La megafauna de Chuquisaca Los gigantes olvidados
Convivió con los humanos en Bolivia, tal como lo evidencian pinturas rupestres o petroglifos
La megafauna, compuesta por imponentes animales de gran tamaño que poblaron la Tierra durante el Pleistoceno, sigue siendo un fascinante enigma en la región de Chuquisaca, al sur de Bolivia. Este reportaje abunda en la riqueza paleontológica del Departamento, revelando la presencia de mamíferos que convivieron con los humanos, dejando su huella en las pinturas rupestres y petroglifos de la zona.
Chuquisaca es además enclave estratégico de la Ruta de los Dinosaurios de la era Mesozoica, periodo Cretácico, donde han quedado los vestigios del desplazamiento que siguieron estas formidables bestias cuyo registro de pisadas más largo del mundo se encuentra precisamente en Sucre, en el Farallón de Cal Orc´ko.
Tímidos mamíferos del Pleistoceno
La información sobre los descubrimientos de restos fósiles de la Megafauna de Chuquisaca ha sido sistematizada por el investigador en paleontología, Omar Medina Ramírez* quien además es paleoartista cuyo equipo contribuyó a dar forma a los dinosaurios perfectos del Parque Cretácico de Sucre, que ya anunció su pronta ampliación. Medina respalda la teoría de que cuando los dinosaurios dominaban la tierra “hace más de 100 millones de años, durante la Era Mesozoica”, los mamíferos eran grupos de especies pequeñas y tímidas que sobrevivieron hasta que hace aproximadamente 65 millones de años, luego de la extinción masiva que afectó a casi todas las especies vivientes como lo señala la amplia evidencia del registro fósil, comenzaron a progresar y crecer. Otras teorías, sin embargo, sostienen que estos registros de la extinción masiva, no serían tan antiguos, tal como afirma Kurt Wise, paleontólogo y docente de la Universidad Truett McConnell de Cleveland, Georgia, Estados Unidos quien asegura que la capa fósil que es testimonio de la gran extinción, se produjo en pocos días hace miles de años y no en millones de años.
La megafauna de Chuquisaca
Omar Medina explica que durante el periodo del Pleistoceno en el sur de Bolivia, en la conocida era Cenozoica, en Chuquisaca no habían grandes montañas y más bien era un paisaje de colinas suaves, como una pampa donde reinaban mamíferos de gran tamaño. “Esta megafauna estaba compuesta por gigantescos megaterios, milodontes y scelidotherium emparentados con los perezosos modernos; enormes gliptodontes, emparentados con los armadillos actuales; la palaeolama, similar a los guanacos, vicuñas o llamas; apasibles mastodontes y caballos que galopaban en toda esta extensa planicie chuquisaqueña”, afirma el especialista quien también aseguró que esta megafauna convivió con los humanos, en Bolivia.
El gran intercambio biótico americano
Medina asegura que en algún momento el paisaje cambio y que los animales “reaccionaron con vitalidad”, lo que explicaría su gran tamaño, mayor al de cualquier otro mamífero terrestre, del presente o del pasado.
En Sudamérica los organismos vivos de la conocida Era Cenozoica tuvieron un comportamiento diferente al del resto del planeta del cual estaban separados hasta la formación del Istmo de Panamá que permitió que los animales se desplazaran de un lugar a otro, conociéndose como el Gran Intercambio Biótico Americano (GABI), por sus siglas en inglés.
“Los estudios indican que en la Era Cenozoica las biotas sudamericanas evolucionaron de manera independiente que las biotas de centro y norte américa debido a que estaban separadas por una barrera marítima a la altura del Istmo de Panamá. Cuando el istmo se formó hace unos 3 millones de años, comenzó un importante intercambio bidireccional de flora y fauna”, dijo Medina.
Se cree que del norte vinieron los mastodontes y palaeolamas y que desde el sur, se movilizaron los perezosos terrestres y gliptodontes, por ejemplo
Esta gran fauna que vivió en Chuquisaca, como en el resto del mundo, sufrió una gran mortandad que suele atribuirse a cambios bruscos del clima o debido a que unas especies hayan extinguido a otras, incluso que el hombre haya contribuido a terminar con algunas de ellas por la caza o defensa de su habitat.
“Las mortandades que se produjeron en las postrimerías del pleistoceno y al principio de la época reciente marcaron la crisis más amplia y destructiva de toda la historia de los mamíferos”, asegura Omar Medina.
Los mamiferos que habitan el planeta en la actualidad están bajo la amenaza de extinguirse, sobre todo por la destrucción y quema de bosques y áreas protegidas que son habitat natural de majestuosos animales.
Sitios con huesos fósiles
En Bolivia, desde hace mucho tiempo se han realizado numerosos estudios paleontológicos de vertebrados cuaternarios, principalmente en Tarija al Sur del país, como consta en las publicaciones del paleontólogo francés Rober Julien Hoffstetter (1968). Antes de eso se tienen noticias de registros fósiles de Diego de Ávalo y Figueroa quien mencionó el hallazgo de “Huesos y dientes petrificados de grosor prodigioso”, en 1640. En esa época, Don Álvaro Alonso Barba reportó la existencia de “piedras con figuras” en territorio potosino.
Medina indica que la definición de una escala biocronológica para el Cenozoico se ha incrementado a partir del aporte de varios científicos hasta llegar al 2011 que es cuando se estableció “un nuevo modelo cronoestratigráfico/geocronológico con base bioestratigráfica” por el paleontólogo uruguayo, Daniel Perea.
