los dientes y las encías, en las amígdalas y en las membranas mucosas que recubren los intestinos y la vagina.
Rocha explica que es una enfermedad severa, poco común y el paciente no necesita ser inmunodeprimido. Le llaman “la gran imitadora del cáncer”.
“Es el segundo caso que me toca ver en casi 20 años de servicio. El primero fue en México, en una paciente con tumor pélvico. Todos pensaban que tenía cáncer de ovario, en plena cirugía vimos que simulaba a un cáncer agresivo que tomó paredes y una parte de la vejiga”, relata el especialista.
Indica que es difícil establecer de qué forma la bacteria ingresa al organismo. Podría ser por alguna infección severa en la piel, pero Eddy no tuvo ningún antecedente.
En cambio, la paciente de México estuvo con un dispositivo intrauterino durante mucho tiempo, se cree que ese fue el origen de la infección que llegó hasta la sangre y por medio de ella hacia el peritoneo. Es decir, la bacteria creció favorecida por la presencia del dispositivo.
“No se puede precisar el origen, falta mucha investigación sobre esta bacteria. Solo se sabe que son gérmenes que colonizan la boca, las amígdalas, el colon, la vagina; en general cuando hay una infección profunda es porque se rompe esas barreras. Es un germen que rara vez produce daños tan severos como en Eddy. Crece de tal manera que realmente parece cáncer, incluso pueden elevarse algunos marcadores tumorales”, detalla.
Agrega que la bacteria puede invadir de tal forma un órgano que incluso podría perforarlo. “Nosotros, los oncólogos, a simple vista difícilmente podemos decir que no es algo maligno”, expresa.
En este tipo de casos, el tratamiento debe ser agresivo en todos los sectores con tumores. En el caso de Eddy se dio el primer paso quitando las partes dañadas por la bacteria.
El segundo paso es el tratamiento médico con antibióticos (el estándar es darle penicilina, un medicamento que ya no se usa mucho o algún antibiótico que sea de la misma familia), que debe estar a cargo de un infectólogo.
Rocha trabajó junto con la infectóloga Rosario Castro, quien le hizo un tratamiento intravenoso. Después, Eddy retornó a casa para continuar con el procedimiento durante varios meses.
Esta patología tiene cura, pero implica trabajar de forma multidisciplinaria: primero resecando las áreas infectadas (extirpación de tumores) que parecen cáncer y luego seguir con el tratamiento específico.
Se espera que Eddy recupere por completo; empero, por la delicada intervención que sufrió debe acostumbrarse a un nuevo hábito intestinal.
A un principio puede tener algunas secuelas como diarrea, un hábito intestinal alterado, falta de absorción de algunos nutrientes por la cantidad de intestino que se le quitó; pero, en general, su organismo se irá compensando y recuperando hasta llegar a tener una vida normal.
La pared intestinal que se resecó necesita de músculo para que sostenga a todos los órganos que están dentro, por tanto, Eddy tendrá una hernia grande, ya que ahora solo grasa y piel retienen a sus órganos, pero, según Rocha, ese detalle se resolverá con el tiempo.
Lo más importante es concluir con el tratamiento. Una vez que esté estable recién se puede pensar en volver a hacer una cirugía para ponerle una malla que cubra todo el defecto quitado y ya no haya una hernia.
Prevención
El oncólogo afirma que no hay forma de prevenir esta patología. Lo que sí se puede hacer es diagnosticar la enfermedad de forma temprana, para que la afectación no dañe a muchos órganos.
Cuando una persona sienta dolores abdominales anormales y los estudios a los que se someta muestren una lesión en la pared abdominal, debe tratarse precozmente para que el problema no avance.
“Afortunadamente no fue cáncer; si hubiese sido, sería un cáncer muy avanzado con un pronóstico muy malo para la vida de Eddy” alerta el oncólogo.
Cuando esta patología afecta al abdomen, los síntomas son dolor abdominal y la detección palpable de un tumor duro en el estómago. Los síntomas no son específicos, dependen de los órganos que son afectados.
Por eso los médicos tienen que investigar bien por qué es el dolor abdominal y no hacer suposiciones o restarle importancia. “Acá como en cualquier parte del mundo no es fácil diagnosticar esta patología”, sostiene Rocha.
“Cuando se trata de tumores, los pacientes deben acudir a especialistas lo más temprano posible para que el tratamiento sea a tiempo. También es importante favorecer el uso de nuevas tecnologías de diagnóstico y cirugía para reducir el riesgo y haya menos sangrado. Además, los galenos deben saber usar las nuevas tecnologías mediante constante capacitación y actualización”, concluye •