¿Virgen Collita o Coyita?

Una muy famosa y milagrosa Virgen de la Candelaria de la Villa Imperial de Potosí, que data por lo menos del siglo XVII

La Coyita, al pie del altar..

La Coyita, al pie del altar.. Foto: Juan José Toro Montoya

La Virgen del Cerro es una María coronada.

La Virgen del Cerro es una María coronada. Foto: Juan José Toro Montoya

Virgen de la Candelaria de Jerusalén.

Virgen de la Candelaria de Jerusalén. Foto: Juan José Toro Montoya


    José Luis Pérez Coro
    Ecos / 15/02/2024 03:59

    Una muy famosa y milagrosa Virgen de la Candelaria de la Villa Imperial de Potosí, que data por lo menos del siglo XVII, cuya celebración se la realiza cada 2 de febrero, se encuentra en el templo de San Pedro, a la que algunos denominan con el adjetivo de: “La Collita”, sin embargo, ese sobrenombre parece errado, forzado, o un trastoque, pues lo correcto parecer ser en todo caso: “La Coya” o en su diminutivo: la “Coyita”.

    Por lo visto, nos encontramos ante lo que en lingüística se denomina paronomasia y, en este particular caso; ante un parónimo; que es la confusión que ocurre entre vocablos, cuando se confunden al pronunciar y escribir; por ejemplo; la “Y” como “LL” o viceversa, produciéndose la paronimia. En ortografía también se conoce como palabras homófonas; que se manifiesta cuando un vocablo o palabra y se pronuncia igual o de similar manera a otra; empero, se escriben de un modo diferente y, al final, tienen distintos significados.

    Lo afirmado se explica porque, como es de sobra conocido, en muchas partes del mundo católico la Virgen de la Candelaria fue y es patrona de los mineros, y una vez llegada a América; lo fue de igual manera en estas tierras, y como los trabajadores mineros en los Andes eran en su totalidad indígenas, estos, al asumir la religión católica, asimilaron a la Virgen de la Candelaria de acuerdo a su entendimiento y cosmovisión propia acogiéndola como a su protectora, señora y madre, e incluso asimilándola a las minas de donde extraían el mineral y la montaña misma.

    “Coya” es mina y reina 

    El mismo término Coya en la época colonial y aún en la época republicana era entendida casi como sinónimo de mina, socavón, veta, montaña y antes con los Incas; como rica señora, reina y esposa del Inca.

    Por ello, en razón que los mismos mitayos y mineros llamaban Coya a la mina donde ingresaban a trabajar y de similar manera a la montaña Potosí, asimilaron y advocaron el término Coya a la Virgen de la Candelaria, por considerarla madre, señora y reina. Asimismo, de manera sorprendente, llegaron a considerarla como una extensión, o rencarnación y, por ende, la transfiguración de la montaña de plata en la misma Virgen María y viceversa.

    Con el tiempo, en épocas cercanas, a la imagen de Virgen María y en este caso a la Virgen de la Candelaria, ya castellanizada o fusionada la palabra, y en diminutivo; la denominaron “La Coyita”, como muestra de devoción, aprecio y cariño y sobre todo por asociarla a la mina, al socavón, a la veta y a la montaña misma con la que está relacionada en sincretismo pagano-religioso con la religión católica y las religiones andinas.

    ¿De dónde viene colla?

    A partir de todo lo manifestado, conviene hacer notar que en el Potosí virreinal estaban asentadas por la mita varias naciones reunidas en distintos sectores diferenciados, denominados barrios de indios y estas etnias, reinos y/o naciones, que se sepa hasta el momento, no se autodenominaban genéricamente o exclusivamente como collas, para de alguna manera asociar el adjetivo de “la Collita” a la Virgen de la Candelaria, haciendo parecer que es la virgen de los Collas.

    Aunque no se puede negar que los señores collas, antes y hasta cierta parte, durante la conquista española tenían por capital a Jatun Colla o Hatun Colla, cercana al Lago Titicaca y su influencia y territorio comprendía lo que se conoce como la Meseta del Collao, entre otros territorios discontinuos de los Andes. El templo de San Pedro en Potosí era el centro ceremonial de la denominada parroquia de indios que comprendía a las naciones o reinos Pacajes y Omasuyos, pero no se descarta que, en algún momento, antes o posteriormente, variara la procedencia de los parroquianos de ese sector por lo que aún queda establecer si estos parroquianos de diferentes orígenes, eran parte del reino Colla.

    De sobra conocido es que a gran parte de Bolivia se la asocia como región del Kollasuyo, que al parecer fue una de las regiones del Tahuantisuyo de los Incas, pero, como se mencionó líneas atrás, el territorio de los Kollas estaba circunscripto a un sector y no a todo el territorio de la Bolivia actual.

    El denominativo “Collita” que proviene o deriva de “Colla”, parece más bien una denominación actual, y puede ser el resultado de un parónimo ocurrido por la confusión en la pronunciación de “Y” por “LL” como ya se ha explicado anteriormente.

    Esta virgencita, en todo caso célebre y famosísima desde un tiempo muy antiguo, es la gran protagonista de varias crónicas y milagros que la tradición ha mantenido hasta la actualidad. Ya el lector y devoto, de acuerdo a su libre elección, podrá denominarla Coyita o Collita, pese a la paronimia ocurrida en algún momento de su historia, porque ambas son válidas, y pueden corresponder a su historia más antigua y la vez a la más reciente •

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