Los líos de Ch’utillos
Otra vez la cerveza. Tras el lanzamiento oficial de la festividad de Ch’utillos 2023, la Cervecería Nacional Potosí (CNP) agitó las aguas al anunciar, en conferencia de prensa, su decisión de no patrocinar la versión de este año, por primera vez en más de treinta años.
Otra vez la cerveza. Tras el lanzamiento oficial de la festividad de Ch’utillos 2023, la Cervecería Nacional Potosí (CNP) agitó las aguas al anunciar, en conferencia de prensa, su decisión de no patrocinar la versión de este año, por primera vez en más de treinta años. El anuncio causó polémica porque recuerda controversias de la gestión anterior y, por otra, revela desacuerdos en la organización de una fiesta que representa la unidad regional potosina.
El inicio del conflicto se remonta al 2022, cuando la Asociación de Fraternidades Folklóricas y Autóctonas de Potosí (Affap) motivó una licitación pública para el patrocinio y esta fue ganada por la Cervecería Boliviana Nacional (CBN), que es la embotelladora de la cerveza Paceña que fue entonces presentada como auspiciadora de la festividad, lo que provocó la inmediata reacción popular en contra de la población que no encontraba coherente que una festividad potosina sea auspiciada por una cervecería paceña
30 años atrás
La festividad de Ch’utillos comenzó con seis grupos folklóricos y se convirtió en una de las más grandes de Bolivia.
Comenzó con la participación de las fraternidades folklóricas de los colegios del nivel secundario, que se formaron a partir del año 1985 a raíz de la convocatoria de la Dirección de Cultura de la Alcaldía, entonces a cargo del radialista Gonzalo Calderón Rios, a una entrada folklórica. Atendieron el llamado seis colegios, cada uno con su grupo
Al año siguiente no hubo entrada porque el país estaba convulsionado con las protestas mineras y el presidente Víctor Paz Estenssoro decretó estado de sitio. La entrada volvió en 1987, con 12 fraternidades y, al año siguiente, se presentaron por lo menos 22, incluyendo una agrupación de suri sicuris de Cochabamba. El crecimiento de la entrada fue exponencial y la cantidad de participantes llegó a tal punto que tuvo que dividirse en dos días.
La Cervecería Nacional Potosí (CNP) es parte de esa historia desde su inicio.
El auspicio
En el prólogo de la segunda edición de “El gran libro de Ch’utillos”, publicado en septiembre de 2022, el gerente general de la CNP, Carlos Wille Bernardis, afirma que esa empresa estuvo presente en la festividad desde su primera entrada.
“El año de 1985, la Dirección de Cultura de la Alcaldía Municipal de Potosí convoca a la primera entrada folclórica dedicada al apóstol San Bartolomé, patrono de la localidad de San Antonio, La Puerta. Al considerar que la fiesta es parte de nuestra identidad cultural es que, días previos a la fiesta, personeros de la Dirección de Cultura en ese entonces, a la cabeza del desaparecido director Gonzalo Calderón Ríos, se presentaron a nuestras instalaciones para solicitar un apoyo logístico y económico para la promoción y difusión de esta actividad y así encarar esta fiesta”, dice el texto. Quien aceptó apoyar la festividad fue el entonces gerente, Carlos Wille Lemaitre, merced a la mediación de su esposa, María Eugenia Bernardis de Wille.
El apoyo inicial, que era fundamentalmente logístico, se convirtió después en económico, porque la CNP se convirtió en la patrocinadora oficial de la festividad, con todo lo que eso implicaba; incluyendo el concepto de la exclusividad en la venta de cerveza a lo largo de todo el trayecto, un compromiso que la Alcaldía de Potosí nunca cumplió, porque siempre permitió la venta de otras marcas, así sea en pequeñas cantidades.
Los montos del patrocinio fueron variables, sujetos a negociaciones previas, porque la Cervecería Nacional Potosí también cubría otros gastos como la impresión de afiches, dotación de indumentaria para el personal de apoyo, etc. Según “El gran libro de Ch’utillos”, la CNP pagó en 2017 la suma de Bs. 198.050, además de cubrir otros gastos, incluso de la Alcaldía de Yocalla.
