Tejidos ancestrales

La exposición de Tejidos Ancestrales y Tesoros de La Plata, organizada por el Círculo Femenino de Cultura Hispánica, enriquecida con piezas de plata del Cerro Rico de Potosí

Tejido hecho en Misiones. Posiblemente los  mandaban tejer para exportarlos a Europa  por eso tienen cierta influencia foránea en colores y diseños

Tejido hecho en Misiones. Posiblemente los mandaban tejer para exportarlos a Europa por eso tienen cierta influencia foránea en colores y diseños

Tejido Aymara antiguo de Aroma,  con colores naturales El uso de la cochinilla,  el azul añil  y el verde se intercalan en franjas monocromas para realzar los diseños

Tejido Aymara antiguo de Aroma, con colores naturales El uso de la cochinilla, el azul añil y el verde se intercalan en franjas monocromas para realzar los diseños Foto: Mónica Calabi

Tejido Aymara. Colores naturales muy bien combinados. Diseños geometrizados

Tejido Aymara. Colores naturales muy bien combinados. Diseños geometrizados Foto: Mónica Calabi

Tejido Aimara  con diseños florales y animales. Colores naturales

Tejido Aimara con diseños florales y animales. Colores naturales Foto: Mónica Calabi

Poncho excepcionalmente elegante tanto por la combinación de colores sobrios como por la calidad del tejido. Detalles geométricos en  ícaro

Poncho excepcionalmente elegante tanto por la combinación de colores sobrios como por la calidad del tejido. Detalles geométricos en ícaro Foto: Mónica Calabi

Tejido Jalq'a.

Tejido Jalq'a. Foto: Mónica Calabi

Tejido hecho en Misiones. Posiblemente los  mandaban tejer para exportarlos a Europa  por eso tienen cierta influencia foránea en colores y diseños

Tejido hecho en Misiones. Posiblemente los mandaban tejer para exportarlos a Europa por eso tienen cierta influencia foránea en colores y diseños Foto: Mónica Calabi


    Mónica Calabi
    Ecos / 08/11/2023 02:22

    La exposición de Tejidos Ancestrales y Tesoros de La Plata, organizada por el Círculo Femenino de Cultura Hispánica, enriquecida con piezas de plata del Cerro Rico de Potosí, fue montado en la Casa de la Libertad para narrar la historia del acervo cultural resguardado en la intrincada trama de los textiles que ostentan el distintivo sello de diversas culturas, muchas de las cuales perduran en Bolivia, experimentando un resurgimiento en su producción textil. 

    Elizabeth Rojas Toro, presidenta del Círculo, brindó una magistral conferencia sobre el desarrollo de los tejidos en las culturas nativas, subrayando su importancia como componente fundamental de la realidad social boliviana ya que representan la expresión creadora de grupos humanos que, a través de ellos, testimonian su identidad. Asimismo, propuso la necesidad de fomentar su estudio y difusión, así como promover la creación de un Museo del Textil Boliviano en Sucre, con el objetivo de permitir que cada tejido cuente su historia al mundo. 

    Técnicas complejas

    Yamparas, jalq´as, potolos, qalchas o aymaras, son algunos de los nombres de las culturas cuyos textiles se exhibieron en la exposición de Tejidos Ancestrales y Tesoros de La Plata. La forma en que como se entrecruzan los hilos, las franjas multicolores, las uniones y los diseños o figuras que aparecen, como por ejemplo la de un dragón con las garras engarfiadas en apronte para el ataque, representan criaturas imaginadas por mujeres tejedoras que coexistieron en el espacio privilegiado que brindó la Casa de la Libertad por unos días, aunque sus técnicas se remontan a miles de años. 

    Elizabeth Rojas calcula que dese hace más de 3.000 años los tejidos han sido “la expresión tangible y testimonio de culturas o esquemas culturales que han estado presentes en todos los grupos étnicos, incluso los menos avanzados”. Hizo referencia a las técnicas complejas y complicadas y a los diseños, ya sean geométricos o con figuras zoomorfas o de personas, inspirados en la vida cotidiana, pero también a otros cargados de simbología, perturbadores y fantásticos.

    Los colores, grandes protagonistas, se combinan con gran maestría, resultado del uso de tintes naturales, principalmente de origen vegetal y animal, como del insecto de la cochinilla.

