Balcones que enamoran
Los balcones de Sucre son hermosas obras de arte y testigos mudos de diferentes acontecimientos históricos acaecidos en distintos periodos, que quedaron sellados en la memoria de nuestra nación.
Los balcones de Sucre son hermosas obras de arte y testigos mudos de diferentes acontecimientos históricos acaecidos en distintos periodos, que quedaron sellados en la memoria de nuestra nación.
Balcones coquetos, situados en fachadas inmaculadas, entre coloniales y republicanas, bellamente trabajadas donde resaltan la madera, la piedra, el vidrio y el metal. Son el complemento perfecto del conjunto arquitectónico de una infraestructura, junto con los portones antiguos, las fuentes de agua o los techos con tejas rojas, que combinan con los perfumados claveles rojos de las macetas que adornan estas importantes extensiones.
¿Qué es un balcón?
Es una plataforma que sobresale de la fachada de un edificio a la altura de un vano y está protegida por una barandilla o un muro bajo.
Primeros balcones de Sucre
Según datos históricos, las primeras casas que los españoles construyeron en la Villa de La Plata, hoy Sucre, eran muy sencillas pues solo tenían portones y ventanas.
Ya en el siglo XVII, las familias con más recursos económicos comenzaron a edificar casonas con balcones de madera, pues por entonces el hierro era un material muy caro, mucho más que el oro, y además escaso.
Su uso era destinado exclusivamente para la fabricación de carruajes, herraduras de caballo y otros elementos indispensables. Excepcionalmente se utilizaba clavos (se prefería atar piezas unas con otras con cuero), había pocos herreros.
Se buscaba vetas, se trajo el acero que se pudo en barcos a modo de contrapeso; se utilizaba hasta el último residuo del metal, detalla a ECOS el director de la Escuela Taller Sucre, Domingo Izquierdo.
El balcón era parte de la tipología de la casa, era de corrido continuo, es decir, un tipo de balcón que abarcaba varias puertas y ventanas de una fachada de la planta alta.
Su expresión arquitectónica es similar a la de un pasillo exterior: galería o balaustre, se expone generalmente como un mirador largo y volado.
Tenían su propio tejado y una baranda de madera con balaustres de ese mismo material con unos horcones que sujetaban el techo. En otros casos eran balcones cerrados (protegidos por una especie de tejaroz o tejadillo).
Otras veces, el balcón era de esquina o esquinero, como el caso del desaparecido restaurante la Casona, cuya casa ahora está en manos de Seguros La Vitalicia, en la calle Bolívar esquina Azurduy, el único que queda en Sucre. Tenía unos balaustres de madera en la baranda y tejaroz.
Izquierdo relata que, en algunos casos, los dueños de casa se dieron el lujo de colocar unas varillas de metal sencillas; más adelante usaron varillas de fierro forjado o de bronce, “pero el primigenio era solo de madera”, aclara el experto.
¿Qué función cumplían los balcones?
Izquierdo explica que los balcones cumplían una función social. Dice que eran el equivalente de las actuales redes sociales; es decir, los habitantes de la casa salían a los balcones y se enteraban de lo que pasaba en las calles, especialmente durante eventos trascendentales que acontecían en la Villa de La Plata, como procesiones, desfiles del ejército, el paso de carros alegóricos, la soldadesca, la caballería y carruajes.
Como en todo, el balcón corrido pasó y sobrevino la moda del balcón más afrancesado con una baranda de fierro forjado o bien con balaustre hecho con cerámica cocida o cerámica vidriada.
Por ejemplo, en la casa que perteneció a la familia Argandoña, situada en la esquina de la calle Aniceto Arce frente a la plaza 25 de Mayo, donde ahora es el Museo del Tesoro, los balaustres de los balcones son de mármol.
Asimismo, en el periodo republicano, los balaustres del Palacio de Gobierno eran de cerámica. En esa misma época se fabricó balcones con fierro fundido pues el precio del metal ya no era tan elevado.
Hay balcones de construcción compleja o sencilla, obedecen a momentos históricos, económicos y estilísticos. Hay de estilo Art Deco, estilo racionalista, con formas cuadriculadas y geométricas. “Sería interesante hacer un relevamiento y ordenarlos según sus estilos”, sugiere el arquitecto.
Un cuadro hermoso es una fachada con balcones floridos, son parte del ornato. Es recomendable que tenga plantas resistentes como las pelargonias, en macetas medianas con platillos que reciban el agua excedente del riego, para no dañar el balcón.
Mantenimiento
Lo más importante para preservar una casona antigua, no solo los balcones, y garantizar su pervivencia en el tiempo en buenas condiciones, es hacer mantenimiento dos veces al año.
Un albañil es el más indicado para revisar las piezas de los balcones, ver si los canes están en su sitio, si está perdiendo sus características estructurales y si aún conserva su estabilidad.
Indica que los canes empotrados que sujetan la plataforma de madera o piedra suelen dañarse con el paso del tiempo, en especial la parte que está expuesta a las inclemencias del tiempo, se deteriora rápidamente y puede colapsar.
Cuando los canes que sostienen la plataforma son de piedra duran más tiempo, pero ese material también sufre deterioros que puede ser por el peso excesivo, cuando la gente sale a “balconear”, pero ocurre principalmente por las inclemencias del tiempo.