El chuquisaqueñao hace notar que para esta propuesta se recogieron aportes desde el siglo XIX, mencionando a Doering (1882) o Ameghino (1889) para luego ser perfeccionada y/o modificada en el siglo XX por diferentes autores, entre ellos Kralievich (1952), Simpson (1940), Frenguelli (1957), Pascual (1965), Marshall (1984) o Kayet (1999).
En Chuquisaca en específico, A partir del descubrimiento de las huellas de dinosaurios de Cal Orck’o en 1995 hasta el presente, los hallazgos se multiplicaron, teniendo al municipio de Mojocoya como protagonista de los últimos. “Muy poco se ha trabajado en el estudio de esta fauna principalmente en el departamento de Chuquisaca, a pesar de contar con innumerables localidades ricas en fósiles de este tipo”, acotó Medina.
Los fósiles en Chuquisaca
En Chuquisaca hay fósiles por doquier. Aparecen en las avenidas de Sucre y en los municipios rurales, los descubrimientos están a la orden del dia como el que protagonizaron unos niños en Mojocoya, en mayo de este 2023, de los fósiles de un perezoso gigante. En el mismo lugar, apenas días antes, se encontró la mandíbula de un mastodonte, solo por citar un ejemplo de la riqueza paleontológica de este departamento que es un escenario ideal para la investigación de la megafauna sudamericana que existió y se extinguió en esta región hace miles de años atrás.
Hay restos fósiles reportados en Irupampa y Azurduy que están pendientes de estudiar, según informó Medina.
La ruta de la megafauna
Así como se presentó el proyecto de la Ruta de los Dinosaurios que conecta los departamentos de Cochabamba, Potosí, Chuquisaca y Tarija donde existen sitios de huellas de dinosaurios y una red caminera que los vincula, Omar Medina propone explotar el potencial paleontológico en torno a los fósiles encontrados de los grandes mamíferos para plantear una segunda ruta: “La ruta de la Megafauna” y sus sitios de interés identificados en Chuquisaca, para empezar:
A. Localidad de Potolo
La localidad de Potolo es la capital de la cultura Jalq´a pero también fue el hogar de animales gigantes, como atestiguan los fragmentos del caparazón de Gliptodonte, además del cráneo, mandíbula y dientes, pelvis y parte del estuche caudal, encontrados en este lugar. También se rescataron partes de un mastodonte andino de la especie gonfoterio y otros de un perezoso pequeño que se resguardan en la escuela 6 de junio B. Los hallazgos en Potolo se registraron en Khasa Loma, Teja Mayu y Caraviri
B. Sucre
En mayo de 2000 al realizarse excavaciones en la Avenida del Maestro de la ciudad de Sucre, se encontró los restos de un perezoso enorme de aproximadamente tres metros de longitud. Por otro lado, en la facultad de Medicina, se halló la mandíbula de un pecarí, una especie de jabalí. Las placas de caparazones de gliptodontes y molares de mastodontes, fueron encontrados en cambio en la zona de Yurac Yurac en 2019, en inmediacones del aeropuerto Juana Azurduy de Padilla, parada a Ravelo abarcando los distritos I y III de la Capital.
C. Yamparáez
En Yamparáez se rescató un caparazón casi completo de un armadillo gigante o Glyptodón que, con el apoyo de las autoridades municipales, se pudo restaurar en cuatro meses por el equipo de Medina. Esta coraza fue atribuida a una nueva especie el Glyptodon jatunkhirkhi, un gliptodonte de las alturas que habitó a más de tres mil metros, tal como indica la publicación realizada siete años después de su descubrimiento, en 2020 por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) destacando el hallazgo fósil del animal extinto.
El animal guardaba una sorpresa adicional, dentro de su caparazón se encontró fragmentos de roedores antiguos como es el caso del Ctenomys. Los reportes de caparazones datan desde el 2006 y Yamparáez en un gran escenario de estudio, sobre todo las localidades de Kompunkus y Molle Punku, que se constituyen en sitios paleontológicos.
D. Padilla
En la comunidad de San Julián Alto Rio Naval, se reportó el hallazgo de una mandíbula fosilizada de la cría de un mastodonte, también se encontraron defensivos (colmillos), garras de perezosos, gliptodones y madíbulas de eqqus, o antigua especie extinta de caballos.
E. Redención Pampa
En el pueblo de Redención Pampa se hallaron dos corazas de gliptodontes, cráneos fosilizados completos de équidos como caballos, cebras y asnos. En la comunidad de Hornillos se encuentra una coraza de glyptodón casi completa por rescatar. Hasta el momento se reportaron molares, mandíbula y defensivos de mastodontes, fémur, tibia y fíbula posiblemente de un megaterio o perezoso terrestre de gran tamaño, como también mandíbulas de camélido (podría tratarse de una palaeolama o hemiauchenia en el primer caso más parecido a una vicuña y en el segundo a una llama). Los sitios marcados son Trigo Loma, San Lorenzo, Kolpa K’asa, Jatun K’asa, K’olpa Mayu y Hornillos •
* Omar Medina es tambipen director de la Carrera de Arte y Diseño Gráfico de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca (USFX), miembro de ICOMOS o Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de la Unesco, de la Sociedad Geográfica e Historia de Sucre.