Récord Bicentenario

En 1789, Thaddeus Peregrinus Haenke tenía apenas 28 años y, pese a ello, la Universidad de Viena lo eligió como especialista botánico para integrar la “Expedición vuelta al mundo”. Los expedicionarios partieron de Cádiz el 30 de julio de 1789 y retornaron el 21 de septiembre de 1794, pero sin Hanke.

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Récord Bicentenario Foto: Varias fuentes

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    Juan José Toro Montoya
    Ecos / 06/02/2023 01:16

    En 1789, Thaddeus Peregrinus Haenke tenía apenas 28 años y, pese a ello, la Universidad de Viena lo eligió como especialista botánico para integrar la “Expedición vuelta al mundo”. Los expedicionarios partieron de Cádiz el 30 de julio de 1789 y retornaron el 21 de septiembre de 1794, pero sin Hanke. El joven naturalista había decidido quedarse en América porque estaba fascinado con todo lo que encontró en el continente y particularmente con los valles y selvas de Charcas, hoy Bolivia. Fue él quien descubrió los nenúfares gigantes que, dos siglos después, fueron catalogados como los más grandes del mundo.

    Estamos hablando de tres especies pero, aparentemente, con un mismo origen. En 1801, Hanke ingresó hasta el Amazonas y se encontró con estas plantas de hojas enormes que le impresionaron tanto que le hicieron “caer de rodillas de la admiración”. Registró su hallazgo, como muchos otros en su largo viaje, pero no alcanzó a describir oficialmente a la especie para las Academias de Ciencias de Viena y de Praga, de las que era socio, porque murió en Cochabamba, en 1817.

    Dos años después de su muerte, otro botánico conoció los nenúfares, Aimé Jacques Alexandre Goujaud Bonpland, que pasó a la historia con el nombre corto de Aimé Bonpland y por haber formado parte de la expedición de Alexander Von Humboldt. En 1827, otro explorador conocido nuestro, Alcide Charles Victor Marie Dessalines d'Orbigny, o Alcides d'Orbigny, también observó la planta.

    Pero la verdadera disputa fue por el registro de la especie. En 1832, el alemán Eduard Friedrich Poeppig describió un nenúfar gigante al que llamó Euryale amazónica y apenas cinco años después, lo propio hicieron el germano-británico Robert Hermann Schomburgk y el británico John Lindley, pero llamaron a la planta “Victoria Regina”; es decir, reina Victoria. Eso tenía una explicación: el Royal Botanic Gardens o Real Jardín Botánico de Kew estaba a punto de cerrarse y Victoria estaba comenzando su reinado. 

    En realidad, quien se había topado con la planta, en una expedición patrocinada por la Sociedad Real Geográfica de Londres, fue Schomburgk, puesto que Lindley no salió de la comodidad de su cátedra de la University College de Londres, pero fue él quien “vendió el charque” a la reina Victoria al momento de presentar el nenúfar gigante: “Por lo tanto, no es menos mi deber... al distinguir el ilustre nombre de Su Majestad, con mucho, la especie más majestuosa de la familia de las Ninfas, una de las producciones más nobles del Reino Vegetal, encontrada en los dominios sudamericanos de Su Majestad por un caballero [Schomburgk] que viajaba bajo los auspicios del Gobierno de Su Majestad ...".

    Lindley hablaba de los dominios de la reina Victoria debido a que Schomburgk encontró la planta en la Guayana Británica, hoy Guyana, por donde también están la selva y el río Amazonas. La reina quedó encantada con el nombramiento y no solo mantuvo abierto el jardín botánico de Kew, sino que patrocinó las investigaciones de la Sociedad Real Geográfica de Londres y la Real Sociedad de horticultura.

    Mientras eso ocurría, el hermano menor de Alcides d'Orbigny, Charles, registraba, sin tanto aspaviento, otra especie, una Nymphaeaceae gigante que, por su tamaño y apariencia, era muy parecida a la reportada por los británicos, y comenzó a llamarse “Victoria Regia”. Con el fin de diferenciar ambas especies, la de D'Orbigny recibió otro sobrenombre, “Victoria cruziana”, en referencia al gobierno del presidente boliviano Andrés de Santa Cruz, que fue el que financió la expedición del francés.

    Dos siglos después

    España volvió a meterse en este juego de hallazgos y no hallazgos en 2006, cuando el horticultor asturiano Carlos Magdalena, que trabaja en el jardín botánico de Kew, vio unas fotografías de la planta. “Una vez que conoces a una especie, es como conocer a una persona. Con solo un vistazo no hace falta pensar. Un día yo me encontré con una foto de un jardín de Santa Cruz y me di cuenta automáticamente en cuanto la vi”, le dijo el horticultor al diario español El País.