    Prehistoria textil

    La investigadora Rojas Toro, trasladó a su audiencia hasta una época primitiva, cuando los habitantes de los Andes, nómadas en su mayoría, necesitaban protegerse del frío. Esto llevó a la producción de tejidos, inicialmente con fibras vegetales retorcidas utilizando las manos o las piernas, hasta la aparición de la rueca y, posteriormente, la domesticación de la llama, cuya lana les proporcionó de la materia prima para los telares que han ido evolucionando en el tiempo. 

    Los textiles yampara

    Esta etnia tenía asentamientos en toda Chuquisaca, incluso donde está emplazada la ciudad de Sucre. Actualmente se ha concentrado en Tarabuco. Según la investigadora, los tejidos Tarabuco más antiguos datan del siglo XV y presentan diseños abstractos y geométricos, como también diminutas figuras. 

    Menciona técnicas como el “pallay”, el “icat” o el “huatado” que unas veces sirven para generar figuras geométricas en la urdimbre y otras a crear efectos de alto relieve jugando con el grosor de hilos de algodón o de lana. El resultado es siempre una pieza con figuras decorativas ordenadas y simétricas con los colores brillantes del arco iris o “k´uichaska”, como se dice en quechua.

    Los Jalq’a 

    Elizabeth Rojas describe a estos tejidos como “los más sorprendentes” porque sus figuras tienen expresión y movimiento; en ellos conviven criaturas feroces con bichos con cara de ternura y raros animales dando de amamantar a sus crías. Las mentes y manos que los hacen, provienen de Potolo, del límite entre Chuquisaca y Potosí, a 60 kilómetros de Sucre. 

    Las tejedoras contemporáneas, conservan la destreza de las tejedoras ancestrales y su desbordante imaginación. Cada pieza es única porque “las tejedoras, creativas y espontáneas, no planifican, no tienen reglas ni orden establecido para producir los diseños y su distribución cuando comienzan un tejido”, destaca la investigadora. Estos diseños prehispánicos con raíces míticas y ligados a creencias religiosas, representaban el mundo de las profundidades y de la confusión, “el mundo del Sajra poblado por criaturas desconocidas, los q´urus”, o simbolizan a las huacas o dioses venerados. A pesar que fueron prohibidos en la época de la conquista, estos diseños han sobrevivido hasta nuestros días. 

    Textiles Inca

    En su presentación, Elizabeth Rojas destaca la relevancia que el tejido tenía para el Imperio Inca (1430-1532) que consideraba el “tributo textil” como una obligación que debía entregarse para el estado y el culto. Los súbditos debían proporcionar mano de obra, pero también tenían derecho a usar los materiales para confeccionar su propio vestuario. Además, estos textiles estaban presentes en sacrificios religiosos, ajuares funerarios que reflejaban el estatus del individuo, dotes matrimoniales e incluso en el ámbito militar.

    Lo interesante es que el Inca no imponía uniformidad en los estilos, sino que fomentaba las diferencias étnicas y regionales a través de la vestimenta lo que también suponía “un mejor control de sus súbditos”.

    Según los cronistas de la época de la conquista, al igual que se almacenaban alimentos en los silos incaicos, también había cuartos llenos de fardos de tejidos “hasta los techos”, probablemente provenientes del “tributo textil”. La investigadora dice que las mejores tejedoras eran recluidas en los Ajlly Wasi donde perfeccionaban sus técnicas y, las piezas conocidas como “Cumbi”, eran tan sofisticadas y finas que incluso incluían plumas, metales preciosos y adornos. El Inca solía regalar estos atuendos como señal de privilegio o como bienes de intercambio para negociaciones protocolares. La importancia de los textiles en el Tawantinsuyo se reflejaba en su valor registrado en los quipus antes que los alimentos y la cerámica, después de los camélidos y los hombres. Esta importancia sugiere que el Imperio Incaico contribuyó al desarrollo y mantenimiento de esta tradición milenaria entre sus súbditos. 

    En este mundo globalizado, es esencial valorar y celebrar las tradiciones culturales únicas que nos enriquecen. Los textiles bolivianos, su historia milenaria y belleza inigualable, son un recordatorio de la diversidad cultural y de la importancia de mantener viva esta herencia para las generaciones venideras •

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