El orgasmo como derecho

Hablar sobre el orgasmo debe dejar de ser un tema tabú en las sociedades actuales porque es un derecho. ¿Sabías que, en Latinoamérica, el 30% de las mujeres nunca o casi nunca tuvo un orgasmo? De acuerdo a estudios, esto respondería a represiones, temores y falta de comunicación en la intimidad.

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El orgasmo como derecho Foto: Internet

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    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 06/02/2023 02:13

    Hablar sobre el orgasmo debe dejar de ser un tema tabú en las sociedades actuales porque es un derecho. ¿Sabías que, en Latinoamérica, el 30% de las mujeres nunca o casi nunca tuvo un orgasmo? De acuerdo a estudios, esto respondería a represiones, temores y falta de comunicación en la intimidad. 

    Se define al orgasmo como una sensación extrema de placer intenso que se produce en respuesta a una actividad sexual estimulante. 

    ECOS conversó sobre el orgasmo con Marynés Salazar, doctora en ciencias de la educación, master en filosofía y ciencia política, especialista en sexualidad y licenciada en psicología clínica sistémica. También es directora de la asociación Psinergia-Centro de Investigación y Desarrollo Humano. 

    Salazar explica que las personas tienen cuatro momentos en la respuesta genital: El primero tiene que ver con el deseo, un impulso que empuja a buscar placer en el cuerpo, especialmente en los genitales.  

    El segundo momento es la excitación, es la respuesta del cuerpo al estímulo que se busca generando sensaciones en el organismo especialmente en los genitales.  

    El tercer momento es la fase de la meseta, cuando el organismo se prepara y se tensiona en busca de placer. En el caso de las mujeres, se da por una excitación sostenida a nivel de los genitales y en los hombres por una erección sostenida a nivel del pene. 

    Como una forma de liberación de la tensión acumulada en el cuerpo y en los genitales se experimenta el orgasmo, que se define como la liberación de la tensión sexual y erótica acumulada en el cuerpo, especialmente en los genitales: en la vulva de la mujer y en el pene del varón. 

    El cuarto momento es la resolución: en el varón ocurre cuando el pene vuelve a su estado primario, es decir, sin erección. En las mujeres, la resolución puede tardar un poco más. Si después de tener un orgasmo sigue estimulando su vulva puede gozar de otros orgasmos antes de la resolución. 

    Salazar afirma que el orgasmo es un proceso natural que puede ser aprendido para conseguirlo. 

    Orgasmo femenino y machismo  

    En sociedades patriarcales con características machistas se esperaba que el orgasmo femenino sea producto de acciones masculinas, es decir, se suponía que se dé por la penetración coital de un hombre y que sea él quien genere esa vivencia placentera. 

    No obstante, se sabe desde el siglo XX que el orgasmo femenino no depende de una penetración sino de la estimulación o fricción del clítoris, cuyas terminaciones a lo largo de la vulva generan la sensación placentera. 

    Por la forma de cómo se concebía el placer de la mujer, “como dependiente de una penetración masculina”, había y hay muchas que no tienen orgasmos. 

    No se limita al coito 

    La experta indica que del mismo modo se pensaba sobre la masturbación: en los hombres se creía que era un acto inmoral, sucio y pecaminoso y en las mujeres ni se imaginaba un acto masturbatorio como exploración de los genitales. 

    Según Salazar, a medida que se va dejando ciertas taras sociales se entiende que hombres y mujeres deben recuperar su cuerpo, incluidos los genitales, para ir regulando la respuesta sexual. De a poco se va abriendo el diálogo sobre ese tema, manifiesta. 

    La psicóloga afirma que en el mundo hay taras sociales, normas sociales y culturales que lastiman la vida de las personas, en especial de las mujeres.  

    Por ejemplo, todavía hay países en los que se practica la clitorotomía, que consiste en la extirpación del clítoris por considerar que las mujeres están hechas para la reproducción y no para el placer. 

    Si bien en otras sociedades no hay esas prácticas tan extremas, existe una presión social muy fuerte para que las mujeres no exploren sus cuerpos y no busquen fuentes de placer propias.  

