Empatía + comprensión = relaciones equilibradas

Actualmente pareciera que la empatía se pierde cada vez más. Por subir un video a las redes sociales y recibir likes importa más filmar un hecho que ayudar a una persona o un animal en apuros, incluso en situaciones donde peligran sus vidas.  

Tampoco falta gente que a veces deliberadamente expone a la muerte a personas o animales para luego mostrarse ante las cámaras como sus salvadores. ¿Qué está pasando?  

Según la psicóloga Noelia Rodríguez, docente de la universidad San Francisco Xavier y de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), cada día existe mayor desensibilización de la sociedad; las redes sociales y medios de comunicación ofrecen varias situaciones dramáticas y dolorosas que provocan que cada vez sea más difícil empatizar con las personas que las sufren. 

Dice que los contenidos aversivos que brindan los medios, para la mente de las personas son reforzados por el exceso de estímulos sensoriales visuales y auditivos, que al cerebro le cuesta procesar esas situaciones impactantes, pero que a fuerza de repetirlas van perdiendo su poder de movilizar a la gente.   

“Es ahí donde se da la denominada fatiga por compasión, que una investigación constató en el personal sanitario que convive a diario con situaciones traumáticas física y emocionalmente con los pacientes, lo que les hace agotar su depósito de empatía. El indicio de falta de empatía se ha extendido a la sociedad en su conjunto: cuantas más malas noticias recibe una persona, más disminuye su capacidad de articular una respuesta empática”, comenta la profesional. 

ECOS (E). ¿Cuál es el significado de empatía y para qué sirve? 

Noelia Rodríguez (NR). La empatía es la capacidad que tiene el ser humano para situarse sin esfuerzo en la vivencia del otro; poder percibir, compartir y comprender lo que los demás pueden sentir en una determinada situación. 

Es un proceso que implica, por un lado, la capacidad de compartir emociones con otros, de contagiarse de ellas, se basa en la experiencia del otro como similar, es la capacidad de comprender al otro como diferente, como un individuo cuyo mundo mental es distinto al propio. 

Nos sirve para facilitar las relaciones interpersonales, para conectarnos con los demás y sus vivencias, así como poder reconocer lo que el otro está pensando o sintiendo; quitándose los filtros y prejuicios que nos permiten mejorar las relaciones de manera más fluida. 

Las personas empáticas pueden generar un mejor clima emocional de acuerdo con las necesidades de los demás e ingresar en una sintonía que permita la calidad de las relaciones interpersonales. 

Diversos estudios dan cuenta que la empatía puede disminuir indicadores de agresividad, que en la mayor parte de las veces surgen del profundo desconocimiento que tenemos de los que nos rodean y las pocas habilidades socio-cognitivas. 

(E). Empatía o simpatía ¿Cuál es la diferencia? 

(NR). La diferencia entre ambas es la emoción. La empatía es experimentar el sentimiento de otra persona, ese componente emocional permite conectarse y sentir lo que en ese momento vive la otra persona.  

En cambio, cuando hablamos de simpatía, se comprende el sentimiento del otro sujeto, pero no se siente lo mismo que está padeciendo.  

O sea, la simpatía tiene que ver más con la expresión subjetiva de sentimientos y pensamientos, mientras que la empatía busca la comprensión objetiva del mundo interno del otro. 

(E). ¿Se puede desarrollar la empatía? 

(NR). La empatía se puede entrenar y desarrollar mediante la escucha activa (una técnica que se usa para mostrar a nuestro interlocutor que existe la disposición de comprender lo que enuncia), el respeto y una serie de actividades que permitan gestionar las emociones de manera adecuada al contexto y emoción. 

Aquí, la educación juega un rol fundamental para favorecer el desarrollo de valores, entrenar prácticas pro sociales de ayuda al entorno inmediato, esto es clave para equilibrar las emociones y generar una sociedad más sana direccionada hacia el bienestar pleno individual y grupal. 

(E). ¿Cuántos tipos de empatía hay? 

(NR). Podemos resaltar dos tipos de empatía: la emocional y cognitiva. La primera consiste en conectar con la otra persona tratando de sentir lo por lo que está pasando.  

La segunda ocurre cuando se busca solucionar rápidamente el problema que llevó a que el otro se sienta así.  Muchas veces la empatía cognitiva puede resultar incómoda, porque existen personas que no están en búsqueda de una solución, solo quieren ser entendidas. 

(E). ¿Es necesaria la empatía para comprender las necesidades de los demás? 

(NR). La empatía es crucial para las relaciones satisfactorias, para poder conectar con las necesidades del otro, lo que nos favorece a crear vínculos más profundos y armónicos compartiendo emociones de manera más asertiva y/o adecuada. 

(E). ¿Los que nos cuidan también necesitan de nuestra empatía? 

(NR). Todas las personas necesitan sentirse validadas y entendidas, somos seres sociales por naturaleza; por lo cual sentirnos comprendidos favorecerá a nuestra autoestima y a nuestras capacidades para resolver los problemas de la vida diaria; evitando así el desgaste desde el vínculo que da la empatía que generan relaciones más equilibradas y sanas. 

(E). ¿Se debe sentir empatía por los animales? 

(NR). Sentir empatía por todos los que nos rodean es esencial para distinguirnos como seres humanos. Si perdemos esa capacidad de reaccionar empáticamente ante el dolor ajeno, sean personas o animales, habremos, dado un paso atrás como seres humanos y como sociedad.

Consejo 

La psicóloga dice que es fundamental el desarrollo de programas sociales y hábitos en las familias que permitan fortalecer y desarrollar habilidades socio-cognitivas entre ellas, como la empatía, escucha activa, auto-control, compasión, pensamiento creativo, asertividad, razonamiento crítico y autocuidado. 

Estas habilidades brindan herramientas para la gestión constructiva de conflictos y otras habilidades para la convivencia equilibrada intra e interpersonal; estas deben ser enfocadas desde la práctica cada día, desde el ejemplo. Así, se generará una mejora social construyendo vínculos asertivos, personas más estables capaces de contribuir a un ambiente saludable y armónico.