Caiza: Robótica e historia
El pueblo es una fiesta. Ya había tocado el cielo con las manos cuando el equipo del colegio Pablo VI ganó el torneo nacional de robótica, que lo clasificó al mundial First Global Challenge 2022, realizado en Suiza, pero la verdad es que pocos esperaban un nuevo festejo.
El pueblo es una fiesta. Ya había tocado el cielo con las manos cuando el equipo del colegio Pablo VI ganó el torneo nacional de robótica, que lo clasificó al mundial First Global Challenge 2022, realizado en Suiza, pero la verdad es que pocos esperaban un nuevo festejo.
Y es que ubicarse entre los primeros lugares en un torneo en el que participaron los equipos de 196 países es un logro que bien puede calificarse de histórico. Nunca antes Bolivia había llegado tan lejos en una competición científica, pero esta selección, integrada por representantes de Potosí y reforzada con dos alumnas, una de Cochabamba y otra de Pando, logró lo que parecía imposible y su éxito es un mensaje directo a los jóvenes de todo el país: se puede llegar lejos.
Yoseth Mamani Astorga del colegio Colegio Monseñor Santiesteban de Porvenir, Pando, y Sthefanny Veizaga Ovando, del Simón Rodríguez de Aiquile, Cochabamba, formaron parte del equipo ganador, pero la base se formó en un colegio de Caiza D, Potosí, el Pablo VI.
Baneza Tuco Choquevillca, Magaly Muruchi Choque e Ismael Suyo Condori nacieron en Caiza, pero sus familias proceden de dos ayllus. Las de las mujeres vienen del ayllu qhurqa mientras que la de Ismael es de Tinquipaya. Las familias viven en aquel municipio, que es el de la segunda sección de la provincia José María Linares de Potosí, pero los tres pasan la mayor parte del tiempo en el colegio.
Colegio e internado
Se llama Pablo Vi, en honor al Papa que estaba recién ungido cuando nació esta institución educativa. Fue fundado el 15 de septiembre de 1963 por dos religiosos belgas, el sacerdote Santiago Mestrio Brur y la hermana Lía Clais Bernack.
Otro sacerdote, Julián Quispe Espinoza, está a cargo de la parroquia Espíritu Santo y el colegio Pablo VI, aunque este tiene un director pedagógico, que es el maestro Franco Mamani Ramírez. El padre Julián dice que la llegada de los religiosos belgas fue providencial, prácticamente un milagro para Caiza D. El padre Santiago Mestrio se había formado como sacerdote en Bélgica, pero para servir en Bolivia y, una vez en nuestro país, el obispo de entonces, Cleto Loayza, lo envió a Caiza para que se haga cargo de la Normal de Maestros. Cooperado eficazmente por la hermana Lía, que era licenciada en Pedagogía, se percató de que en Caiza había normal de maestros, pero no un establecimiento secundario, así que decidieron fundar uno. “El colegio, los internados, han crecido increíblemente —cuenta el padre Julián—. En 1972, cuando llegué acá, solamente éramos 47 alumnos, en el colegio, y una cosa de 30 internos. En este momento tenemos, entre la escuela y el colegio 700 alumnos”. Y es que la parroquia Espíritu Santo no solo administra el colegio Pablo VI sino también la escuela José Alonso de Ibáñez y tres internados. El internado para niñas y niñas se llama “Señorita Irene”; el de señoritas es “Señorita Lía Clais” y el de varones es “Padre Santiago Mestrio”. El director Mamani explica que el Pablo VI es un colegio parroquial, así que depende de la Iglesia Católica, a través de la parroquia Espíritu Santo. Quienes estudian en él deben estar internados en un régimen cerrado de 10 meses en el que no salen ni siquiera los días domingo. Solo pueden salir en carnaval, para el descanso pedagógico y Todos Santos.
El estudio es la razón de ser de estos establecimientos. “Las clases en el colegio, en la escuela son todo el día, en la mañana, en la tarde, y a las 5 y media es el estudio. Una hora y media en la que hacen sus tareas, sus obligaciones. Toman la cena a las 7 y media. A las 8 y media hacen sus tareas”, detalla el padre Julián.
Ese régimen ha dado sus frutos. El colegio Pablo VI es el mejor de Potosí, con un notorio grado de excelencia académica, y, por eso, no es de extrañar que tres de sus estudiantes se hayan ubicado en los primeros lugares en el certamen mundial de robótica realizado en Ginebra, Suiza.
Mamani no oculta su orgullo al hablar de ellos. Dice que la Universidad Privada Domingo Savio ya ha preguntado por ellos, porque quiere darles una beca.
Y hay educación superior
Pero Caiza D no solo tiene educación primaria y secundaria. El 23 de mayo de 1938 se reabrió, en el lugar, la normal indigenal que había sido inaugurada más de un año antes en Buena Vista, Vitichi.
Gabriel Condori afirma que el nacimiento de esa normal coincidió con la decisión del gran consejo de ayllus de Caiza D que ya el año 1934 había decidido impulsar la creación de una normal de esa naturaleza. Este maestro atribuye los esfuerzos para crear esa normal al que fue su primer director, Raúl Pérez.
Posteriormente, este centro de formación profesional se convirtió en la Escuela Normal Rural José David Berríos, en homenaje a una de las figuras más destacadas de las letras potosinas. Aunque se cerró en 1997, se reabrió el 4 de septiembre de 2006 como Instituto Normal Superior de Educación Alternativa.
En sujeción al parágrafo primero del artículo 2 del Decreto Supremo 156, del 6 de junio de 2009, se convirtió en la Escuela Superior de Formación de Maestros José David Berrios y en noviembre de 2012, el entonces ministro de Educación, Roberto Aguilar, entregó el edificio nuevo de ese centro de formación profesional, que tuvo un costo de casi 6 millones de Bolivianos •
(*) Juan José Toro es vicepresidente de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).
El hijo de Simón Bolívar
Caiza D no solo es sinónimo de educación, sino también de historia, porque es el lugar donde murió José Costas, considerado hijo del libertador Simón Bolívar.
Basándose en una tradición de Lucas Jaimes y las memorias de William Miller, Luis Subieta Sagárnaga publicó que, durante su estadía en Potosí, Bolívar tuvo un amorío con una mujer a la que se llegó a denominar María Joaquina Costas, pero la revisión documental da cuenta que su nombre verdadero fue simplemente María Costas.
En 1826, María tuvo un hijo que aparece en los documentos como José Costas. Este convivió, en Caiza, con Pastora Argandoña Ortuño, con quien se casó en artículo mortis el 2 octubre de 1895, declarando ser hijo de María Costas y Simón Bolívar. De esa unión nacieron tres hijos, Urbano (1867), Pedro Celestino (1877) y Magdalena (1882). Urbano y Magdalena se casaron y tuvieron hijos. Don Urbano Costas se casó dos veces, la primera con Delfina Barrios, con quien solo tuvo un hijo, y la segunda con Segundina Sánchez Loria. De esta última unión nacieron María Luisa, María Asunta y Urbano Costas Sánchez.
El hijo de Urbano Costas y Delfina Barrios fue Elías Costas, que se hizo famoso al llegar el sesquicentenario de Bolivia, por proclamar que era bisnieto del Libertador. Periodistas viajaron hasta Caiza para entrevistarlo.
En el cementerio están las tumbas de Elías Costas Barrios y María Luisa Costas Sánchez. Sus partidas bautismales y de entierro son conservadas en la Parroquia Espíritu Santo, de Caiza D, que está a cargo del padre Julián Quispe Espinoza.