La historia detrás del Holguín más grande que está en Madrid

El 2 de marzo de 1716, destituyeron al Virrey del Perú, don Diego Ladrón de Guevara. Inmediatamente, designaron como virrey interino al arzobispo de Charcas, don Diego Morcillo Rubio de Auñón.

El historiador de arte, Joakim Olañeta Borda, fotografiado delante del monumental lienzo de Melchor Pérez Holguín que mide más de 5 metros de ancho y fue adquirido por el Museo de

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De la torre campanario de la iglesia de San Martin cuelgan dos banderas que pueden ser versiones primitivas de la whipala, y a la izquierda el escudo nobiliario del virrey-obisp

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El flamante virrey Diego Morcillo Rubio de Auñón es llevado bajo un palio de seda china con andas de plata, sostenido por los caballeros veinticuatro del Cabildo de Potosí. Adel

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A la frente de la marcha entra la infantería, con los oficiales Silvestre de Briñas y Antonio Díaz Jordán de caballo, y varios morenos sonando tambores y clarínes.

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Detalle del arco triunfal con dos columnas salomónicas y espejos colgados dorados. Era uno de dos arcos efímeros diseñados por el fraile augustino Juan de Ulloa para honrar la visi

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Los potosinos colgaron tapices y pinturas en las fachadas de las casas. El lienzo a la izquierda muestra al Coloso de Rodas, una de las siete maravillas de la antigüedad y alego

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4.	Siguiendo el palio a caballo, el comitente del lienzo, fray Pedro Mejía y Morcillo, fraile Mercedario y sobrino del virrey, vestido de blanco, y otros religiosos del séquito del

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Autoretrato del pintor maestro Melchor Pérez Holguín, bajo la mirada de la esposa del corregidor, Micaela de Tena, que está observando el desfile sentada en un balcon mientras s

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El historiador de arte, Joakim Olañeta Borda, fotografiado delante del monumental lienzo de Melchor Pérez Holguín que mide más de 5 metros de ancho y fue adquirido por el Museo de

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    Joakim W. Olañeta Borda-Pedreira
    Ecos / 08/01/2024 03:41

    El cuadro y sus personajes

    El 2 de marzo de 1716, destituyeron al Virrey del Perú, don Diego Ladrón de Guevara. Inmediatamente, designaron como virrey interino al arzobispo de Charcas, don Diego Morcillo Rubio de Auñón. El cuadro pintado por Melchor Pérez Holguín representa el majestuoso desfile del nuevo virrey por la parroquia de San Martín en camino a la plaza del Regocijo en la Villa Imperial de Potosí, por donde pasó el virrey en su camino a Lima.

    Potosí atravesaba una larga crisis productiva debido al agotamiento de las vetas de plata en la superficie del cerro. La extracción del mineral requería excavar profundamente, demandando gran cantidad de mano de obra y azogue, un mercurio enviado desde Huancavélica para extraer la plata. La Corona solía proporcionar mercurio a los azogueros, dueños de minas, como un préstamo.

    A principios del siglo XVIII, el sistema de la mita había colapsado, y los azogueros ya no podían depender del trabajo barato de las comunidades indígenas. Además, enfrentaban escasez de mercurio y una fuerte sequía en 1716 afectó gravemente los molinos de los ingenios mineros.

    El nombramiento de don Diego presentó una oportunidad única para los potosinos de solicitar apoyo al virrey como representante máximo de la corona. Buscaban persuadirlo para que mantuviera la mita e incrementara las cuotas de mercurio destinado a Potosí. Con este propósito, enviaron dos embajadores a La Plata para solicitar la visita del virrey a la villa imperial y escoltarlo en el camino, preparándose para recibirlo con pompa y festejos.

    El lienzo de Holguín representa tres escenas centrales de la visita. En la composición principal, se observa la entrada del virrey a la Villa Imperial el 25 de abril, alrededor de las tres de la tarde, en un desfile compuesto por la élite potosina y el séquito del virrey.

