Un cuadro de Potosí aparece en un museo de Filadelfia

Nadie sabe cómo fue a parar ahí. Lo más probable es que fue robado del templo de Jerusalén.

El cuadro que está en Filadelfia.

El cuadro que está en Filadelfia.

Virgen del Rosario, de Holguín, está en Dallas.

Virgen del Rosario, de Holguín, está en Dallas.

La Piedad, de Holguín, está en Los Ángeles.

La Piedad, de Holguín, está en Los Ángeles.

La imagen encontrada en 1623.

La imagen encontrada en 1623.

Es la imagen principal del templo de Jerusalén.

Es la imagen principal del templo de Jerusalén.

El cuadro que está en Filadelfia pudo ser robado de este espacio.

El cuadro que está en Filadelfia pudo ser robado de este espacio.

La imagen de 1623 en cuerpo completo.

La imagen de 1623 en cuerpo completo.


    Juan José Toro Montoya
    Ecos / 06/02/2024 23:33

    Nadie sabe cómo ni cuándo salió de Potosí, ni cómo llegó ahí, pero una pintura de la Virgen de la Candelaria que pertenecía al templo de Jerusalén de Potosí fue reportada recientemente como parte del acervo del Museo de Arte de Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos.

    Se trata de otra obra de arte que fue a parar a otros países. Se supo de su existencia el 23 de enero recién pasado por un reporte de la cuenta Leyzabeth Dubón García en el grupo de Facebook “Universo Barroco Iberoamericano” y dos días después fue compartida por Antonio Jesús Muñoz Gama en el grupo “Real Archivo Histórico de Hispanoamérica y España”.

    Es un cuadro de singular belleza, un óleo sobre lienzo de 70 por 50,8 centímetros, de autor anónimo, cuyo título es “Nuestra Señora de la Candelaria de Potosí con Donantes”, pero no existen mayores datos al respecto. Quien complementa que el cuadro procede del templo potosino de Jerusalén es el español Muñoz Gama.

    El dato es coherente si se toma en cuenta que Jerusalén fue capilla de la Virgen de la Candelaria, según apunta la patrimonialista potosina Amparo Miranda. Esto se confirma en la guía cultural citadina de Mario Chacón Torres quien publicó que “esta iglesia tuvo su origen en la devoción popular hacia una pequeña y bella imagen de la Virgen de la Candelaria, descubierta en poder de unos indios en 1623, en ocasión de un encuentro que tuvieron Vicuñas y Vascongados” (CHACÓN. 1977 [2019]: 126). 

    Chacón se refería a un episodio de la guerra de naciones en Potosí que es narrado por Bartolomé Arzáns en su “Historia de la Villa Imperial de Potosí…” y al que le puso fecha precisa, 23 de noviembre de 1623, cuando los vascongados de San Juan de Vidaurre huían de los vicuñas liderados por Francisco Castillo. Los vascos escaparon una cuadra más abajo de San Bernardo, donde estaba un rancherío de indios, y allí encontraron “un tosco nicho, aunque bien compuesto, donde estaba una imagen de la Madre de Dios con el niño en sus brazos, a quien los indios de aquel rancho veneraban y festejaban con mucha devoción” (BRPM: 02 II 2065. 196v).

    Los indios contaron que la imagen se les apareció una mañana hacía 40 años, así que su data probable sería de 1583. Cuando los españoles quisieron llevarse a la Virgen, “fue de tal suerte el alarido que levantaron todos aquellos naturales del rancho oyendo que se querían llevar la imagen, que hubieron de dejársela, encargándoles solamente la tuviesen con devoción limpia y católica” (Ídem).  

    En 1954, Chacón detalló que “años después (de 1623) se arruinó el lugar donde se conservaba la Virgen, por lo que Pedro Condori, que la cuidaba, tuvo que trasladarla a San Lorenzo, mientras se construía una capilla por parte de los indígenas; capilla que edificada resultó pequeña, para albergar a los numerosos fieles que acudían ante esta imagen, por lo que algún tiempo después se la amplió” (CHACÓN. 1954). Agregó que “a iniciativa del clérigo Lázaro de Luna, el acaudalado don Francisco de Ortega, costeó la construcción del actual templo (de Jerusalén), que iniciado en 1702 se concluyó en 1708” (ídem).   