El agua suele estancarse en la plataforma y esta se va degradando de manera lenta. A veces caen algunos pedazos a la calle con el peligro de herir algún transeúnte. Por eso es importante revisar y restaurar las piezas o sustituirlas cuando pierden su carácter estructural.
Explica que las partes que más sufren de un balcón son la plataforma y la baranda que generalmente se debilitan por el peso, en especial cuando cae granizada. En esos casos, lo mejor es tomar acciones inmediatas y deshacerse del granizo o del agua retenida para que no cause daños. “El agua es el principal enemigo de una construcción”, alerta.
“Hubo casos de caída de pedazos de balcón en horas de la madrugada. Si hubiese ocurrido durante el día, habría causado mucho daño a los transeúntes. Es total responsabilidad de los propietarios tomar precauciones para no responder por daños”, aconseja Izquierdo •
Balcón esquinero
El balcón situado en la casa de Seguros La Vitalicia (ex casa Ruck Uriburo), en la esquina de las calles Bolívar y Azurduy, es un bello ejemplo de la arquitectura colonial, el mejor.
Según Izquierdo, en las esquinas solía haber muchas columnas apart de luz que lamentablemente se perdieron. Esos pequeños espacios eran como un vestíbulo previo al ingreso de las tiendas redondas, tabernas o servicio de comida.
Dice que era el sitio ideal para ingresar por ambas calles, se subía un par de peldaños, ahí estaba la columna apart de luz que hacía como una especie de eje de giro de la propia fachada y luego dos puertas se abrían hacia un espacio en la esquina.
En la planta alta se puede ver a modo de articulación el propio balcón corrido que hace esquina, tiene una cara hacia una calle y la otra a la arteria perpendicular. “Hay que ir a apreciar este balcón y tomarle fotos antes de que lo demuelan”, invita el arquitecto.
Pone como ejemplo el caso de un precioso balcón esquinero colonial que hay en la ciudad de La Paz, de gran calidad con madera tallada, cuyos casetones de la baranda también están talladas.
Izquierdo evoca una anécdota sobre este balcón que era contada por la arquitecta Teresa Gisbert de Mesa: El municipio paceño emitió un nuevo reglamento que disponía que se eche abajo a todos los balcones coloniales, ya que constituían un peligro para los transeúntes, por su avanzado estado de deterioro.
Entonces, la propietaria de una casa donde actualmente funciona el Museo Nacional de Etnografía y Folclore (Musef), ubicado en la calle Ingavi 916 en pleno centro paceño, era una testadura adulta mayor que hizo caso omiso de la ordenanza.
Decía “lo voy hacer mañana, a la otra semana, al otro mes…” y al final nunca cumplió la disposición y se quedó así hasta la década de los 70, cuando se procedió con la restauración del balcón esquinero que ahora es considerado una preciosa joya artística, el único ejemplo de balcón esquinero que quedó en la sede de Gobierno.
Balcón enfarolado
Se dice que ese balcón no estaba ahí, sino que pertenecía originalmente a una vivienda ubicada en la calle Bustillos esquina La Paz.
En una ocasión, cuando en esa casa se hacía obras de demolición, el balcón fue rescatado y trasladado a una casa de la calle Grau, esquina Bolívar por la familia Linale, que después pasó esa infraestructura a la empresa VIVA.
Ese balcón se caracteriza por ser enfarolado vidriado. Es ideal para acoger a la familia en un ambiente más agradable y climatizado; está cerrado con madera, tiene ventanas con vidrio (se pueden abrir), que se conectan con su propio techo. Este tipo de balcones abundan en la ciudad de Potosí.
“Es como un invernadero agradable, que recibe el sol de la mañana y de la tarde donde se colocan plantas y un sillón para descansar. Es un pequeño espacio ganado a la calle ubicado en la segunda o tercera planta de una casa. Es como una burbuja protegida que sale de la casa”, describe Izquierdo.
Balcones del Musef (ex Banco Argandoña)
Estos balcones tienen balaustres (columnillas de una forma moldeada en piedra o madera, algunas veces en metal o cerámica, que soporta el remate de un parapeto de balcones y terrazas, o barandas de escaleras), estilo propio del periodo republicano tardío o neoclásico
Este tipo de balcones están en los edificios civiles más importantes de Sucre, como el Palacio de Gobierno, la Alcaldía, el Banco Nacional de Bolivia, la ex casa Argandoña (cuyos balaustres son de mármol), la Casa de la Libertad y la Casa Alzérreca (el balcón es una réplica de cómo pudo ser el balcón original, tiene piezas ricas en ornamentos, calidad y madera).
Estas prolongaciones se caracterizan por ser ampulosas, sólidas y costosas, como para recibir a más gente, explica Izquierdo.
Balcones de la Casa Municipal de la Cultura
El edificio queda en la calle Argentina, entre la Estudiantes y Argentina, frente a la Gobernación. Tiene hermosos balcones trabajados con fierro forjado con muchos ornamentos, pilastras que sostienen bandejas cargadas de vegetación, sobre todo frutas y el cuerno de la abundancia.
Izquierdo indica que son balcones originales, muy afrancesados provenientes del periodo republicano.