El potencial del tomillo
El uso del tomillo en la gastronomía boliviana todavía es muy incipiente: falta que la gente aprenda a disfrutar de su sabor intenso que, según los entendidos, evoca el aroma a sierra mediterránea, con visos picantes y de clavo de olor, alcanfor y menta.
El uso del tomillo en la gastronomía boliviana todavía es muy incipiente: falta que la gente aprenda a disfrutar de su sabor intenso que, según los entendidos, evoca el aroma a sierra mediterránea, con visos picantes y de clavo de olor, alcanfor y menta.
De acuerdo con algunas investigaciones, el tomillo es una especia que resulta de una planta aromática mediterránea. Su nombre genérico, Thymus vulgaris, proviene del verbo griego Thym, en mención a su intenso y agradable aroma.
Iñigo Baeza, un turista que recorre varios países de Sudamérica, explica que el tomillo potencia el sabor de las verduras como el tomate, calabacines, papas, cebollas y combina muy bien con carne de cerdo, de cordero, de pollo, pescado, pavo, mariscos y huevos, entre otros.
Algunos franceses indican que espolvorear el tomillo con sal marina sobre las papas antes de asarlas les da un toque serrano (de montaña) difícil de superar.
Es decir, si se agrega esta especia a cualquier plato realza de inmediato sus sabores con sus matices campestres.
Producto milenario
Algunas investigaciones afirman que el lugar de origen del tomillo es la costa mediterránea de España desde donde se habría difundido hacia Francia, Italia, Norte de África y América.
Sin embargo, hay datos históricos que aseguran que el tomillo ya se usaba en el antiguo Egipto. Ramilletes de esta yerba aromática se hacían hervir para elaborar pócimas milagrosas, pero también para perfumar los cadáveres embalsamados en solemnes rituales funerarios.
En la antigua Grecia, el tomillo era considerado símbolo de fuerza, de energía y frenesí; incluso el propio Galeno lo recomendaba para sanar las afecciones pectorales y ayudar a la expulsión de los parásitos intestinales.
Con todo, lo cierto es que esta planta aromática se usa como condimento en el norte de África, Europa, y especialmente en el Mediterráneo, desde tiempos antiguos.
Registros milenarios indican que esta planta aromática también se usó como hierba medicinal por sus cualidades antibacterianas y expectorantes. Actualmente es valorado, sobre todo, como especia para la cocina.
Turquía, un gran exportador de tomillo
De acuerdo con la experiencia de los países productores tradicionales como Turquía y Egipto, esta planta rústica es muy fuerte, tiene inclinación por los suelos secos y soleados, pese a que apenas llegan a un máximo de 40 centímetros de altura, resiste bien las heladas.
Turquía es uno de los países más importantes del mundo en la exportación de tomillo, comino, laurel y amapolas. Este país ubicado entre las fronteras de Asia y Europa es uno de los mayores exportadores de tomillo en el mundo. Cada año cambia entre 4-7 mil toneladas y obtiene un ingreso de 10-16 millones de dólares.
Empero, más allá de su función culinaria, esta hierba también se caracteriza por tener propiedades medicinales que combaten, por ejemplo, dolores de estómago, gases y cólicos, entre otras dolencias.
El tomillo en Bolivia
A pesar de su utilidad y a su aporte para las comidas, el consumo a nivel nacional es mínimo. El poco tomillo que hay en Bolivia ingresa mayormente mediante contrabando.
Jesús Flores Ovando, gerente de la Unidad de Negocios de Especias y Condimentos (UNEC), explica que el tomillo es una especie que se utiliza como condimento en la gastronomía, porque le da un sabor único a las comidas.
Proyecto relacionado con el tomillo
Flores explica que la UNEC desde hace dos años desarrolla un proyecto para identificar zonas de producción de tomillo según el piso ecológico, el tipo de tierra y de fertilidad que requiere.
También de acuerdo con la cantidad de agua que necesita ese cultivo y su ciclo tecnológico, cuya cosecha se realiza una o dos veces por año.
Dice que la UNEC tuvo la iniciativa de iniciar ese proceso productivo en esta zona interandina de Bolivia, porque su objetivo es ingresar a mercados potenciales como el europeo.
“Sería muy anticipado mencionar el tipo de suelo o de piso ecológico que requiere el tomillo. Justo estamos iniciando el proceso técnico para tener información más certera”, detalla.
La UNEC se especializa en la producción de especias enfocadas en el mercado. En este caso, si no existe un mercado potencial para el tomillo, no es de su interés producirlo, sostiene.
Con ese propósito, están haciendo actividades paralelas para la identificación de mercados potenciales, el tipo de producto, la calidad que requiere y el precio.
Están desarrollando esos aspectos fundamentales y, si es de su interés, se volverá en un emprendimiento para la UNEC.
Asimismo, están haciendo pruebas en zonas de producción en el campo, con productores seleccionados.
Además, proyectan la producción de plantines, con envío a los productores acompañados con el manejo y soporte técnico de la UNEC.
Con acopio en la planta, limpieza según el tamaño del producto para la exportación, “es una proyección, (aunque) todavía no hay nada concreto”, aclara.
Se sabe que un estudio de estas características puede durar mucho tiempo, todo es según el interés del mercado y de las condiciones que se tenga.
Según Flores, por ahora la producción de tomillo es mínima, apenas alcanza a unos 500 kilos anuales.
Iblin de Los Ríos, responsable comercial de la UNEC explica a ECOS que trabajan con los pequeños ensayos en dos comunidades del municipio chuquisaqueño de Tomina.
En nuestro país, y específicamente en Chuquisaca, el tomillo es un producto que está en desarrollo, es por eso que es escasa la información para compartir, detalla De los Ríos •