    Lo que vio fue nenúfares pero que no se parecían a la “Victoria regia” —mejor conocida como “Victoria amazónica”, para diferenciarla de la “Victoria cruziana”—, sino a otras de una especie que permanecía prácticamente oculta desde 1845 en el herbario de Kew. Estaba allí, nacía, se reproducía y moría, como las otras, pero creían que era una de las dos especies ya conocidas. Comenzaron entonces los contactos con el Herbario Nacional de Bolivia, el Jardín Botánico de Santa Cruz y los jardines de la Rinconada, que donaron las semillas que sirvieron para hacer crecer y florecer la especie en Kew. La comparación de ADN permitió confirmar que las especies de Bolivia son las mismas que se conservaba desde hacía 177 años. El gran detalle es que no son “Victoria amazónica” ni “Victoria cruziana” sino otra especie que, siguiendo la tendencia de llamar “descubrimiento” a todo lo desconocido, fue reportada por varios medios como una especie nueva, aunque en realidad no lo es.

    “Los datos genéticos indicaron que la ‘Victoria boliviana’ se separó de la ‘Victoria cruziana’ hace un millón de años”, escribió Beatriz Serrano en El País y agregó que “el nombre de la nueva especie es un homenaje a sus compañeros bolivianos y al hogar donde crece el nenúfar en América del Sur”.

    Récord Guinnes

    Desde que estos datos se hicieron públicos, en la edición de julio de 2022 de la revista “Frontiers in Plant Science”, los ejemplares del Jardín de la Rinconada estuvieron bajo observación y, dado su enorme tamaño, lo que se hizo fue medirlas para confirmar las previsiones: es más grande que las otras dos especies.

    La medición certificada reveló que tiene un diámetro de 3,2 metros, que aumenta a 3,37 metros si se toma en cuenta el borde doblado hacia arriba. Es el nenúfar más grande del mundo, ya que la “Victoria amazónica” llega a 2,3 metros y la “Victoria cruziana” a 2,4 metros.

    Confirmada su condición de lirio gigante de agua más grande del mundo, recibió el certificado oficial de Guinness World Records y ahora todos quieren subirse a su podio: España dice que lo descubrió un español, Carlos Magdalena; el Reino Unido se lo adjudica por el hecho de que tiene la especie en el jardín de Kew y, afortunadamente, nadie discute el hecho de que la planta es boliviana.

    Pero… ¿quién la descubrió realmente? Por ser el primer europeo que se la encontró, su descubridor sería Thaddeus Peregrinus Haenke, a quien conocemos mejor como Tadeo Haenke, aunque eso no resuelve el mayor misterio: ¿cómo fue que su semilla llegó hasta Kew en 1845? •

    (*) Juan José Toro es vicepresidente de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).

    Hábitat del ç∂ƒ√ 

    “Victoria boliviana” está restringida a Bolivia y las llanuras aluviales de los Llanos de Moxos, cuenca del Mamoré, identificadas como Centro de Diversidad Vegetal y Endemismo. Estas áreas son consideradas por Langstroth Plotkin (2012). Moxos está rodeado por los bosques de la cuenca del Alto Madeira y es un área de vegetación en gran parte abierta: humedales herbáceos, pastizales, sabanas y bosques. Las imágenes sugieren que el rango de “Victoria boliviana” se extiende más al oeste (natural o cultivado) hasta Rurrenabaque.    

    Mucho antes de la descripción de Poeppig (1832); Schomburgk (1837) y D'Orbigny (1840), el nenúfar era bien conocido por los pueblos indígenas de América del Sur, apareciendo en narrativas indígenas y con usos culturales solo parcialmente documentados.

    Los nombres locales para “Victoria amazónica” que se han registrado incluyen 'auapé-yaponna', después de auapé (Jacana jacana), un pequeño pájaro que a menudo se ve corriendo sobre sus hojas mientras que “Victoria cruziana” ha sido llamada 'yrupé', 'yacare yrupé' o 'naanók lapotó' ('poncho del yacaré').

    Fuente: Frontiers in Plant Science

    “Vuelta al mundo”

    La “Expedición vuelta al mundo” estuvo encabezada por Alessando Malaspina y José de Bustamante y Guerra. Se la calificó como un “viaje científico y político alrededor del mundo” y acumuló abundante información sobre astronomía, botánica, zoología, geografía, hidrografía, orografía, cartografía, etnografía y medicina de América. En lo que se refiere a botánica, se recogió semillas con las que se logró recuperar especies ya en España, pero la expedición no llegó al Amazonas y terminó en 1794. Tadeo Haenke partió con ella, pero se quedó en América y murió en Cochabamba en 1817.

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