Los 43 del “Gastro”
El 22 de marzo, el Instituto de Gastroenterología Boliviano Japonés Sucre cumplió 43 años de vida ininterrumpida al servicio de la población del sur del país.
El 22 de marzo, el Instituto de Gastroenterología Boliviano Japonés Sucre cumplió 43 años de vida ininterrumpida al servicio de la población del sur del país.
En la actualidad, el “Gastro” (como también se lo conoce) es uno de los nosocomios de referencia y con más prestigio del sur del país.
A lo largo de estos años trabaja en la atención médica y quirúrgica especializada, para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades digestivas con profesionalismo, tecnología, responsabilidad social y calidez humana.
Además, es un centro de especialización de médicos especialistas de pregrado y posgrado, informa Joel Gutiérrez Beltrán, médico intensivista, past presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva y director del Instituto Gastroenterológico Boliviano - Japonés Sucre desde el 8 de octubre de 2021.
“Es instituto de gastroenterología del aparato digestivo, atiende patologías exclusivamente del aparato digestivo: boca, laringe, faringe, esófago, estómago, intestinos delgado y grueso, hígado, vías biliares, páncreas y vesícula”, detalla.
Después de 43 años de servicio, la infraestructura del “Gastro” no es la más adecuada. Por eso es importante que autoridades departamentales y nacionales la mejoren ampliándola.
Con el crecimiento demográfico de la población, la demanda de pacientes aumentó y, para mejorar la atención a los pacientes, es vital que ese espacio crezca.
En este sentido, Gutiérrez informa a ECOS que determinaron un plan de trabajo con tres pilares fundamentales: infraestructura, equipamiento y personal.
Infraestructura
Actualmente cuentan con 50 camas de internación, insuficientes para atender la demanda de pacientes. Necesitan una reingeniería de espacios para el desarrollo del trabajo del sector administrativo. El personal también requiere de un ambiente exclusivo para pasar su tiempo libre, alimentarse y asearse.
Nosotros, como instituto, queremos a futuro tener la posibilidad de realizar un trasplante hepático”, expresa.
Equipamiento
Como el trabajo del “Gastro” se basa en la actividad clínica y quirúrgica del aparato digestivo, necesita equipos de última tecnología. La unidad de cuidados críticos requiere completar su equipamiento para contar con terapia intensiva polivalente con el fin de resolver todas las necesidades de las patologías que se generan en este tiempo.
Personal
Actualmente, el “Gastro” cuenta con 250 trabajadores, entre médicos especialistas en gastroenterología, médicos gastroenterólogos cirujanos, médicos intensivistas para la unidad de cuidados críticos, médicos generales que hacen trabajo administrativo en el Seguro Universal de Salud (SUS); bioquímicas, laboratoristas, farmacéuticas, radiólogos, imagenólogos, ecografistas, enfermeras (entre licenciadas y auxiliares), choferes y porteros.
Un poco de historia
La creación del Instituto Gastroenterológico Boliviano Japonés Sucre, el 22 de marzo de 1980, fue posible gracias al apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y los grandes impulsores de ese tiempo, los médicos Roberto Muñoz Vaca Guzmán y Gerardo Ríos.
El equipo japonés estaba integrado por el doctor Toshihiko Kamegai, presidente del Comité Japonés del Proyecto de Gastroenterología; el doctor Tohru Abei, jefe de Expertos de la Universidad Toho; la doctora Chikako Inoue, coordinadora de la JICA y el doctor Kenzo Yanajita, jefe de expertos en Bolivia.
En el país existen tres Institutos Gastroenterológicos: el primero se inauguró en 1979 en La Paz, el segundo en Sucre en 1980 y el tercero en Cochabamba en 1981.
Sangrientos golpes de Estado
En ese periodo, el país atravesaba por una situación política crítica a causa de una seguidilla de gobiernos de facto.
Antes que Lidia Gueiler Tejada asumiera la presidencia, el 1 de noviembre de 1979, el general Alberto Natusch Busch derrocó al gobierno interino de Walter Guevara Arze mediante un sangriento golpe de Estado.
Como reacción, se produjo un levantamiento popular encabezado por la Central Obrera Boliviana (COB) que generó a su vez una violenta represión generalizada, incluyendo la Masacre de Todos Santos, cuando la policía y el ejército asesinaron a más de 100 personas e hicieron “desaparecer” a 30 más.
