Educar en la era digital
La tecnología transforma las aulas en la universidad
La educación no es la excepción en un mundo impulsado por la tecnología. Los avances tecnológicos están transformando la forma en que se enseña y aprende en el aula, sobre todo universitaria, desafiando cada día a los estudiantes, pero especialmente a los docentes. Desde la llegada del Covid-19 y la proliferación de computadoras personales, dispositivos móviles y plataformas en línea, la educación en la era digital ha experimentado una metamorfosis sorprendente.
Aula a distancia
La educación en la era digital no tiene barreras geográficas y ofrece oportunidades sin precedentes al aprendizaje a distancia. Plataformas de aprendizaje en línea como Moodle o Google Classroom Teams han democratizado el acceso a la educación de alta calidad, permitiendo a las personas, de todas las edades, acceder a cursos impartidos por expertos nacionales y del mundo. Estamos siendo testigos de una revolución de la educación superior y del aprendizaje continuo con oportunidades para aquellos que antes no las tenían.
Para el Ph.D. Richard Matienzo López, docente de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca (USFX), “el aprendizaje a distancia o electrónico ha ido evolucionando del E-Learning al B-Learnig que es la combinación de presencialidad y semipresencialidad hasta el M-Learning o U-Learning”.
Aprendizaje personalizado y adaptativo
La tecnología da paso al aprendizaje personalizado y los sistemas se adaptan al contenido y al ritmo de las lecciones de acuerdo a las necesidades individuales de los estudiantes.
La Lic. Paola Ríos C., docente de la Universidad Privada Domingo Savio-Tarija (UPDS), confirma que “el aprendizaje se ha vuelto más personalizado porque la tecnología permite la adaptación de contenidos y actividades de aprendizaje a las necesidades individuales de los estudiantes”.
Metodologías innovadoras
Las metodologías de los docentes en la era digital también han evolucionado. Los cursos y pruebas en línea, los cuestionarios interactivos, la retroalimentación instantánea o las plataformas educativas, exigen formas de enseñar y evaluar más efectivas y eficientes.
Richard Matienzo aseveró que desde la pandemia hubo un giro que hizo “cambiar metodologías, estrategias y técnicas de los educadores, sobre todo en las aulas universitarias que al mismo tiempo permitió a los estudiantes desenvolverse con las tecnologías y no solo a utilizarlas de una forma lúdica o de entretenimiento, sino aprovecharlas al máximo”.
Por su parte Paola Ríos dice que “los avances tecnológicos están teniendo un impacto impresionante en los procesos de enseñanza-aprendizaje en todos los niveles educativos y más aún en la universidad, como por ejemplo en el acceso a recursos educativos en línea, como videoconferencias, cursos virtuales, materiales de estudio, bibliotecas digitales y ahora la IA (Inteligencia Artificial), que permite profundizar en las materias de manera autodirigida o autodidacta”.
Desafío y preocupaciones
A pesar de todos estos avances, la educación en la era digital no está exenta de desafíos y preocupaciones, como la brecha digital que sigue siendo una barrera para estudiantes que no tienen acceso a dispositivos o conexión a Internet, la seguridad cibernética, la ética, la privacidad, la falta de formación digital de los docentes o el retroceso en algunas aulas.
“He visto de manera preocupante que, al volver a la presencialidad, se está volviendo a la educación tradicional encajonada, como si la tecnología se hubiera usado solo un rato. Las tecnologías tienen que ser un apoyo a la presencialidad, nada quita el encanto y la magia de una clase presencial pero las tecnologías pueden mejorarlas”, enfatizó Matienzo López.
En concordancia, Paola Ríos recomienda: “no dejemos de lado las plataformas increíbles que hay ahora para la gestión del aprendizaje que, mal usadas por los estudiantes, se tornan más en un perjuicio que en un apoyo cuando se las usa sin ningún aporte intelectual y sin ningún anclaje ético por parte del estudiante”.
Competencias digitales
Los educadores, coinciden que ahora los roles son diferentes para el educador que tiene que tener en cuenta que, con las tecnologías, el estudiante construye su aprendizaje.
“Hay necesidad de formación para educadores respecto al uso de la tecnología, sin dejar de mencionar los vacíos respecto a la ética de las inteligencias artificiales”, afirma Ríos.
Por su parte, Richard Matienzo propone una evolución de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) que siempre estuvieron presentes, al uso de las herramientas TAC (Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento), tal como propone en su tesis doctoral.
“Propongo una estrategia didáctica mediante el uso de TAC para el aprendizaje significativo en periodismo, que se puede aplicar en todas las áreas”, precisa el docente que pronto publicará su libro.
Finalmente, los profesionales invitan a los profesores y a los docentes universitarios en particular, a asumir el desafío de continuar mejorando sus competencias digitales para enfrentar el emocionante futuro de la educación digital, con una visión educativa sólida •