Sucre: Ciudad jardín

Con celeridad y un proyecto bien trabajado, es posible que, para el Bicentenario, el casco histórico de Sucre recupere el brillo y verdor de antaño, con espacios verdes bien planificados, calles con muchos árboles y plazas y plazuelas con especies que realmente cumplan todos los servicios ambientales. 

Nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos siempre contaban historias sobre lo linda que era la ciudad antes del acelerado crecimiento de la mancha urbana, sobre la cantidad de árboles que poblaban los espacios verdes, los jardines de las casas y las infaltables huertas. ¡Todas las casas, desde las más grandes y señoriales hasta las más pequeñas y humildes, tenían huertas! 

En Sucre abundaban los molles, cedros, sahuintos, queñuas, sauces, alizos y otras especies nativas. En la zona de El Guereo, el convento La Recoleta, la ex estación de trenes Aniceto Arce, el parque Simón Bolívar, por El Tejar y por el Castillo de la Glorieta, todavía se puede observar hermosos ejemplares de algunas especies centenarias. 

De acuerdo con un censo que hizo la Dirección Municipal de Medio Ambiente, en Sucre hay 698 árboles centenarios de 12 especies. Entre ellos destaca el cedro del convento franciscano Santa Ana de La Recoleta. De acuerdo con un estudio molecular y filogénico, el árbol tendría más de 500 años. También hay árboles centenarios introducidos, como los pinos cipreses.  

La capital de Bolivia cuenta con 726 áreas verdes (plazas y plazuelas) distribuidas en 117,6 hectáreas en cinco distritos urbanos, que son atendidos por la Empresa Municipal de Áreas Verdes (Emavs). 

Experiencia en Cochabamba 

Sarah Jiménez Villarpando es ingeniera forestal de profesión, nació en Potosí pero vive desde hace más de 35 años en Cochabamba. Es autora del Plan Maestro de Forestación Urbana de la capital de ese Departamento y fue acompañada por un equipo de profesionales. 

Jiménez, experta en silvicultura (ciencia destinada a la formación y cultivo de bosques), explica que esta rama recién se empieza a entender en el país, ya que requiere de mucha capacidad técnica y científica, porque no se usa la misma técnica para el manejo de árboles en un bosque natural o plantado que en espacios urbanos. 

Afirma que, al estar en interacción con lo artificial: edificaciones, caminos y sistemas de servicios, los árboles urbanos se conflictúan porque no tienen el suficiente espacio para desarrollarse, ya sea en el aire o el suelo. 

Tampoco faltan las personas que tienen dificultades con la presencia de árboles, porque afectan las aceras, paredes, tableros eléctricos o alcantarillado, entonces optan por talar, podar o eliminar el macizo como una solución. 

“Yo me atrevo a decir que en las ciudades no se tiene arbolados saludables ni estables: son débiles. Por eso tienden a enfermarse y caerse. Por ejemplo, en Cochabamba por lo menos el 70% de los árboles están con problemas sanitaros y estructurales; es decir, no tienen una buena simetría y soporte, las raíces están muy levantadas, la copa desequilibrada, presentan enfermedades, hongos y citoplasma”, detalla la experta. 

Además, los árboles no están prestando todos los servicios ambientales, en especial la captura de dióxido, solo están como elementos decorativos. Dice que así son considerados por los planificadores de ciudades como elementos paisajísticos ornamentales, no valoran sus funciones como tal. 

Asimismo, aconseja a los profesionales del área ya no cometer los errores del pasado, plantando cualquier especie. Más bien, hay que recuperar las especies nativas que tiene cada ciudad y plantarlas combinando con especies exóticas o introducidas. 

Comenta que la gente cada vez adquiere más conciencia sobre los problemas ambientales y efectos del cambio climático; sin embargo, dice que no se toma acciones reales y concretas que puedan solucionar o mitigar esos problemas. 

De acuerdo con la experiencia que tiene, dice que por habitante se debería tener entre 5 y 10 árboles como mínimo. Mientras más árboles hay es mejor para la calidad de vida en las ciudades. 

Jiménez explica que en Cochabamba se consiguió un cambio radical con la generación de conciencia sobre el manejo de arbolado, eso permitió abrir un mercado verde que cuenta con empresas calificadas que prestan servicios de silvicultura, incluso algunas tienen certificación a nivel internacional para el manejo de árboles. 

“Como resultado de todo el trabajo desarrollado hasta ahora, estamos logrando posicionar a la silvicultura urbana como un tema importante para el país. Muchas ciudades metropolitanas están tomando el ejemplo de Cochabamba”, manifiesta. 

¿Cómo hacerlo? 

En el caso de Sucre, se tiene que mantener el paisaje que le caracteriza: una ciudad colonial con aire europeo, con árboles nativos y pinos y cipreses introducidos. 

En opinión de la experta, Sucre tiene un gran potencial porque todavía quedan áreas verdes, que hay que ir rescatando. El problema es la perspectiva que tienen los urbanistas de la ciudad. Si siguen con la visión de “cementar”, se perderá ese potencial, asegura. 

Se está a tiempo de recuperar lo que se perdió. Con el crecimiento urbano se descuidaron los elementos naturales: en vez de hacerlos parte de la planificación urbana se fueron destruyendo. Ahora es oportuno hacerlo, incluso por salud pública, insiste. 

