Billetitos de Alasita
“El billetito de Alasita está presente en los hogares al formar parte de los juegos de infancia y de mesa, cuando está archivado en alguna maletita, en el baúl de casa, en la billetera o la cartera. Pero además han sido y son utilizados como material educativo y didáctico para la enseñanza”
“El billetito de Alasita está presente en los hogares al formar parte de los juegos de infancia y de mesa, cuando está archivado en alguna maletita, en el baúl de casa, en la billetera o la cartera. Pero además han sido y son utilizados como material educativo y didáctico para la enseñanza”, así inicia su relato María Antonieta Herrera Loayza.
Ella nació en Sucre y estudió Antropología en la Universidad Mayor de San Andrés.
Cuenta a ECOS que escogió esta temática para hacer su tesis con el fin de conocer más sobre la historia de la vida social de los billetitos de Alasita. Dice que es un papel miniatura peculiar por sus formas, diseños, contenidos, simbolismos y usos.
“En algún momento de nuestra vida y por cualquier motivo han caído a nuestras manos algunos billetitos de Alasita; no hay boliviano que no conozca el billetito y todo lo que conlleva. Sabemos lo que representa claramente, es dinero o papel moneda en miniatura y, en nuestra memoria colectiva y creencias, adquirirlo es parte de una serie de rituales para atraer y hacer circular la buena fortuna”, expresa Herrera.
Hay billetes de Alasita que las personas conservan de los años ochenta, setenta y otros anteriores, son reproducciones símiles a los reales de esa época, por eso cuentan parte de nuestra historia.
Dice que el billetito de Alasita, desde la perspectiva cultural, tiene una historia de vida que se puede reconstruir y relatar a partir de las memorias de las personas y documentos disponibles.
Estudio hemerográfico y catalogación
Desde hace dos años, Herrera investiga este tema que contempla el trabajo de campo con la realización de entrevistas, un estudio hemerográfico y la catalogación de colecciones públicas y privadas de los billetes.
Recopiló testimonios de vendedoras del sector billetitos “24 de Enero”, decanos en miniatura, afiliados con mayor antigüedad a la Federación Nacional de Artesanos y Expositores de Navidad y Alasitas (Fenaena); vendedoras mayoristas de billetitos de Alasita; imprentas y gráficos de la ciudad de La Paz; especialistas e investigadores, expertos en numismática, coleccionistas y autoridades paceñas y nacionales.
Según Herrera, existen muchas vivencias y anécdotas que recopilar alrededor de los billetitos de Alasita, como situaciones cotidianas. Por ejemplo, “¿quién no ha recibido alguna vez un billete de Alasita de cambio?”, pregunta…
Hay billetes de Alasita que forman parte de la colección de Ekekos del Museo Costumbrista “Juan de Vargas” en La Paz, de la colección del Museo de Arte Contemporáneo “Antonio Paredes Candia” en El Alto y de la colección del Museo de Etnografía y Folclore (Musef) de Sucre.
Asimismo, existen aficionados a la numismática, especialistas en historia del papel moneda que también coleccionan billetitos de Alasita.
Regulado por el BCB
Herrera comenta a ECOS que a finales del siglo XX el Banco Central de Bolivia empezó a regular la fabricación de billetes de Alasita de tamaño real (es decir, iguales a los auténticos), a raíz del registro de estafas y falsificaciones. Deben ser al menos un 25% más chicos o grandes que los originales; si no es así, son incautados.
Agrega que el municipio de La Paz incauta toneladas de billetitos fuera de norma cada año. En contraparte, las imprentas producen cantidades ilimitadas de billetitos de Alasita, destinados para la circulación interna y son también “for export”, que lo hace parte del patrimonio gráfico de paceños y bolivianos.
“El billetito de Alasita en su forma y diseño expresa diferentes momentos históricos del siglo XX en nuestro país. Hay una increíble variedad que evidencia la inventiva y creatividad de los gráficos paceños y bolivianos, además de los saltos tecnológicos, oficios y técnicas de impresión, que en algunos casos desaparecen, como los tipógrafos, por ejemplo”, comenta Herrera.
Algunas curiosidades
Según la investigadora, el billete de Alasita forma parte de la vida social de los bolivianos a partir de la Guerra del Chaco y cobra enorme popularidad en la segunda mitad del siglo XX.
Otro dato curioso es que hoy en día este rubro es liderado especialmente por mujeres, entre octogenarias y nuevas generaciones, que le dan vida a los billetes adornándoles con amuletos de la buena suerte y atribuyéndoles cualidades mágicas a sus artes y oficio.
Forman parte de una red itinerante que lleva al billetito de Alasita dentro y fuera de las fronteras en diversas festividades patronales. Muchas de ellas recibieron el oficio de generaciones pasadas y ahora son parte de una organización muy importante.
Por otra parte, se celebra rituales de “devolución” a la medianoche para recibir el 24 de enero. Se ve a una multitud lanzando una lluvia de billetitos de Alasita, cerveza, alcohol y otras miniaturas al monumento al Ekeko (obra en piedra comanche de Víctor Zapana, realizada en 1977, que se encuentra en el Campo Ferial).
Registro de fotografías
Herrera indica que cuenta con registros fotográficos de la hemerografía consultada y de las entrevistas realizadas a los informantes.
Solo las piezas de billetes de Alasita catalogadas de colecciones de museos y de particulares pasan el millar, sin contar con los registros etnográficos de imprentas, actividades de antes, durante y después de la feria de Alasita, así como de los variados contextos y formatos en los que tiene presencia el billetito.
“De esta manera he identificado que el primer registro fotográfico sobre los billetitos de Alasita está en una publicación del diario La Razón del 25 de enero de 1945, avance que publicamos en nuestro blog http://tejiendo-futuro.blogspot.com/.
El aspecto visual es muy importante en el billetito de Alasita, por lo que nos posibilita leer en sus imágenes, textos y alegorías. Y el archivo fotográfico es muy valioso en ese sentido”, explica Herrera.
Desde el punto de vista de Herrera, la feria de Alasita siempre cumplió el rol de cohesionador social en nuestra sociedad.
Esa feria y otras festividades de cualquier género y en cualquier época reúnen a los bolivianos en torno a las creencias y tradiciones; en muchos casos se recrean lazos sociales positivos en esos espacios, y en este caso, es a partir de la fe.
“Toda fiesta en alguna medida integra más a la sociedad. Según las descripciones y bibliografía extensa sobre la feria de Alasita, se ha caracterizado por ser una celebración que goza de amplia popularidad, al punto de trascender nuestras fronteras, razón por la que se reconoce como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, sostiene.
Su lugar en la vida
A decir de Herrera, el billetito de Alasita ocupa un lugar significativo porque es reflejo de la historia del papel moneda de Bolivia. Expresa las diversas formas en las que los bolivianos se relacionan y entienden con el dinero, su valor, significados y cambios.
Considera que forma parte del patrimonio gráfico paceño y boliviano. Espera que su estudio sea una contribución al conocimiento y comprensión del papel del billetito de Alasita en nuestra historia y cultura •