Guadalupe: el nombre
La advocación a la que Sucre le bailará el próximo fin de semana es la Virgen María de Guadalupe. Se trata, entonces, de un culto mariano pero, contrariamente a lo primero que se nos viene a la mente cuando la escuchamos mentar, no proviene de México, sino de España.
La advocación a la que Sucre le bailará el próximo fin de semana es la Virgen María de Guadalupe. Se trata, entonces, de un culto mariano pero, contrariamente a lo primero que se nos viene a la mente cuando la escuchamos mentar, no proviene de México, sino de España.
Originalmente, Guadalupe es un topónimo; es decir, un “nombre propio de lugar”, pero, con el paso del tiempo, se ha convertido en el sustantivo propio de la advocación y, por esa vía, en nombre propio de personas. Por ello, tuvimos, tenemos y seguramente tendremos muchas mujeres, y eventualmente varones, con el nombre de Guadalupe que generalmente solemos apocopar como Lupe.
Por el influjo del quechua, el sustantivo propio Guadalupe se convirtió en Gualala o Walala, que es como también conocemos a la Virgencita que se encuentra en la Catedral Metropolitana de Sucre, pero… ¿De dónde viene el nombre propio de lugar?
De un río
El nombre de Guadalupe viene de un río homónimo de España que es un corto afluente de la cuenca hidrográfica del Guadiana y también era llamado Guadalupejo. Se trata de un accidente geográfico menor; es decir, pequeño, tanto así que su tamaño no alcanza para aparecer en los mapas hidrográficos de España. Tiene una extensión de apenas 40,56 kilómetros y algunos autores como Rubén Núñez lo llaman simplemente “arroyo”.
La cuenca del Guadiana abarca una superficie de hasta 55.527 kilómetros cuadrados y baña territorios de las comunidades autónomas —equivalentes a lo que son los Departamentos en Bolivia— de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. En esta última se encuentra la provincia de Cáceres. Según ratificó Pascual Madoz e Ibáñez en 1846, Cáceres y Badajoz formaban parte del antiguo reino de Extremadura y el primero es una provincia española que limita con Portugal y tiene poco más de 400.000 habitantes.
El poblado de Guadalupe, llamado también Puebla de Guadalupe, es pequeño, por cuanto ocupa 68,2 kilómetros cuadrados y está habitado por alrededor de 2.000 personas. Forma parte del partido judicial de Logrosán y la mancomunidad Villuercas-Ibores-Jara, que también es un geoparque, todos en la provincia de Cáceres. Su existencia es una directa consecuencia de la construcción del monasterio de Guadalupe, que tomó su nombre del pequeño río en cuya ribera, según la leyenda, habría sido encontrada la imagen de la Virgen María.
En 1847, Madoz describía a Guadalupe como “villa con ayuntamiento en la provincia y audiencia territorial de Cáceres (18 leguas), partido judicial de Logrosán, diócesis de Toledo, capitanía general de Extremadura. Situado en la falda meridional del cerro Altamira, dependiente de la sierra de las Villuercas, y dominada por otros de no menor elevación” y señalaba que su nacimiento era el resultado del hallazgo de la imagen de la Virgen y la consecuente construcción de la capilla que luego se convertiría en monasterio: “Don Alonso XI mandó hacer en el mismo sitio de la aparición una capilla y por privilegio dado en lllescas á 25 de diciembre era de 1360, la doló con abundantes limosnas”.
“Fue fundada esta villa por el rey D. Alonso en 1330. A ella pasaron repetidas veces los reyes Católicos conducidos por la devoción á su célebre santuario. D. Carlos V., la emperatriz su esposa, D. Felipe II y D. Sebastián rey de Portugal su sobrino se reunieron aquí en 1577. En Guadalupe hicieron noche los carlistas espedicionarios á las órdenes de Gómez en 27 de octubre de 1836”, agrega.
Acerca del río, el geógrafo publicó estas referencias:
GUADALUPE ó GUADALUPEJO: r. en la prov. de Cáceres, part. Jud. De Logrosán : nace en las sierras de las Villuercas, térm. de Guadalupe, cuyas heredades baña; pasa cerca de Alia y de Valdecaballeros y desemboca en Guadiana, frente de Peloche. Su curso es de 6 leg. por entre riberas estrechas, hondas y de tierra muy quebrada, de modo que solo pueden disfrutar de su riego
Al referirse a la fundación del monasterio de Guadalupe, en el capítulo XVII de su obra, Sigüenza hace una ligera descripción del lugar: “Entre las dos riberas de Guadiana, y Tajo, ríos conocidos en España, celebrados de los antiguos escritores naturales y estrangeros se hazen vnas montañas fragrosas, inhabitables en muchas partes por su aspereza, en otras de mucha frescura y regalo, muchos valles que decienden al profundo, sierras que suben al cielo, llamadas de los comarcanos Villuercas” .
En su “Historia…”, Talavera afirma que Guadalupe quiere decir “río de lobo” pues “la palabra Guada, en Arauigo, es lo mifmo q rio: como confta de muchos nombres de ríos, que han quedado en Efpaña, como Guadalquiuir, Guadiana, Guadalete, Guadarrama, y otros” ; sin embargo, apenas tres años después, en 1600 , Sigüenza le contradice señalando que “lobo en Arábigo llamase DIBV, y no lupo” y plantea que Guadalupe quiere decir “rio interior, o rio de leche, o como si dixessemos rio secreto, o rio abundante de pastos y de ganados, componiéndole de las dos palabras Arábigas GVADALVB, o GVADAL-VBEN. Lub en Arábigo significa el coragon, o lo interior y secreto, y lo mismo en Hebreo, que son estas dos lenguas muy vezinas, luben, o leben, quiere dezir leche, y porque los Arábigos no tienen P, vsan de la B, poniéndole débaxo ciertos puntos, y ansi es lo mismo GVADALVB, que GVADALVP, entrambas etymologias quadran bien a este rio, como lo verán los que han considerado su corriente” .
Citando a Terrón Albarrán, Ramiro apunta que “Guadalupe no es onomástico privativo de la región extremeña, ya que aparece con anterioridad al siglo XIII en otros lugares de España: Cádiz, Almería, Ávila…, y en Portugal, no será hasta la época renacentista cuando la curiosidad de los humanistas, debido en gran parte, a la expansión e importancia del Santuario de las Villuercas, muestren interés por su etimología, originando desde entonces hasta nuestros días, una abundante fronda de exégesis: río de lobo, río de Ibn Lubb, río de oso, río escondido, río de cascajos negros, río de altramuces, entre otras”.
Como no existe acuerdo sobre su significado, este autor concede que su etimología es árabe “ya que la mayoría de los Guadalupes registrados están situados en zonas de larga pervivencia y presencia cultural musulmana” pero enseguida añade que “no es menos cierto que la terminación ‘lupe’, puede tener, lingüísticamente hablando, una procedencia latina”. Para no complicarse más, finaliza el asunto señalando que “la Virgen tomó el nombre del río, por haberse aparecido en su ribera” •
Fuentes
MADOZ e Ibáñez, Pascual. 1846. DICCIONARIO GEOGRÁFICO-ESTADÍSTICO-HISTÓRICO DE ESPAÑA Y SUS POSESIONES DE ULTRAMAR. Tomo V. Estudio Literario-Tipográfico de P. Madoz y L. Sagasti. Madrid.
(*) Juan José Toro es fundador y vicepresidente de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).