Belleza bajo fuego
Una vez más, los certámenes de belleza están en la mira de quienes los consideran como otra forma de agredir a las mujeres, un tema altamente sensible en un país con índices tan altos de violencia contra estas e incluso alarmantes cifras de feminicidios.
Una vez más, los certámenes de belleza están en la mira de quienes los consideran como otra forma de agredir a las mujeres, un tema altamente sensible en un país con índices tan altos de violencia contra estas e incluso alarmantes cifras de feminicidios.
La Miss Bolivia 2022, María Fernanda Pavisic Rojas, fue quien reavivó las brasas y le echó gasolina al asunto con su polémico video en el que se burla de candidatas a Miss Universo a las que considera mayores —las llama “las doñas”— y el señalamiento a Miss Argentina como Potosí, antes de reírse a carcajadas.
“Nosotros hemos sido los primeros sorprendidos con lo que pasó, es lo contrario de lo que les inculcamos a las señoritas —dice la directora de Miss Chuquisaca, Martiza Blanco—. Pensamos que estas cosas no deben ocurrir y debe ser un antecedente, no solo para una miss, sino para cualquier persona que ame a su Departamento y esté en una posición de representar. Más bien, deben motivar a la juventud a practicar una cultura de paz. Nosotros siempre les decimos a las señoritas que, si van a postear algo, se tomen un minuto para reflexionar y otro para investigar la ortografía y gramática de sus textos para no cometer errores. Eso es lo que les inculcamos a las chicas”.
Fue la única opinión que conseguimos por parte de los organizadores de certámenes de belleza en Bolivia. Las reinas vigentes, las de este año y los anteriores, se excusaron de declarar señalando que Promociones Gloria se los había prohibido.
Violencia
Las activistas son las principales críticas contra las elecciones de belleza.
Alba María Quispe es animalista y presidenta de la Asociación Protectora de Animales de Potosí y dice que “los certámenes de belleza son una forma de violencia contra la mujer, dontra las mujeres que participan, ya que las mismas son expuestas a recibir críticas y/o agresiones verbales al ser mostradas como objetos que tienen que ser analizados en todos los ángulos para decidir qué defectos tienen y poder irlas descartando hasta elegir a la que un jurado considera que cumple con todos los requisitos para obtener el título por el cual compiten”.
Agrega que “también es una forma de violencia simbólica para las mujeres en general y las niñas que no participan de estos eventos pero que desde la infancia se las convence de que su mayor atributo como seres humanos tiene que ser el poseer las características de los estereotipos de belleza que se les presenta y el no alcanzar estos modelos de belleza afecta su autoestima y provoca que inviertan recursos económicos y tiempo en tratar de ser iguales a esos modelos que en general no son reales, esta inversión de recursos en la belleza limita el crecimiento de las mujeres en otros aspectos de la vida como la formación académica”.
Por su parte, desde Quito, donde cursa un posgrado, la lideresa de la organización colectiva feminista Mujeres de Plata, Evelyn Callapino, señala que “los certámenes de belleza fomentan la cosificación de las mujeres, encasillan a las mujeres a un estereotipo principalmente blanco, occidental y lo más alejado a lo indígena. Estos aspectos no representan la diversidad de las mujeres bolivianas. Los requisitos de Promociones Gloria, por ejemplo, reducen a las mujeres a un pedazo de piel y carne complaciente a la mirada machista”.
También considera que “estos certámenes no toman en cuenta el análisis de la historia, la diversidad cultural y social y otros aspectos de más aporte para la sociedad. Creo que, como sociedad, mostraríamos mayor madurez si dejáramos de consumir este tipo de certámenes que se basan únicamente en apariencias”.
Utilidad
En el otro extremo están las ex miss, aquellas mujeres que conocieron los certámenes por dentro y, por tanto, los conocen mejor que nadie.
Por ejemplo, desde La Paz, Zulma Duarte Rocabado, que fue Miss Potosí en 1985, afirma que los certámenes de belleza son muy útiles si uno sabe aprovechar las oportunidades que brinda este tipo de eventos.
“Las puertas se abren a diferentes escenarios, modelaje, comunicación, ser portavoz a nivel local nacional y hasta internacional como es nuestra ex miss Bolivia, Lenka Nemer”, agrega.
Pero también tiene una visión crítica con lo sucedido: “ahora más que nunca, con el alcance que tiene, la tecnología que hace que uno ya no esté en el anonimato, las redes sociales que juegan un papel preponderante por ser parte del público, pero al mismo tiempo tiene sus pros y contras como pasó con la Miss Bolivia (Fernanda Pavisic), que no supo cuidar su imagen, un error por poca madurez y desinteligencia que se volcó todo en contra, con su dizque ‘experimento social’".
Por su parte, desde EE.UU., donde reside, la Señorita Potosí 2014, María Jesús Durán Buitrago, argumenta que “los concursos de belleza siempre han estado ligados al orgullo y la identidad de las fibras más íntimas de cada región, la cual es representada por una mujer con atributos físicos y aptitudes subjetivas que provocan admiración y son imagen ejemplificadora de una generación, más allá de otorgarle una corona y de abrirle las puertas en un entorno mediático a nivel personal es relevante para la población que sigue este tipo de concursos, como si se tratase de una plataforma donde todo el colectivo es visibilizado representado y hasta reivindicado a través de la imagen de su representante. Como lo decía un profesor de la universidad, ‘mientras más orgulloso sea el pueblo de su identidad, más importante es su reina’ quien no sólo deberá lucir un título y una banda sino su representación integral digna y de respeto será la verdadera corona que caracterizará su reinado”.
Durán es abogada de profesión y fue la primera potosina en representar a Bolivia en un certamen de belleza, en Rusia, donde dice que sintió “esa responsabilidad de representación colectiva”.
Y porque conoce de presiones, advierte del riesgo que significa que una reina de belleza sea atacada, como le está pasando a Pavisic tras el error de haber difundido su video: “la presión psicológica a la que las candidatas o la soberanas están sometidas es un factor lamentable, pero real e inevitable, pues, al ser una persona pública, pareciera que todo el público puede opinar, criticar y hasta insultar. Hay críticas positivas, de las cuales una aprende y ayudan a crecer, pero aquellas llenas de maldad son de las que casi nadie siente empatía por la Miss y aparentemente justifican que, si ella quiso entrar en los concursos, debe aguantarse todo”.
Hubo una que no aguantó todo, La Miss EE.UU. 2019, Cheslie Kryst, quien no pudo con la presión de los racistas que la atacaban por el color de su piel, pues era mulata, y terminó suicidándose en enero de este año.
Es mejor no jugar con fuego. El director de radio Loyola, de Sucre, Fariseo Laguna, agrega que “no se debe experimentar con las redes sociales, pues estás dependiendo del tipo de mensaje que puede hacerte crecer, destruir, visibilizar, etc. Lo que se dice o muestra en las redes siempre tiene un efecto. En este mundo digital nada pasa desapercibido. Todo tiene un impacto, nada es casual. Nuestros dígitos son culpables de subir o bajar contenidos” •