Separatismo con humor
Debido al talento de sus dibujantes; al humor, que muchas veces se deslizaba en forma de poesía, y a su valentía a la hora de hablar de la política nacional, “Cascabel” es la revista que marcó época en la Bolivia del siglo XX, tanto que, más de media centuria después, mucha gente la recuerda.
Debido al talento de sus dibujantes; al humor, que muchas veces se deslizaba en forma de poesía, y a su valentía a la hora de hablar de la política nacional, “Cascabel” es la revista que marcó época en la Bolivia del siglo XX, tanto que, más de media centuria después, mucha gente la recuerda.
Al finalizar la década del ’60 del siglo XX, y comenzar la del ’70, “Cascabel” tenía dos directores, Pepe Luque y Raúl Gil Valdez. En su plantel de dibujantes y redactores solo figuraban seudónimos: Rifrico, Villita, Quirito, Kaimán, Rifley, Rulo Vali, Lalo Flores, Jony Pepino y Sesohueco. La excepción que confirmaba la regla era Jorge Villanueva. Muchos de esa lista llegarían a ser tan conocidos después, que sus seudónimos los precedían.
Pero antes de los buenos tiempos, vino el cisma. Al terminar 1969, el separatismo en Santa Cruz, inspirado por reducidos grupos de ganaderos del oriente, inquietaba al presidente Juan José Torres que, finalmente, envió una comisión de ministros a averiguar lo que pasaba. Los resultados se reflejaron en una caricatura de “Cascabel” en la que el presidente se pone de puntas sobre una silla para mirar a sus enviados que, con la ropa toda desarreglada y el cuerpo lleno de impresiones de besuqueos y lápiz labial, le decían “Confirmado, mi general… ¡no hay separatismo en Santa Cruz!”.
Pepe Luque era el nombre artístico de José Luque Medina, un cochabambino de Sipe Sipe que ya hizo saltar a las autoridades de Oruro con el suplemento político “El Mosquito”, del veterano diario La Patria, allá por el 58. De allí pasó a La Paz, donde dio vida a “Cascabel”, junto a los talentos que ya mencionamos. En su biografía oficial dice que fue una crítica al coronel Hugo Banzer, que tomó el poder por las armas en 1971, lo que le valió salir de Bolivia para refugiarse en Perú, y luego pasar a Ecuador, donde se estableció.
En septiembre de 2012, Luque volvió a Bolivia, a participar en el Festival Viñetas con Altura y, en entrevista con Página Siete, reveló la razón de su destierro: “Ya en esa época había ese divisionismo entre oriente y occidente en el país. Yo hice unas caricaturas que interpretaron como ofensivas para la mujer cruceña y por eso me exiliaron”. No fue Banzer, entonces, quien lo echó, sino el mismísimo “Jotajotita”, el general del pueblo. Y, para que no quepa duda, lo dijo con todas sus letras: “Hice unas caricaturas que no le gustaron al general Juan José Torres, entonces presidente, y por ello tuve que salir exiliado en 1971 hacia Perú”.
¿Habrá sido la caricatura del separatismo? El hecho de mostrarle parándose de puntas era una directa referencia a la talla baja del presidente, pero, además, en la tapa de aquel número, el 70, publicado en febrero del ’71, estaba Torres jugando a los naipes con el Tío Sam quien le sonríe y guiña al lector mostrando su carta oculta: Víctor Paz Estenssoro.
Pero la excusa fue la supuesta ofensa a la mujer cruceña. En ese memorable número 70 se puede ver toda una página dedicada a Santa Cruz. En una supuesta sección denominada “Fauna boliviana” en la que se muestra a “El camba”, hay una cruceña mostrada como en lámina de anatomía. También hay dos caricaturas, una es de un camba durmiendo en hamaca y otra de un colla al que le da ataque cardiaco por ver a una cambita desnuda. “¿Por eso lo exiliaron o solo fue un pretexto?
Pepe Luque murió en Guayaquil, a las 21:30 locales del 30 de marzo de 2020, en pleno confinamiento por la covid-19 y, luego de que expiró, tras una larga enfermedad, la muerte le jugó una broma: el nicho que su familia le había reservado, en Parques de la Esperanza, apareció registrado a otro nombre. En plena emergencia sanitaria, se tuvo que hacer engorrosos trámites para resolver el asunto, mientras el cadáver era velado por su familia por más de tres días. Finalmente se arregló el equívoco y pudo sepultarse como se merecía •
(*) Juan José Toro es Premio nacional en Historia del Periodismo.
Los dibujos de “Cascabel”
Los gráficos que acompañan esta nota forman parte de la colección del artista Cristóbal Corso Cruz, que fueron gentilmente cedidos para esta publicación.
Su hijo Cristóbal se encargó de escanearlos y ambos artistas recomendaron publicarlos en su blanco y negro original, para apreciarlos con la intención que le pusieron los dibujantes.