    El desfile se divide en varios grupos con distintos rangos y funciones. Inicialmente, la milicia de infantería con el capitán Fernando de Alamanza de pie y el general Silvestre de Briñas a caballo, junto al maestre de campo don Antonio Díaz Jordán. Regidores y negros con tambores marcan el paso. Notablemente, todos visten a la francesa, una novedad introducida con el ascenso al trono de Felipe V.

    Detrás, la primera comitiva con don Andrés de la Torre Montellano, un noble minero potosino, como cabecera de la marcha, montando en caballo con montera y espuelas de plata y vestido todo de rojo, seguido por los embajadores don Diego Ibarburu y don Juan Álvarez, caballeros veinticuatro de Potosí, rodeados de pajes y ayudantes morenos. En la parte inferior del lienzo, se encuentra el propio pintor, vestido de negro con capa y espada, capturando el momento con sus pinceles. Es uno de los dos autorretratos conocidos de Holguín y garantiza que presenció los acontecimientos.

    En el extremo opuesto, un balcón muestra a un grupo de mujeres, algunas indígenas, y sobre Holguín, la esposa del corregidor Francisco Tirado de Cuenca, doña Micela de Tena, que repartía monedas durante el evento. El virrey monta casi al final del desfile, rodeado por los caballeros veinticuatro con un palio de plata y acompañado por los alcaldes don Francisco de Gambarte y don Pedro Navarro, vestidos de negro con cadenas de oro.

    Gambarte, nieto del azoguero Antonio López de Quiroga, alojó al virrey Morcillo junto a su yerno Diego de Arze, probablemente otro personaje del lienzo. En una de las cuartelas, se representa la "Ilustre casa de Quiroga", destino final del desfile.

    Al frente de la comitiva del virrey desfilaba el gremio de azogueros, liderado por el alcalde de minas don Martín de Echavarría. En el lienzo, figuran bajo la rúbrica de "personas más selectas". Junto a ellos, un cacique indígena vestido a la española, recordando que muchos indígenas fueron dueños de minas desde la fundación de Potosí. Acompañando al cacique, el conde de la Portilla y uno de los sobrinos del virrey, fray Pedro Morcillo Rubio.

    Según el agustino Juan de la Torre, los azogueros vestían trajes lujosos, aunque en el lienzo destacan las joyas de los sombreros y los encajes de los trajes. Dos ancianos, llamados Alucho y Pilonga, comentan la escena, asombrados por el espectáculo. Al final del desfile, se muestran oficiales provinciales, como el corregidor de Chayanta don Agustín de la Tijera y don Francisco de Sagardía, secretario del virrey, junto a caballeros de la nobleza criolla.

    Los potosinos erigieron 120 arcos de plata desde la parroquia de San Martín hasta la casa de Quiroga, pero en el lienzo solo se muestra el gran arco triunfal diseñado por fray Juan de Ulloa. Comparando con descripciones escritas, el dibujo de Holguín coincide perfectamente. El arco tenía columnas salomónicas y espejos y adornos de plata. En el remate, una figura alegórica de la Fama. Holguín reproduce parte de un verso que colgaba del arco, expresando los deseos de los potosinos con la visita.

    La motivación para hacer el cuadro

    Aunque el lienzo representa eventos de 1716, probablemente fue pintado unos años después. El virreinato de Morcillo duró solo 50 días, y las esperanzas de los potosinos se vieron frustradas. Los potosinos se frustraron aún más con el nuevo virrey, el príncipe de Santo Buono, quien intentó suprimir la mita de una vez por todas. Escribe Arzánz sobre Morcillo que “su ascenso fue tan breve que pasó como sueño o como sombra y con tales circunstancias que acreditaron ser una farsa todo lo de este mundo.”

