El Prado destruido
Se conservan únicamente dos fotografías del antiguo “Prado de Potosí” publicadas en el Álbum del Centenario del 10 de noviembre de 1810. Detallan en las imágenes el hermoso paseo destruido al finalizar el siglo XIX.
Se conservan únicamente dos fotografías del antiguo “Prado de Potosí” publicadas en el Álbum del Centenario del 10 de noviembre de 1810. Detallan en las imágenes el hermoso paseo destruido al finalizar el siglo XIX. El prefecto Melchor Urquidi fue quien concibió la idea de dotar a los potosinos de un lugar de paseo. El mismo Presidente Isidoro Belzu apoyó el Proyecto y aprobó el Plan de la obra en su visita a Potosí en noviembre de 1854, iniciándose el trabajo poco tiempo después.
Este gran monumento fue una obra realizada con la tecnología que los españoles importaron hasta la Villa Imperial, en cuanto a métodos, procesos y prácticas de ingeniería. La tecnología durante el siglo XIX estaba limitada a la fuerza humana de sus habitantes e indios canteros, además del empleo de la fuerza de animales de tiro. Es así como lograron construir esta impresionante estructura pétrea con escalinatas y muros con arcos de medio punto.
Era necesario extraer piedras de las canteras situadas cerca de la ciudad de Potosí, trasladadas en carretas. Utilizaron mezclas de morteros con cal y arena de río. El arquitecto José María Trigo diseñó el “Prado Potosino” (autor de las Arquerías de la Plaza “6 de agosto”) pensando en los conceptos de belleza, simetría y perfección, incorporando estos conceptos matemáticos en la integridad de la obra. La construcción del “Prado Potosino” fue una empresa enorme, que requirió grandes recursos (60.000 pesos otorgado por el Estado boliviano). Se estima que la cantidad de mano de obra necesaria para la construcción del “Prado” fue aproximadamente 2.800 días hombre.
“El Prado Potosino” se estrenó los primeros días de julio de 1857. Los proyectos de las esculturas fueron obra del artista Marcelino Zilveti, el modelado estuvo a cargo de los hábiles artistas Fructuoso Baquera y Fructuoso Aramayo; finalmente el éxito fue rotundo. El estreno del “Prado Potosino” fue presidido por el general Córdoba, que gobernaba la República, y el prefecto Urquidi ejecutor de la obra. Fue un gran acontecimiento, expresamente para éste acto se acuñó medallas conmemorativas.
Describiendo la arquitectura de este singular monumento, se abría amplios corredores, escalinatas y terrazas, todo obedecía al orden Toscano, complementaban con estéticas barandillas de estuco, colocadas con una simetría las columnas de los pasillos en armónica percepción visual. En el arco de medio punto central fue colocado una enorme lápida de berenguela cuya leyenda expresaba: OBRA DEBIDA AL SR. MELCHOR URQUIDI AÑO 1857.
Sobresalían treinta estatuas de bronce y mármol, muchas de ellas importadas desde Europa. En medio del patio del cuerpo central se ubicaba una fuente de mármol, cuyo surtidor adornado con cuatro conchas, sobre delfines, de cuya boca brotaba el agua. Ubicada en el medio, una hermosa ninfa que llevaba un canastillo de peces, de cuyas cabezas brotaba el cristalino líquido, elevándose a un metro y medio de altura. Los cuerpos laterales del edificio, separados por verjas luciendo en cada sección, cinco esculturas de bronce en sus pedestales. Era de admirar las diferentes temáticas que representaban, una breve descripción de cada una de ellas: Lado derecho: PRIMER CUADRO: ESCULTURAS DE MÁRMOL Y BRONCE: Primera: “EL PUDOR” Una mujer en actitud de cubrir su desnudez; Segunda; “LA ASTUCIA” Un hombre con una serpiente arrollada en la mano; Tercera: “LA PERFIDIA” Un hombre oculta un puñal; Cuarta: “EL DEBER”, Un genio con un corazón en la mano ; Quinta: “CREED, AMAD Y ESPERAD” Una mujer alza un niño, tiene un ancla en los pies. SEGUNDO CUADRO: Primera: “MIGUEL ÁNGEL, LA PINTURA”. Segunda: “FIDIAS, LA ESCULTURA”; Tercera: “LA GEOGRAFÍA ES EL OJO DE LA HISTORIA”; Cuarta: “ARGO ASTRONOMÍA”. Quinta: “SALVÉ MI PATRIA EN INGAVI” (General Ballivián con su armadura militar) TERCER CUADRO: Primera: “GALILEO”; Segunda: “DESCARTES”; Tercera: “BACON”; Cuarta: “NEWTON”; Quinta: “COLÓN”. Lado Izquierdo: Primera: “EL OPROBIO”; Segunda: “LA JUSTICIA”; Tercera: “LA DISCORDIA”; Cuarta: EL ORDEN Y LA ARMONÍA”; Quinta: “LA CIVILIZACIÓN”. SEGUNDO CUADRO: Primera: “LA MÚSICA” (Paganini); Segunda: “LA MARTINE. POESÍA”; Tercera: “ARQUITECTURA”; Cuarta: “EL TRABAJO”. ÚLTIMO CUADRO: Primera: “FULTON”; Segunda: “JENNER”; Tercera: “MANCO CAPAK”; cuarta: “FRANKLIN”; Quinta: “GUTEMBERG”.
Lastimosamente ningún gobierno se preocupó de conservar “El Prado Potosino”. En septiembre de 1859, el coronel Narciso Campero intentó arborizar el Prado, contratando a un agricultor francés. Por razones políticas fue frustrado el plan.
“El Prado potosino” estaba ubicado en el barrio de San Roque. Fue un enorme y bello edificio, de irreprochable maestría. Lastimosamente este grandioso monumento no fue valorado en su integridad, más tarde fue convertido en polígono de tiro y paulatinamente destruido a causa de peleas entre politiqueros criollos de los barrios de San Roque y Santa Mónica. Comenzó la destrucción del Prado por falta de tareas de conservación; ningún gobierno se preocupó de cuidarlo. Los muchachos arrancaban la brea que cubría las balaustradas y las esculturas de bronce comenzaron a desaparecer por fragmentos. No fueron ajenos a la destrucción del Prado los repetidos combates en los cuales se utilizaba como fortaleza para detener huestes que llegaban a tomar la plaza de Potosí, paulatinamente fueron destruidas las ornamentaciones de la elegante arquitectura. Para evitar su total desaparición, del resto de las esculturas fueron distribuidas a diferentes lugares de la ciudad; la escultura de Colón se instaló en la Plazuela San Agustín, el de Washington al Palacio de Justicia; dos esculturas fueron llevadas al hospital San Juan de Dios. Otras colocadas en las hornacinas de un templo, que fueron robadas por pedazos. No queda absolutamente ningún vestigio del mencionado Prado. Años más tarde, en los predios del “Prado potosino” fue construido el actual Cuartel del Regimiento Pérez III de Infantería y el resto del terreno hoy es ocupado por la Plaza Zampa y el área ocupada por el “Asilo de ancianos” •
(*) Cristóbal Corso Cruz es Presidente de la Sociedad Geográfica y de historia “Potosí”