El Carnaval sucrense tradicional Siglos XVII - XX
El Carnaval en la ciudad capital de Bolivia ha sido una celebración arraigada desde tiempos coloniales hasta la contemporaneidad, con eventos emblemáticos como la Entrada del Carnaval de Antaño.
El Carnaval en la ciudad capital de Bolivia ha sido una celebración arraigada desde tiempos coloniales hasta la contemporaneidad, con eventos emblemáticos como la Entrada del Carnaval de Antaño. Este artículo destaca las contribuciones históricas que emergen de una investigación en curso liderada por profesionales como Guillermo Calvo Ayaviri, quien comparte con los lectores de ECOS la que será la base de un libro significativo para la historiografía y bibliografía boliviana en conmemoración al Bicentenario de 2025.
Cuna de Confiteros y Confites
La tradición de la elaboración de confites en Sucre se remonta al siglo XVII. Documentos coloniales revelan acuerdos entre mercaderes y confiteros en 1627, estableciendo una tienda de cerería y confitura en la ciudad. La producción de confites requería ingredientes como azúcar, leña y carbón, y se evidencia con contratos de compra de materia prima en 1627, como el del mercader Pedro Rendón y Francisco Camacho de oficio Cerero y Confitero, residentes en la ciudad de La Plata, provincia de los Charcas del Perú, quienes acordaron lo siguiente:
…entre nosotros tenemos asentado y concertado de hacer compañía en la administración y despacho de una tienda de cerería y confitura que queremos poner en esta dicha ciudad; por el tiempo y espacio de tres años continuos
En 1642, don Bartolomé Francisco de Mendoza alquiló un espacio en la ciudad en la esquina de Santo Domingo entre las calles Daniel Calvo y Simón Bolívar para vender sus confites, registrando seguramente los inicios de una tradición que perdura hasta hoy. La elaboración de confites se convirtió en una actividad comercial fundamental, resaltada por la necesidad de utensilios como pailas de cobre y aparadores para la exhibición
El Señor de los Desamparados
El Beaterio de Santa Rita se erigió como el epicentro de la festividad de compadres desde finales del siglo XIX. Un documento de 1872 testimonia la devoción al Señor de los Desamparados, también conocido como el Señor del Grito o Señor de los Compadres.
La procesión de compadres, que inicia en el Beaterio de Santa Rita, recorría las calles históricas de Sucre, evocando la devoción de los ciudadanos a lo largo del tiempo. La eucaristía concelebrada y la procesión de 2017 fue organizada por la familia Torrico que en ese momento le dio continuidad a esta tradición.
El Señor de los Desamparados, que se venera en el actual hogar Santa Rita, se conoce también con el nombre del Señor del Grito o Señor de los Compadres. Un documento da cuenta que en 1872 un ciudadano de origen español de nombre don Pablo Blázquez Flores, en su testamento dispuso cien pesos “al Beaterio de Santa Rita de la ciudad de Sucre, para que con ese dinero se refaccione la Iglesia y se compre unos blandones y candeleros extranjeros de metal para el Señor de los Desamparados”
Por el contrario, la investigación no ha encontrado antecedentes históricos de la fiesta de las comadres en la cultura sucrense.
Procesión de compadres
Centenares de feligreses, iniciaban la celebración con una procesión en el Día de Compadres. Los devotos salían del Beaterio de Santa Rita y recorrían por la plazuela del Hospital Real de Santa Bárbara para luego tomar las calles Alianza (hoy Arenales), Loa y Ravelo. El trayecto era adornado con arcos adornados con objetos de plata que llamaban la atención a la gente de aquella época.
Después de 50 años, el año 2017 se llevó a cabo la Eucaristía Concelebrada y posterior Procesión. La conocida familia Torrico, fue la encargada de organizar esta tradicional ceremonia.
Sobre la fiesta de las comadres, no se han encontrado antecedentes históricos vinculados a la cultura sucrense.