    Esas presiones en gran medida están sustentadas por distorsiones, sobre todo religiosas, que idealizan a la mujer como pura, casta, inocente y virginal, limitando el reconocimiento de su cuerpo y del placer en el mismo. 

    En tal sentido, muchas mujeres nunca se vieron desnudas, no observaron sus genitales frente a un espejo y otras jamás exploraron solas su respuesta sexual; entonces, al pensar que el placer tiene que ser generado por la práctica coital, limitaron su propia exploración y disfrute. 

    Es por eso que muchas mujeres tienen relaciones coitales pero no conocen un orgasmo, pueden sentir excitación y llegar a la meseta, pero no terminaron de explorar la liberación de la tensión sexual por miedo de ser juzgadas. 

    “Existen féminas que no hablan con sus parejas sobre aquello que les hace sentir placer o displacer y solo se limitan a complacer a su pareja”, explica Salazar. 

    Es un derecho y tiene su día 

    Según la psicóloga, es importante tener un orgasmo porque forma parte de la naturaleza del cuerpo, es una sensación de profundo placer que genera liberación de tensiones y de estrés y es un derecho que tienen todas las personas. 

    Por esa razón, se celebra el Día Internacional del Orgasmo Femenino cada 8 de agosto con el objetivo de crear conciencia sobre la sexualidad femenina y el derecho al placer de las mujeres, ya que aún existen muchos tabúes y miedos en torno a la expresión del deseo sexual por parte de ellas. 

    Según Salazar, hay que aprender a sentir orgasmos y esto tiene que formar parte de la exploración personal y de la conciencia de que todos tenemos derecho a vivir en la intimidad. 

    ¿Hay tratamientos?  

    Sí. Salazar dice que lo primero que tiene que hacer la mujer es hablar sobre el tema con su pareja, pero si no tiene la suficiente confianza debe buscar la ayuda de un profesional psicólogo, para que identifique por qué ha tenido niveles de represión para no explorar su cuerpo y sensaciones y si habría algún compromiso neurológico. 

    Si fuera así, tiene que acudir a un médico que le ayude a identificar por qué se bloquearon las sensaciones de placer. Dice que la mayor parte de las que no sintieron orgasmo están mediadas por represiones, temores y falta de comunicación en la intimidad.  

    Manifiesta que hay tres dimensiones que pueden converger en el logro de un orgasmo o en no sentirlo. El primero tiene que ver con el cuerpo y la respuesta neurológica, el segundo se relaciona con la mente y el manejo de concepciones del placer y el tercero con lo social, relacionado a lo educativo que puede generar un encuentro placentero con todo el cuerpo o la represión del placer. 

    En la medida en que las mujeres no reconozcan su derecho al placer, la presión social puede influir en la mente y psicología de ellas y generar rechazo y temor a su propio cuerpo para que no haya búsqueda de sensaciones placenteras. 

    También pueden influir en la forma en la que el cuerpo reacciona. Salazar asegura que existen pocas zonas con componentes fisiológicos que limiten el orgasmo; “tendría que haber un compromiso neurológico muy fuerte o desorden en la columna que impida pasar las sensaciones en el cuerpo o algún accidente específico; por lo demás, la mayor parte de las personas pueden sentir orgasmo siempre”, asegura.  •

    Mitos 

    Hay muchos mitos que durante siglos acompañaron a la humanidad y han detenido la exploración del cuerpo de las mujeres en solitario y en una relación con pareja:

    Una mujer que tiene orgasmos tuvo múltiples relaciones coitales y con muchas parejas. 

    Se caen los dedos de las manos o salen pelos en ellas por masturbarse. 

    El orgasmo mediante masturbación genera trastornos mentales. 

    Si una mujer siente orgasmos en solitario es demoniaca, sucia. 

    Las personas solo pueden tener orgasmos después de casarse. 

    Después de cierta edad no se puede llegar al orgasmo. 

    La gratificación sexual se basa en el órgano genital. 

    Mi orgasmo es responsabilidad de mi pareja. 

    Sin orgasmo no será un coito satisfactorio. 

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