Escritor alucinante
“Mundo Onírico” (1973) “La Vieja Casona” (1975) y “Estampas Potosinas” (1976) constituyen los primeros libros publicados por el escritor Carlos Cruz Rivera, nacido en Uncía, el año 1915.
“Mundo Onírico” (1973) “La Vieja Casona” (1975) y “Estampas Potosinas” (1976) constituyen los primeros libros publicados por el escritor Carlos Cruz Rivera, nacido en Uncía, el año 1915.
Durante algún tiempo invirtió en el sector, así que se lo consideró industrial minero “quien no solo tiene condiciones excepcionales para vencer los obstáculos que depara el riesgo de la minería, sino que ha tenido la virtud, con extremada modestia, de darse cuenta en su imaginación y en su agudo sentido de observación; posee también una inagotable veta de inspiración que le da temas, inclusive para la buena exportación, de cuentos poesía y novelas, sobre la realidad humana en que diariamente se desenvuelve”.
Proyectaba publicar “BREÑAL DEL VIENTO”, cuentos mineros campesinos, y “TRES RELATOS DEL SUD”, paisajes regionales.
El escritor Carlos Cruz Rivera fue consagrado por la Alcaldía Municipal de Potosí como el mejor escritor en 1979. Parece sumido en “alucinaciones fantasmagóricas y sueños que originan una literatura subconsciente” que establecen casi una constante preocupación en la mayoría de sus obras, tres de los cuales publicadas y 14 inéditas, donde también se advierten loa motivos de muerte y sueño como signos de inquietud hacia lo telúrico y ambiente social”.
Carlos Cruz Rivera expresaba que sus inquietudes literarias se hallan vinculadas a los temas costumbristas y el género de ficción. ¿Qué representan, para él, los sueños y la muerte?
¿Soñar? Algo más que dormir, caprichoso sucederse de imágenes en un mundo diferente, paralelo y yuxtapuesto, sin tiempo ni espacio a la manera convencional, arbitrariamente abierto al capricho indescriptible, ¿Morir? Sueño final más no definitivo. Recordemos el Evangelio, sus esperanzas y desesperanzas, para buenos y malos; juicio final, resurrección, eternidad, perennidad, infinitud”.
Los motivos del sueño y muerte se encuentran a cada paso, hojeando las páginas de sus libros, veamos, por ejemplo, el relato “Viaje”, incluido en “Mundo Onírico”.
Las inquietudes del escritor potosino se trasladan hacia objetos, como el caso de un conventillo (obra: “La Vieja Casona”) o en la mayoría de las situaciones hacia personas indigentes y desgraciadas que parecen vivir aguardando el resto de sus días.
Es interesante observar las reflexiones de su obra “La Vieja Casona”, la cual tiene más de 300 años de existencia:
“Por mis cimientos, hacia el subsuelo habita otro mundo subterráneo constituido por arañas, bichejos de humedad, ratones, en fin, toda una heterogénea fauna se ha hecho de mis bases cúbilo poblado como una catacumba. Una sub-urbe que pulula y se arrastra por debajo de la urbe. Eterno ambiente de pesadilla, húmedo y pegajosamente pestilenciado, desde donde emanan también hasta mi atmósfera insalubres vapores. Y… aun así soy casa habitada, superpobladamente, por gente cuya guardia constituyo. Vivo así acorde con mi destino, el que lentamente me va conduciendo al acabose final ¡O será a una nueva etapa vital diferente a la de ahora…El tiempo lo dirá!”.
El sentimiento de pesimismo, fin y apego hacia lo telúrico se evidencia ostensiblemente en “Estampas Potosinas”, serie de relatos de mineros y campesinos que habitan las regiones de los Chichas. En el capítulo “Estampas del vivir chicheño”, Pág. 59, se narra el siguiente pasaje: “¡Paciencia! Es el destino de toda la vida, se dice el viejo Alejandro, combado sobre la buena tierra, quiere abrazarse a esta y decirle que él nunca la dejará y son tan pocos los que piensan así y sienten en el villorrio. Algunos intentaron la aventura de alejarse, pocos tornaron a la quieta paz del lugar cobijador de su existencia. Son tan escasos y tan viejos casi todos, los jóvenes no piensan igual y un día éste poblado lucirá derruido solar de casuchas vacías desmoronándose como ya tantas ahora mismo”.