    Sin embargo, en 1719, una Real cédula de Madrid nombró a fray Diego Morcillo virrey ordinario en Lima y no tiene por qué pasar por Charcas, pero al parecer no se olvidó de los pliegos potosinos porque hace todo lo que puede para facilitar la producción de plata. Ahora si hay motivo para conmemorar esa gran visita a la Villa Imperial. No sabemos si es por iniciativa del virrey mismo, pero podemos sospechar que, si lo es porque el cuadro fue encargado a Holguín por fray Pedro Mejía y Morcillo, sobrino del virrey, quien también aparece retratado en el lienzo, vestido del hábito mercedario. Pocas semanas antes su tío lo había designado Examinador general del arzobispado de Charcas.

    La propuesta artística

    Holguín condensa dos días de eventos en un solo plano, dividiendo el tiempo en cartuchos. La escena principal ocurre el primer día en la tarde, pasando por la parroquia de San Martín y llegando a la Plaza del Regocijo. El segundo recuadro es un homenaje al espíritu festivo de los potosinos, mostrando una mascarada extravagante al día siguiente. El virrey se encuentra sentado en un balcón del cabildo y al frente vemos a los dos ricos mineros Domingo Serrano y Miguel de Umarán, seguidos por la Fama y famosos héroes de la historia, entre ellos el Cid. Después, algunas sibilas y hasta un sultán árabe y dos niños representando Europa y América. Todos estos personajes son representados de manera muy reconocible por el pintor. Al final también vemos a un Inca siendo llevado en su anda por cuatro indios. Sorprende de la escena es que Holguín ha retratado al virrey en dos sitios a la vez, en el balcón observando, pero también en un carro triunfal en el desfile. Holguín se esfuerza por retratar la Villa Imperial como una próspera ciudad ideal y a su población multiétnica en un estado de armonía y paz social, a pesar de los desafíos económicos y sociales reales. ¿Y quién es la figura que sigue el espectáculo a distancia de la puerta de la iglesia, si no el pintor Melchor Pérez Holguín mismo?

    Holguín se esfuerza para retratar a la villa imperial como una próspera ciudad ideal y a su población multiétnica en un estado de armonía y paz.

    Anécdotas 

    No se sabe cuándo llegó el cuadro a España, pero probablemente fue poco después de su finalización. Es posible que su destino haya sido Villarrobledo, el pueblo de origen de la familia Morcillo. El virrey y sus sobrinos envían muchos regalos valiosos al Rey Felipe V y a las iglesias y conventos de su pueblo. Por ejemplo, todavía se encuentra allí un arco y un modelo del Cerro Rico todo labrado de plata. El lienzo lleva un escudo nobiliario de la familia Morcillo Rubio de Auñón. Entrando al siglo XX el gran lienzo fue propiedad de la familia Amusco en Toledo, a unos 180 km de Villarobledo. Los Amusco lo vendieron al estado español hacia 1951, para que formara parte de la colección del Museo de América en Madrid.

    En la catedral de Sucre hay un retrato de Pedro Morcillo Rubio, sobrino predilecto del virrey don Diego, que fue retratado en el lienzo de Holguín a pesar de no estar presente. En 1715, actuando como secretario de su tío, envía costosos regalos al Rey Felipe V en forma de cincuenta mil pesos en oro, varias cajas, jarras y adornos de plata labrada, más una Virgen de Copacabana de casi un metro de altura, toda hecha de plata.

    Algunas anécdotas adicionales incluyen retratos de personajes ausentes en la pintura y la presencia de banderas jaqueladas que podrían ser antecedentes de la wiphala. La arquitectura del lienzo es poco reconocible y extraña, con edificios pintados de manera distorsionada. Se destaca la habilidad de Holguín para representar eventos detalladamente y su interpretación de la vida urbana potosina para la posteridad •

     

    * Joakim W. Olañeta Borda-Pedreira es magister en Historia del arte especializado en arte colonial latinoamericano en una universidad noruega. Sus investigaciones sobre Holguin esperan aportar en un doctorado. 

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