Quince días después (el 16 de noviembre de 1979), la resistencia popular obligó a Natusch Busch a devolver el poder al Congreso que eligió a Gueiler como presidenta constitucional interina de la República, hasta las elecciones del 29 de junio del año siguiente (1980).
Sin embargo, el 17 de julio de 1980, nuevamente se interrumpió el proceso democrático, cuando Gueiler fue derrocada y exiliada por Luis García Meza en un nuevo y sangriento golpe de Estado.
En este contexto, para la inauguración e inicio del funcionamiento del “Gastro” llegó Lidia Gueiler como presidente constitucional interina, la ministra de previsión social y salud pública, Aida Claros de Bayá, y Elkichi Hayashiya embajador del Japón.
Referente del sur del país
El “Gastro” se constituyó en un gran referente del sur del país. Llegaban pacientes de Potosí, Tarija y de provincias de Chuquisaca, pero también de algunas de Cochabamba, Oruro y el norte de Potosí.
No se puede dejar de destacar que la cooperación japonesa no solo se limitó a construir el instituto: también donó equipos y gestionó intercambio académico. Varios médicos y un par de técnicos fueron a capacitarse a Japón para luego desarrollar su actividad en Sucre.
En 2002 fue catalogado como el segundo mejor hospital de Bolivia. Hasta hoy sigue siendo un referente en Bolivia.
Sin embargo, en 2010 cuando falleció el doctor Ríos, y después el doctor Muñoz, las cosas cambiaron dramáticamente en ese nosocomio y rompieron relaciones con los padrinos japoneses.
A eso se sumaron los conflictos políticos y sociales que estaban a la orden del día en el país, y por si fuese poco, la administración de los hospitales de tercer nivel pasó de manos de la Alcaldía a las de la Gobernación.
Se retoma contacto con JICA
Acertadamente, hace un tiempo el “Gastro” retomó contacto con la cooperación japonesa y dialogó con la posibilidad de recibir cooperación.
De esa manera, en 2018, el gobierno japonés, a través de los institutos de La Paz y Cochabamba, desarrolló un curso importante a la cabeza del doctor Guido Villagómez, buscando alternativas de solución para patologías más complicadas.
Con este propósito, se consiguió convocar a más de un centenar de profesionales de América Latina para perfeccionar algunas técnicas.
Por otra parte, la pasada gestión, el “Gastro” recibió una importante donación de aparatos médicos de última tecnología de la Fundación JICA Japón, consistente en una multilavadora industrial, un equipo de última generación, una torre completa de endoscopía, colonoscopía y duodenoscopía.
Asimismo, durante la pandemia recibió insumos, reflejo de que la correlación de actividades van de la mano con la cooperación japonesa •
René Fortún, médico fundador
René Fortún Abastoflor, médico de planta del Instituto Gastroenterológico Boliviano Japonés Sucre es el único sobreviviente de la pléyade de profesionales que fundaron el “Gastro”.
El equipo fundador estaba integrado por los médicos Roberto Muñoz, Gerardo Ríos, José Daza Flores, Carlos Alcócer, José Luis Pérez Chacón, Leoncio Panozo, José Manuel Gutiérrez, Ismael Soriano y Fortún.
Este galeno dice que le llevó varios años de su vida desarrollar su profesión y alcanzar el nivel profesional que tiene ahora.
Cada día cumple un trabajo rutinario para ayudar a la comunidad, pero esa actividad no representa para él una carga pesada, lo hace con satisfacción ya que la vocación de servicio a los semejantes es parte de la medicina.
Recuerda que en el “Gastro” se atendió a personalidades de mucho prestigio y renombre que llegaban en busca de atención médica.
También evoca que esa institución avanzó junto con los nuevos recursos de terapéutica y diagnóstico con tecnología moderna que da pasos agigantados.
Tuvo la oportunidad de visitar algunos países de Europa y América donde vio que la oferta de servicios del “Gastro” está a la par de otros nosocomios.
Fortún es un padre orgulloso de cuatro hijos: un abogado, dos administradores de empresas y una médica traumatóloga, que recién culminó su especialidad. Está seguro que ellos apoyarán al desarrollo de su región, así como él lo hace.