El niño del terror
«Quiero dejar en claro que mi nombre es Juan Fernando Hermosa Suárez y que el 28 de febrero cumplo 16 años». Antes de cumplir 16 años, este menor había matado a 22 personas, convirtiéndose en el asesino en serie más joven en la historia de Ecuador.
«Quiero dejar en claro que mi nombre es Juan Fernando Hermosa Suárez y que el 28 de febrero cumplo 16 años». Antes de cumplir 16 años, este menor había matado a 22 personas, convirtiéndose en el asesino en serie más joven en la historia de Ecuador.
Todos los crímenes ocurrieron en el lapso de 4 meses, en los que asesinó a balazos a 8 taxistas, 10 homosexuales, un chofer de camioneta y su ayudante, y otros 2 más, por lo que el adolescente fue bautizado como el ‘Niño del terror’.
Nació en Los Ríos el 28 de febrero de 1976 y fue adoptado por Olivo Hermosa Fonseca y Zoila Amada Suárez.
Su padre adoptivo tenía propiedades en la provincia de Sucumbíos, por lo que solía ausentarse a menudo y lo dejaba al cuidado de su madre, que tenía artritis y sufría de sordera.
Al cumplir los 15 años, Hermosa frecuentaba las salas de juegos electrónicos en el sector de La Marín, centro de la ciudad, y conformó una pandilla con 10 amigos de su misma edad, en la que rápidamente asumió el liderazgo.
El 22 de noviembre de 1991, Hermosa y sus 4 amigos salieron de una discoteca cerca al Puente del Guambra, al llegar a la avenida 10 de Agosto pararon un taxi marca San Remo; en el trayecto el “niño del terror” sacó una pistola y le disparó al conductor en la cabeza, que al instante murió. Con esta arma supuestamente cometió todos los crímenes y posteriormente se determinó que la consiguió a través de un agente.
La siguiente semana Hermosa acudió a una peluquería, que era regentada por el travesti Charlie. En ese sitio usualmente le arreglaban el cabello. Ese día llegó con otros miembros de su pandilla, con quienes había estado libando.
Posteriormente se trasladaron a la casa de Charlie, que los invitó a seguir bebiendo. Una vez en el sitio se inició una discusión y Hermosa nuevamente rastrilló la pistola 9 mm que portaba y disparó 5 veces a Charlie cuando intentó pedir ayuda.
La Policía organizó un escuadrón al mando del mayor Fausto Terán para investigar los asesinatos que no pararon hasta el 9 de enero de 1992, cuando Hermosa fue retenido en un operativo policial en su casa.
Los policías entraron en una habitación a través de un tragaluz, ya que determinaron que era la del sospechoso, pero Hermosa estaba durmiendo en el cuarto de su madre.
Esa equivocación alertó al joven, que al darse cuenta de la presencia policial empuñó su arma 9 milímetros y empezó a disparar a mansalva.
Los policías repelieron el ataque y se inició una balacera, en medio de la cual Hermosa arrojó una granada a la calle, donde permanecía otro grupo de gendarmes. La explosión tumbó una pared lateral de la vivienda que cayó encima de 2 policías.
En el cruce de balas, la madre de Hermosa fue impactada por varios proyectiles y murió en la escena. Tras 15 minutos de fuego cruzado, el joven finalmente fue sometido.
El final
La última semana de febrero de 1996, Juan Fernando Hermosa, que había recuperado su libertad en enero de ese mismo año, al cumplir su mayoría de edad, , fue hallado por un grupo de campesinos a orillas del río Aguarico, en la provincia de Sucumbíos.
Vestía una camisa negra, pantalón concho de vino y calzaba zapatillas de la marca Reebok.
El rostro era irreconocible, tenía la cara hundida con un tiro en la frente y atravesada por varios cortes de machete.
El cuerpo, atravesado por orificios de balas de grueso calibre, presentaba cortes en la espalda, sus manos estaban atadas con alambre galvanizado.
Por los documentos hallados en una cartera café se supo que la víctima era Juan Fernando Hermosa, quien en 1992 fue acusado por el asesinato a sangre fría de 22 personas, entre taxistas y homosexuales.
En su cartera había un carné estudiantil •