Al referirse al escritor Cruz, Antonio Paredes Candia escribió: “En este hombre se habían conjuncionado la espiritualidad y el desprendimiento del poeta con el trabajo tesonero del industrial minero-en Potosí… agricultor en Yungas…Después supimos que su apellido CRUZ tiene origen italiano. Que viene de CROCE, cuya traducción en español es CRUZ”.
Después de 1923 (Masacre en Uncía), la mayor parte de la vida de Cruz Rivera fue de caminante por el territorio patrio. Concurrió a la Guerra del Chaco en 1923. Después de la Guerra, fue militante activo de inquietud nacionalista. Llegó a organizar ACCIÓN NACIONAL INTEGRALISTA, de los que las muchas ideas, posteriormente, han sido tomadas por los movimientistas-MNR.
Paredes Candia, asegura; “FUE POLÍTICO Y NO POLITIQUERO”, evidentemente se puede afirmar que Carlos Cruz era un ESCRITOR BOLIVIANO DE RAZA como había dicho Medinaceli, y como nunca había participado en TEJEMENES POLITIQUEROS, tampoco la patria se había acordado de darle algo. En el tiempo que se trasladaba a Uncía periódicamente, con la esperanza de encontrar una mina para explotarla, pero Patiño Mines y luego COMIBOL se hallaban en plena explotación y no había espacio para otros emprendedores, por lo tanto había que salir de Uncía en busca de trabajo independiente.
A manera de epílogo referente al escritor potosino Carlos Cruz Rivera, compartimos la opinión de otro escritor potosino Mario Araujo Subieta; referente a su última publicación “ESTAMPAS POTOSINAS”: “…artistas de viejo cuño que son fieles al sentir de su generación y leales a sus íntimas convicciones como el distinguido escritor don Carlos Cruz Rivera, la cultivan todavía entusiastamente. Él, supera el estado rudimentario del tema, por medio de efectos poéticos de la caracterización humana y viva de los personajes y un despliegue de artificios plásticos, que contribuyen para que la tensión del relato no desfallezca.”…Ha reunido para su libro “Estampas potosinas” justamente 18 estampas que responden a tres motivaciones de nuestra patria: las primeras las dedica a “La mina india”, otras tienen que ver con las “cumbres altas” y las últimas hablan del “vivir chicheño”, demostrando que su aptitud natural de cuentista, va pareja con la eufonía y sencillez de su prosa.”… •
(*) Cristóbal Corso Cruz es Presidente de la Sociedad Geográfica y de Historia “Potosí”.
Nota del editor
Conocí a don Carlos Cruz Rivera en sus últimos años en Potosí, finalizando la década del ’80, y me sorprendió la pobreza en la que vivía: en un pequeño cuarto, cuanto más de 8 por 8, donde funcionaba su taller de sastrería y estaban su dormitorio y cocina. Por eso me sorprende las referencias a él como industrial minero. Es probable que le fue mal y luego tuvo que ganarse la vida como sastre.
Vivía solo y cultivaba la Literatura. Conservo su “Mundo onírico” autografiado el 12 de julio de 1989 y por eso me sorprendió la referencia de que hubiera muerto en 1977. Lo hice buscar con el Servicio del Registro Cívico y pude documentar sus fechas de nacimiento y muerte: Nació el 3 de noviembre de 1915, en Uncía, y falleció en Santa Cruz el 18 de mayo de 1999.
Espero poder ampliar estas líneas en el tercer tomo de mi “Literatura y coloniaje”.
Juan José Toro