Sin embargo, es una convencida de que es posible darle más vida, volviéndola otra vez en una ciudad jardín. 

Para comenzar, propone organizar charlas y talleres gratuitos dirigidos a profesionales del área de la Universidad San Francisco Xavier, con gestores púbicos del municipio de Sucre y representantes de otras instituciones relacionadas con el tema.  

Ella piensa que su deber es transmitir lo que ya experimentó en Cochabamba y está dispuesta a transferir sus conocimientos de forma gratuita.  

Después, hay que organizar mesas técnicas: ahí se definirá roles y delegará responsabilidades entre todos los participantes para que se comprometan a llevar adelante el proyecto. 

A continuación, se tiene que elaborar un Plan Maestro de Arborización. La planificación hay que hacerla en base a la identificación de las áreas verdes que hay en la ciudad, acompañar más adelante el plan con una ordenanza municipal para su protección y promoción para garantizar recursos económicos para ese tipo de proyectos. 

“Los proyectos de arborización tienen que tener un presupuesto, sí o sí, no se pueden hacer de forma voluntaria”, alerta. 

Jiménez asegura que se puede diseñar un buen proyecto en un mes, el tema administrativo es lo que más demora. Explica que hay que trabajar con planificación (ponerse de acuerdo sobre dónde estarán las áreas verdes), gestión (asignación de recursos y voluntad política) y silvicultura (manejo, tratamiento y diseño). Con esos tres elementos, se logrará el objetivo añorado.  

La alcaldía debe encarar esa tarea. Si realiza un trabajo responsable y comprometido, se podrá tener unos 1.000 plantines de buena calidad hasta fines de 2023, después hay que plantarlos en lugares bien definidos. Así se podrá recibir al Bicentenario con una ciudad jardín bien remozada, con lindos arbolitos en pleno crecimiento.  

Árboles nativos, introducidos y especies exóticas 

Jiménez observa que en el centro histórico hay muchas veredas sin árboles; entonces, para volver esos sectores verdes aconseja usar especies de corte pequeño y de fácil adaptación, como el tajibo, por ejemplo. 

Para los espacios verdes, lo ideal es tener árboles de mayor envergadura que generen follaje y sombra. También propone rescatar especies nativas como acacias, ceibos, atipas, chilijchis, t’akhos, molles, sina sinas, que se pueden combinar con pacay y palta, una especie simbólica de Sucre.  

“Con la silvicultura se da a los árboles una buena estructura. Así se recupera áreas verdes, bosques y parques”, afirma •

Su perfil 

 Sarah Jiménez Villarpando es ingeniera forestal, nació en Potosí, pero vive desde hace más de 35 años en Cochabamba.  

Desde 2016 es gestora e impulsora de la Gestión del Arbolado Urbano en Cochabamba, elaboró el Plan Maestro de Forestación Urbana para la ciudad capital de ese Departamento con un equipo de profesionales. 

Asimismo, trabajó en la elaboración de la Ley del Arbolado Urbano del municipio de Cochabamba, junto con su reglamentación. 

También elaboró el proyecto de Revitalización del Arbolado Urbano de la avenida Heroínas, que tiene un presupuesto anual de 1 millón de bolivianos. Implica la arborización de las aceras y estructura de los protectores; está en su segunda fase.   

Dicta cursos de capacitación en silvicultura urbana a profesionales de diferentes áreas. También trabaja con diplomados en esa especialidad. Dicta la cuarta versión.  

Impulsa la formación de mujeres en silvicultura urbana, para que encuentren oportunidades en el campo laboral y profesional, prestando servicios en manejo de podas, en gestión y planificación de arbolado, corredores ecológicos, arbolado en áreas verdes, que es lo que más se necesita en todo el país.  

Carrera pedestre “Árboles para mi ciudad”  

Es una actividad deportiva con enfoque medioambiental, a desarrollarse a iniciativa de la Asociación Civil Sucre Malinas, en el marco del aniversario 35 del diario Correo del Sur, con la colaboración de la Cainco Chuquisaca y el respaldo institucional de la Comisión de Medio Ambiente del Concejo Municipal. 

El objetivo es promover conciencia en la ciudadanía sobre la importancia de la arborización en la ciudad y reconocer a los árboles como un recurso natural invaluable que aporta significativamente a la calidad de vida de los ciudadanos. 

A través de la misma se pretende recaudar fondos para activar una campaña masiva interinstitucional y ciudadana de plantación de árboles, orientada a mitigar el déficit de vegetación existente y embellecer los ingresos a la ciudad de Sucre, tomando en cuenta su vocación turística. 

Hay categoría Infantil, de 8 a 12 años; Familiar, para menores de 8 años acompañados de sus padres; Amateur, de 35 a 59 años, y Seniors, de 60 para adelante. En estas categorías se recorrerá dos kilómetros. 

Asimismo, está la categoría Juvenil, de 13 a 18 años; Libre, de 19 a 34 años; Master, de 35 a 59 años. En estas categorías se recorrerá cinco kilómetros. 

Este evento se realizará el domingo 20 de noviembre. La concentración será a las 8:00 en la avenida de Las Américas, a la altura de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). La partida será ahí mismo a las 8:30. 

La inscripción se realiza en oficinas de Correo del Sur, calle kilómetro 7 N° 202. El costo del registro es 20 Bolivianos. Los recursos serán destinados para la compra de protectores e insumos para la campaña de arborización.