Así son las “tumbas”
Todos Santos es una de las festividades más arraigadas del Departamento de Potosí y existen varios elementos los cuales son imprescindibles al momento de armar la “tumbita”, o altar funerario, en la Villa Imperial.
Todos Santos es una de las festividades más arraigadas del Departamento de Potosí y existen varios elementos los cuales son imprescindibles al momento de armar la “tumbita”, o altar funerario, en la Villa Imperial.
El Santo Cristo
Se trata de la imagen de Cristo trabajado en madera maguey, estuco o en marfil, cuyas características son los rayos de plata labrados, repujados y cincelados que rodean a la imagen principal y que debe estar en la parte central superior de la tumba. Esta figura del Santo Cristo suele llevar cubierto el rostro o el cuerpo entero con un paño o tul negro, expresando el luto que embarga a la familia doliente.
Los altares de tules
Estos elementos se muestran en las tumbas que se erigen en la sala del domicilio de la familia doliente. Suelen presentar decoraciones con tules de colores lila y negro, cuando se trata de almas de adultos, y se utiliza tules blancos cuando se trata de niños o niñas; además de emplear otros objetos. Resaltan la imagen de la fotografía del difunto. La forma de los tules puede ser romboide, rectangular, caída del tul con ángulos, entre otros. Los colores que se emplean son el lila, que significa penitencia, y el negro que es luto, significa el duelo y la pena por la muerte de un ser querido mientras que el blanco es la pureza del difunto, pues, al ser un infante, está libre de pecados.
Las flores
Cadenillas y coronas: En el periodo de la colonia, se empleaba rosas artificiales de color lila, flores que acompañan en una especie de guirnaldas y coronas lilas y negras en caso de difuntos adultos, mientras que, cuando se trata de difuntos niños, los colores que se usan son el celeste, que representa armonía y fidelidad al recuerdo de la persona fallecida y el color blanco nos recuerda la palidez de la muerte y lo frágiles que somos ante ella, reafirmando la pureza de nuestra alma. Para las niñas se usa rosado y blanco.
Las flores: El sentido de las flores consiste en recibir con esa fragancia de amor y cariño al difunto. Ese es el sentido de las flores. Las que se acostumbra usar son las flores azucenas que simbolizan el renacimiento. Asimismo, cuando se trata de un difunto varón se usa las flores gladiolos y claveles, mientras que cuando se trata de una difunta mujer, se emplea rosas, chispitas y pipoquitas.
La platería
Candeleros, candelabros, charolas y soperas: La ornamentación con objetos de platería como soperas, charolas, candeleros, candelabros y otros demuestra una tumba suntuaria, cuyos bienes reflejan el linaje de las familias potosinas; este elemento también es una de las características de las tumbas en la Villa Imperial de Potosí. Se usa candelabros de plata vaciada, repujada y ornamentada de 2, de 4 o de 8 brazos. La intención es usar 12 velas para la tumba o altar; asimismo, se emplea las charolas para el armado, ubicadas en las cuatro esquinas, que consiste en un conjunto de masitas que son emplazados en la tumba, además de una charola que es ubicada en la parte inferior de la tumba, con la intención de que el visitante pueda otorgar un responso o presente consistente en monedas o billetes para la familia doliente.
Comidas de Todos Santos
La comida para esta festividad está integrada, entre otros, por el ají de achacana, ají de lenteja, el pastel de quinua, la phisara, el misk'i plato y otros que hayan sido del gusto y agrado del difunto. Estas comidas son expuestas detrás de la tumba o a la vista del público. No debe faltar el agua porque se cree que el alma va a llegar a la casa y llegará cansada, por lo que es necesario saciar la sed del visitante: un vaso de agua con una pajita, para que el alma pueda beber este líquido. Otra bebida es la chicha de maní y la chicha de maíz, además de los panales rosado y blanco, elaborados con clara de huevo, que son preparados con la chicha de maíz y no con la de maní. Se acostumbra colocar una pajita para que el alma del difunto pueda beber el agua, el vino o la bebida que la familia le ofrezca en la tumba.
La fruta seca
La T’anta Wawa: El año de 1702, la Villa Imperial de Potosí fue azotada por una enfermedad denominada "viruela" que cobró la vida de centenares de niños; tras la llegada de la fiesta de Todos Santos, los padres hicieron panes con figuras de niños, con apariencia de que estuvieran envueltos o "walthados" con faja. La figura de las t’anta wawas es según el sexo del difunto, puesto que estos panes son realizados con elementos representativos de hombre y mujer con máscaras finamente elaboradas.
Las escaleras: Se presentan escaleras de harina de trigo o de maíz cuyo significado consiste en que el alma del difunto pueda alcanzar el cielo sin ningún problema. También es el medio por el que las almas descienden del mundo de los muertos. En los laterales de la tumba deben ser colocados un par de escaleras, una es para que baje el alma del difunto y la otra para que deje el mundo terrenal.
La paloma: Está elaborada de harina de trigo o maíz. Básicamente se trata de un pan con la figura de una paloma en vuelo cuyo significado es la venida del Espíritu Santo, este elemento se encuentra en los laterales de la tumba.
La luna, el sol y las estrellas: Junto a las escaleras se encuentran masas en forma de las estrellas, la luna y el sol, que significa que el espíritu se va del universo, se va del mundo terrenal; pero, además, se coloca también el sol y la luna que para la cosmovisión andina representan la dualidad chacha warmi.
Las frutas secas: Son un conjunto de diversas masitas puestas en “las esquinas”, compuestas por una charola que contiene “alma rosquetes”, rosquetes, canelón banco y rojo, chambergo, bizcochuelo, galletas, lengua, mostachón redondo y largo, pencos y la t’anta wawita dulce. Cuando se trata de tumbas para angelitos, se suele reemplazar las escaleras por los mostachones largos, debido a que estas masitas tienen figuras decorativas que asemejan a la escalera.
El ch’api: Es un platillo con una diversidad de masas (galletas, rosquetes y masitas), acompañado de otro platillo compuesto de tres bebidas espirituosas, chicha, coctel y vino. Estos productos son ofrecidos a los visitantes que ingresan a la casa del doliente y, en agradecimiento, esta familia ofrece el tradicional ch’api.
Los juegos
El sapo, la t’uqula y la panala: El segundo día de Todos Santos, en los domicilios de las familias dolientes se acostumbra jugar la t’uqula, el sapo y la “panala”. Desde una distancia determinada, se emplea monedas las cuales deben ser lanzados al adobe, al que se le realiza un orificio o, en su defecto, a la boca del sapo, mientras que el juego de la panala consiste en realizar lo mismo, pero sin emplear la moneda, sino que se usa el panal de azúcar, mismo que debe ser lanzado hasta la chicha.
Alma kacharpaya
El alma kacharpaya significa que el alma debe retornar al cielo, por tal razón, se debe despedir al alma con juegos haciendo comer phasanqalla, arroz con mixtura, indicando: “hay que despedir al difunto con alegría”; los domicilios cierran sus puertas para dar rienda suelta a la fiesta. A partir del mediodía hay música, comida y bebida, los dolientes que vestían de colores oscuros o de luto, se cambian de ropa para iniciar el baile •
(*) Elvis Fuertes es socio de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).