Poemario carnavalero
Un poemario que data del Siglo XIX, destaca por su contenido picaresco, como también contenido histórico y político. A continuación algunos de los versos inspirados por el carnaval entre los años 1850 a 1861, como por ejemplo estos que forman parte de una Invitación al despejo militar en 1860 donde el Capitán del mismo era Daniel Ponce:
El ‘Segundo Batallón
Veintiocho de Melgarejo.
Al pueblo dedico un despejo
En esta bella ocasión.
Y se permite invitarlo
A la tarde de este día
Emblema de la alegría
A presenciar la función.
Los siguientes, corresponden a las festividades del carnaval de 1861, del 5 de febrero, escrito por Justo Tornez y dedicados al “Nuevo don Quijote”
¡Viva el carnaval
Del sesenta y uno,
Por habernos dado
un poeta asnuno!
Canten las coquetas
Del siglo pasado,
Que por galán tienen
A un mono pintado.
Lo que decía la prensa
Los conflictos bélicos, como las guerras del Pacífico (1879), Federal (1899) y del Chaco (1932-1935), han dejado una huella indeleble en la historia de Bolivia, impactando incluso en las celebraciones de carnaval, según lo reflejado en los periódicos chuquisaqueños y sucrenses de la época. Las tensiones y pérdidas durante estos eventos históricos se reflejaron en las festividades, como lo señaló El Independiente de Padilla el 1 de marzo de 1899, indicando que el ambiente festivo era tenue debido a la guerra fratricida y el duelo que embargaba a muchas familias:
“Hubo poca o ninguna animación en esta fiesta universal, sin duda, por encontrarse la República en estado anormal con la guerra fratricida, y porque la mayor parte de las familias se encuentran de duelo, así que tampoco dejó ningún incidente que deplorar (…)”. (1 de marzo de 1899).
La Unión, un año después del cese de hostilidades de la Guerra del Chaco, expresó su descontento respecto a los preparativos para los carnavales de 1936. Llamó a la reflexión sobre la pertinencia de las celebraciones dadas las secuelas de la guerra, con huérfanos, viudas y familias desamparadas. Se subrayó la dificultad económica y el aumento de precios, planteando interrogantes éticas sobre la alegría en medio de la penuria: “No nos parece nada edificante los aprestos carnavaleros de grupos de muchachos y señoritas que si bien tienen derechos por razones de edad y tradición, para entregarse al culto de la alegría en unos dos o tres días precisamente dispuestos para ello, hay por otro lado la presencia de un pueblo todavía sangrante después de la aventura bélica de tres años, cuando hay huérfanos, viudas y familias desamparadas de los padres o hermanos todavía cauticos en poder del Paraguay. Hay además el estado de carestía de víveres, o pauperismo hogareño frente a una situación de alza de precios (…)”
En respuesta, algunos lectores argumentaron que los excombatientes evacuados, alrededor de treinta mil, tenían el derecho de divertirse, contraponiendo la necesidad de alegría ante las dificultades postguerra. Este contraste de opiniones refleja la complejidad de la sociedad boliviana de aquella época y de todas las épocas donde sobre los conflictos, se antepone la la necesidad de encontrar momentos de alegría y normalidad: “Como hay veinte mil prisioneros en el Paraguay, también hay treinta mil excombatientes evacuados que tienen derecho a divertirse”
Nombres de antiguas comparsas
El periódico Junín del 22 de febrero de 1941 revela el carácter del sucrense y su jocosidad presente hasta ahora para colocar nombres a sus comparsas: “Muchas comparsas se han organizado para celebrar las fiestas dedicadas a Momo. Se encuentran entre las más entusiastas ‘Los Calaveras’, ‘Mamá Chupeta’, ‘Fra Diávola’, ‘Claveles y Rosas’, ‘Los Incontenibles’ y otras más, que, durante la presente semana, han efectuado bailes muy animados, donde se han hecho verdadero derroche de buen humor”. ¿Cómo celebraban y vivían las comparsas el Carnaval? Ese es motivo de otro artículo porque las comparsas han hecho que el Carnaval de Sucre sea distintivo y motivo de confraternización y derroche de alegría •