    Esa imagen, empero, no es pintura, sino escultura, que en tiempos coloniales era denominada “bulto”. Hasta hoy, es la más importante del templo de Jerusalén y, por ello, ocupa el lugar principal del altar de ese templo. Mide 57 centímetros y tanto ella como el niño tienen cabello natural, como se constata cada vez que se la baja del altar en días previos a su fiesta, el 2 de febrero, con el fin de cambiarle de ropa. 

    Está custodiada por otras imágenes y solo una de Cristo coronado está por encima. Debajo de ella, en el altar, hay otra imagen de la Virgen de la Candelaria, pero esta es de manufactura reciente. No existen datos sobre su procedencia.

    La pintura

    Esos antecedentes permiten teorizar que la pintura del museo de Filadelfia se inspiró en la escultura que habría sido encontrada en 1623,     ya que la data del lienzo es 1799. Es más, si se compara ambas imágenes, parecería que el autor desconocido intentó retratar la escultura porque hasta copió la leyenda que está en su anda: “Por devosión de D. Visente…”. No se puede leer los apellidos, porque están borrados intencionalmente, pero por la extensión, y el año, uno se tienta de leer “Cañete y Domínguez”.

    Los datos que están en el óvalo inferior del cuadro despejan toda duda respecto a su procedencia, puesto que se puede leer lo siguiente: “Se pintó esta Milagrosa Ymagen de Ntra. Sra. de la Candelaria, Venerada en su Capilla de Jerusalem de esta Villa de Potosy. A deuocion de su devoto y Maria B. esp. De Don Ramón Yldefonso de Bela. Capitán y Alcalde de Bario. El Año de 1799. El Yllmo. Sor. Dr. Dn Frei Jose Antonio de Sn. Halberto: Arzobispo de la Ciudad de la Plata. Concedió 80 días de Yndulgencias a todas las personas que devotante…”.

    En los laterales de la Virgen están seis imágenes de milagros. En la esquina superior izquierda se ve a la Virgen en el piso, entregando algo a tres niños indígenas; más abajo están imágenes en las que ella aparece en el cielo, otorgando auxilio a personas que se ahogan o caen de las alturas y en estas dos aparece la fachada del templo de Jerusalén. En la derecha la Virgen está invariablemente arriba en cada dibujo y en dos de ellos hay indígenas que le rezan, lo que refuerza la teoría de que se trata de un retrato de la imagen de 1623. 

    Los donantes están identificados por el pintor mediante inscripciones: el de la izquierda es Francisco Aguirre mientras que el de la derecha es Ildefonso de Vela, alcalde de barrio. Este último cargo fue creado por Carlos III junto al de alcalde de cuartel pero, por lo que se puede ver en las actas del Cabildo Secular de Potosí, ambos fueron desempeñados como uno solo. Esos cargos no eran tan importantes como el de un capitular, pero su nombramiento provenía de los virreyes, sobre la base de propuestas presentadas por otras autoridades, así que sus posesiones eran destacadas, por lo menos en el caso de Potosí. Lamentablemente no pude documentar a ninguno de los donantes porque en las actas del cabildo, conservadas en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, hay un bache entre 1779 y 1804, lo mismo que en el Archivo Histórico de Potosí, de la Casa de Moneda, puesto que en el fondo del Cabildo solo existen tres documentos en el periodo 1733 y 1816.

    Leyzabeth Dubón García ha reportado otros dos cuadros de Potosí en museos de Estados Unidos: se trata de dos obras de Melchor Pérez de Holguín que también presentó en fotografías y cuyos textos se toman de esa cuenta. Son tres casos de cuadros potosinos que salieron de esta ciudad por razones desconocidas, pero se presume robo. En el caso de la pintura de Filadelfia, las personas que están a cargo de la parroquia de Jerusalén dicen que, en la historia del templo, se ha reportado varios robos y en su interior todavía se puede ver espacios vacíos en los muros •  

    Holguín en Dallas

    La Virgen del Rosario

    Autor: Melchor Pérez de Holguín

    Año: Siglo XVII-XVIII

    Técnica: Óleo sobre lienzo (127 x 103.84 cm)

    Estilo: Barroco potosino

    Ubicación: Dallas Museum of Art Museum of Art, Texas, Estados Unidos

    En esta imagen devocional, la Virgen María cuelga de manera prominente un rosario mientras sostiene al Niño Jesús en su regazo.