Según el informe que fue presentado al Concejo Municipal, el pago por el patrocinio que hizo la Alcaldía en 2022 alcanzó a Bs. 150.000, sin tomar en cuenta otros pagos y el apoyo logístico.
Tras hacer convocado a la primera entrada, en 1985, la Alcaldía se convirtió en la organizadora oficial de la festividad. Een1991, cuando Gonzalo Calderón ya era alcalde de Potosí, se promulgó la Ordenanza Municipal 0038/91 que institucionalizó la fiesta consistente en las entradas folklóricas y otras actividades como los concursos de culinaria y repostería tradicional potosina.
Esa norma es la base de toda la estantería legal sobre la festividad y es la que obliga a la Alcaldía a incluir recursos para la organización, consignados anualmente en su Plan Operativo Anual (POA).
En 2017, la suma programada fue de Bs. 600.000 y se anunció su incremento al año siguiente hasta llegar a un millón de bolivianos. La pandemia determinó la suspensión temporal de la fiesta y la reasignación de sus recursos para cubrir los costos emergentes de la lucha contra la Covid-19. En 2022, la suma fue, nuevamente, de Bs. 600.000.
El conflicto
La Affap aparece en esta historia recién en 1999, cuando integrantes de los directorios de las fraternidades se reúnen en la casa de Lucio Guzmán y deciden fundar una organización que las aglutine. La asociación fue fundada oficialmente el 9 de mayo de 2000 con 54 fraternidades, se dotó de estatutos e incluso consiguió su personería jurídica.
Se comenzó a regular de esta manera la actividad de las fraternidades, pero la organización, y el financiamiento, siguen a cargo de la Alcaldía.
La controversia estalló cuando la Affap, presidida por Santiago Cruz, anunció en 2022 que la CBN era la nueva patrocinadora de la festividad y la presentó como tal. La Alcaldía reaccionó airada y recordó que, al ser organizadora de la fiesta, le corresponde decidir quién o quiénes son los auspiciadores.
La polémica llegó a tal punto que la Affap consideró la posibilidad de que sus fraternidades afiliadas —que son prácticamente todas— no participen en las entradas. Instituciones como el Obispado de la Diócesis y la Defensoría del Pueblo debieron mediar en el conflicto y, finalmente, se decidió que las dos cerveceras coexistirían en las entradas, pero la CNP se mantenía como patrocinador oficial.
Con el fin de evitar un nuevo conflicto de ese tipo, el Concejo elevó al rango de ley municipal todas las ordenanzas que forman parte de la legislación subnacional sobre Ch’utillos. La norma (0355/2022) establece en su artículo 3 que, “con miras a la reactivación económica de todas las empresas comerciales asentadas en la jurisdicción municipal, se dará prioridad al auspicio local y secuencialmente se considerará a las propuestas nacionales e internacionales”.
Aunque ese artículo blindaba su condición de patrocinadora, la Cervecería Nacional Potosí anunció oficialmente, a inicios de semana, que decidió dejar de patrocinar la festividad de Ch’utillos cuyas entradas folklóricas respaldó desde sus inicios. Entre los argumentos que se esgrimió para esa decisión está la supuesta existencia de “intereses personales” en entregar el patrocinio por parte de “algunos dirigentes de instituciones folclóricas”.
En 2022, como consecuencia de la licitación, la Affap que no organiza ni financia la festividad, firmó un contrato de patrocinio con la Cervecería Boliviana Nacional por un lapso de cinco años. El monto que la CBN ha comprometido, es de Bs. 350.000 anuales.
No se trata simplemente de bailes. La Cervecería Nacional Potosí le siguió un largo juicio a la CBN por competencia desleal y prácticas comerciales ilícitas. El proceso terminó a favor de la empresa potosina, pero los ejecutivos de la Paceña no cumplen la resolución judicial que ordena el pago de multas. La cervecera potosina, que está tirando la toalla en la pugna por el patrocinio, ha anunciado que también que está al borde de la quiebra precisamente por las prácticas ilegales de sus competidoras. •