El otro Jesús
La Biblia y su segunda parte, el Nuevo Testamento, que relata la vida, ministerio, crucifixión y resurrección de Jesucristo, y es considerado como un registro de la existencia
La Biblia y su segunda parte, el Nuevo Testamento, que relata la vida, ministerio, crucifixión y resurrección de Jesucristo, y es considerado como un registro de la existencia, obra y de las enseñanzas del Salvador, encabeza la lista de los libros más leídos de la historia, según los especialistas en cultura religiosa.
“Todo el mundo tiene una opinión sobre varios de los personajes que aparecen en sus páginas, empezando por Jesús de Nazaret”, explica José María Ribas Alba, doctor en Derecho y profesor titular de Derecho Romano en la Universidad de Sevilla.
Películas, series, novelas históricas (a veces hábilmente camufladas y aceptadas por seguidores entusiastas como historia “de verdad”) y documentales, en los que suele brillar una fértil imaginación, explotan el enorme interés que despiertan los asuntos bíblicos y, en especial, los que conciernen a la figura de Jesús de Nazaret, señala.
Según Ribas, “los temas bíblicos encuentran un público amplio e interesado, siempre atento a los últimos descubrimientos; mucho mejor si hay por medio algún “escándalo” de reciente aparición (y que al final resulta que no era tan nuevo o no era tan escandaloso)”.
Pero ¿realmente conocemos todo lo que se cuenta en el Nuevo Testamento como creemos conocer?, invita a reflexionar.
El doctor Ribas, con una dilatada trayectoria investigadora, ha emprendido un viaje a través de los entresijos de “la verdadera historia de los Evangelios”, desvelando asuntos que sorprenden, no solo por ser desconocidos, sino porque la interpretación que propone este investigador sobre los acontecimientos se aleja de los planteamientos habituales.
Este especialista también ha investigado el proceso o juicio político-religioso que condujo a Jesús de Nazaret, un profeta judío, a su trágico final en la Cruz en torno al año 30 d.C., y que “supuso un nuevo comienzo de la historia de la humanidad y el inicio de unas formas religiosas y culturales que llegan hasta nuestros días”, según Ribas.
Ribas es uno de los mayores expertos internacionales en el proceso a Jesús, al que este autor considera como “el más relevante procesamiento de los que conoce la historia del derecho”.
Muchos de los hechos investigados por Ribas, y que expone en su libro “Historia desconocida del Nuevo Testamento” y “Proceso a Jesús”, desvelan enfoques referidos a Jesús de Nazaret, llamativos, pero rigurosamente documentados y fundamentados.
El Jesús histórico
Consultado por EFE sobre si Jesús de Nazaret puede ser considerado como un mito o como un personaje histórico, el doctor Ribas señala que Jesús “es con absoluta seguridad una persona que vivió en los primeros decenios del siglo I d.C. (después de Cristo)”.
“Casi podríamos señalar que a estas alturas lo que sigue persistiendo como un mito es la negación de esta realidad histórica de la existencia de Jesús de Nazaret”, defiende.
Además de las fuentes cristianas y no cristianas que aseguran la historicidad de Jesús, con el mismo nivel de certeza que muchos otros personajes del mismo tiempo, “los datos históricos que suministran los escritos del Nuevo Testamento demuestran gran solidez cuando se comparan con la información sobre lugares, personas, acontecimientos e instituciones conocidos por otras fuentes”, recalca.
Fecha de nacimiento
Respecto de las fechas del nacimiento y la muerte de Jesús de Nazaret, Ribas Alba señala que “con las noticias de las fuentes disponibles y los resultados de la investigación astronómica se van perfilando hipótesis cada vez mejor fundadas”.
Respecto al nacimiento, este investigador sigue “con algún ajuste menor”, la investigación de José Agustín Arregui, que lo sitúa en un día concreto: el 17 de junio del 2 a.C. (antes de Cristo).
La fecha propuesta en la hipótesis de Arregui “es razonable, compatible con el conjunto de datos que manejamos, pero no pretende zanjar el problema de modo definitivo”, puntualiza.
Fecha de fallecimiento
“Mucho más potente es la hipótesis que se plantea para la muerte del Crucificado: el 3 de abril del año 33 d.C.”, según este especialista.
“Sabemos que Poncio Pilato gobernó como prefecto la provincia de Judea entre los años 26 y 36 d.C. Sabemos también que Jesús empezó su predicación en torno al año 30”, prosigue.
Según Ribas, “se trata de buscar una fecha que corresponda al 15 de Nisán (luna llena) y que coincida con un viernes. Todo esto, contado de manera simplificada, lleva a la fecha propuesta”.
El otro Jesús
El investigador describe algunos hechos, aspectos o situaciones sobre Jesús de Nazaret, que pueden resultar sorprendentes, por ser desconocidos o alejarse de los planteamientos habituales.
Explica que “es poco conocido que disponemos de datos significativos sobre un proceso penal muy parecido en sus líneas fundamentales al de Jesús de Nazaret. El que sufrió otro Jesús, Jesús, hijo de Ananías (un sumo sacerdote judío)”.
“La fuente histórica que recoge este hecho, Flavio Josefo, indica el año sin lugar a dudas (cuatro años antes de la Guerra), el 62 d.C. Ocurrió durante la fiesta de los Tabernáculos”, indica.
“Este Jesús, inspirado proféticamente, anunciaba a voz en grito el fin del Templo (cosa que efectivamente ocurrió en el 70 d.C.). Las autoridades judías, alarmadas, lo condujeron al gobernador romano, con el evidente propósito de que se le aplicara la pena de muerte” explica Ribas.
“En este caso, el acusado sufrió la flagelación romana, pero el gobernador, Albino, entendió que no estaba en uso de sus facultades mentales y decretó su libertad”, puntualiza.
El proceso penal
Por otra parte, según este investigador “está muy extendido el planteamiento de que el proceso judío que sufrió Jesús de Nazaret estuvo plagado de irregularidades”, pero en su opinión, “desde el punto de vista del procedimiento, los trámites fueron con arreglo a Derecho”, es decir acorde a la normativa penal vigente en época de Jesús.
Para Ribas, “lo verdaderamente sorprendente es que Jesús de Nazaret, a diferencia de otros personajes con pretensiones mesiánicas, fuera procesado”.
“En el resto de los casos que conocemos —por ejemplo, los episodios de Judas el Galileo o de Teudas— la reacción fue de tipo militar, sin contemplaciones, con la intención de eliminar físicamente a los implicados. Jesús no fue tratado como un revolucionario, sino como un heterodoxo maestro de la Ley”, concluye •