    Particularmente distintivo en esta imagen es el encantador detalle de las rosas llevadas por putti, o ángeles, en la esquina superior izquierda; las flores se transforman en rosarios al caer de su canasta.

    Originalmente se pensó que era una pintura mexicana de finales del siglo XVIII o principios del XIX, pero recientemente ha sido reatribuida a Melchor Pérez Holguín, uno de los pintores más exitosos de la Bolivia colonial en la ciudad de Potosí, un importante centro de arte religioso.

    La evidencia de la identificación reside en las similitudes entre los rostros de la Virgen y los amorcillos y los de otras pinturas documentadas de Holguín, así como en la elaborada superposición de pan de oro aplicada al manto de la Virgen, una práctica que se sabía que usaba el artista.

    Fuente: Leyzabeth Dubón García

    Holguín en Los Ángeles

    La Piedad

    Autor: Melchor Pérez de Holguín

    Año: 1720

    Técnica: Óleo sobre lienzo

    Estilo: Barroco potosino

    Ubicación: Los Ángeles County Museum of Art (LACMA), Estados Unidos

    La Piedad de Holguín probablemente data de su período de madurez, que se caracterizó por la introducción de una paleta de colores más luminosa, el énfasis en la ornamentación de la superficie y, en general, tipos figurativos más suaves.

    Aunque Holguín creó varias interpretaciones del tema, esta es, con diferencia, la versión más original y compleja que se conoce. Basado libremente en un grabado de una famosa pintura del artista flamenco Anthony van Dyck (1634, Alte Pinakothek, Munich, Alemania), Holguín infunde a este nocturno un elevado sentido de patetismo y un mayor propósito narrativo.

    Cristo está suavemente postrado en el regazo de la Virgen, rodeado por una cohorte de figuras angelicales que lamentan su espantoso destino, mientras un grupo de querubines de aspecto tierno sostienen su brazo y besan sus pies.

    Los bocetos de la mano derecha de Cristo contrastan notablemente con la detallada factura de los rostros de las figuras y la finamente representada corona de espinas y clavos ensangrentados, transmitiendo efectivamente la sensación de su cuerpo inerte.

    La intimidad de la escena se ve resaltada por el ángel de la izquierda que sostiene una vela y las lágrimas corren por su rostro incandescente.

    El exuberante uso por parte del artista de motivos en pan de oro conocido como brocateado (técnica generalmente asociada a la Escuela Cuzqueña pero muy utilizada en el mundo hispánico), así como la aplicación estratégica de colores complementarios (verde-rojo), realzan la preciosidad de la cohorte divina y contribuyen a crear un efecto pictórico sorprendente y memorable.

    La obra revela cómo Holguín absorbió hábilmente diversas tradiciones artísticas –locales y europeas– para crear su propia versión de este tema canónico.

    Aunque Holguín es ampliamente reconocido como una de las personalidades artísticas más distintivas del período colonial en América del Sur, poco se sabe sobre su método pictórico. 

    Fuente: Leyzabeth Dubón García

     

    (*) Juan José Toro es vicepresidente y fundador de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).

    Fuentes

    BRPM: 02 II 2065. Biblioteca de Real Palacio de Madrid. Manuscrito 2065 (Historia de la Villa Imperial de Potosí…, de Bartolomé Arzáns, tomo I).

    CHACÓN, Torres Mario. 1954. “La Virgen de la Candelaria de Jerusalén” en ARAUJO Subieta, Mario y rocha Torres, Antonio (compiladores). PÁGINAS HISTÓRICAS DISPERSAS. Inédito. 

    CHACÓN, Torres Mario. 1977 [2019]. POTOSÍ HISTÓRICO Y ARTÍSTICO (guía cultural citadina). Casa Nacional de Moneda. Editorial El Cuervo.

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