El primer rector criollo
Juan José Segovia y Liendo y su esposa Manuela Antonia del Risco y Agorreta, parecen posar en el histórico patio de la Universidad San Francisco Xavier.
Juan José Segovia y Liendo y su esposa Manuela Antonia del Risco y Agorreta, parecen posar en el histórico patio de la Universidad San Francisco Xavier. Se trata sin embargo del retrato del primer rector criollo cuya figura es destacada por la Academia de Genealogía de Charcas. Los azares del destino y su trayectoria académica, lo catapultaron como prominente abogado del siglo XVIII a quien le tocó enfrentar el desafío de levantar a una universidad que quedó en decadencia luego de la expulsión de los jesuitas. A pesar de que incluso enfrentó una injusta prisión, Segovia y su visión vanguardista dejaron un legado imborrable para el Alma Mater. Falleció en 1809, el año del Primer Grito Libertario. Sus restos descansan en la iglesia de San Francisco donde se encuentra una placa conmemorativa que destaca este capítulo importante de la historia de Chuquisaca y de su universidad.
San Francisco Xavier
En el siglo XVII, en lo que hoy es Sudamérica, solo existía la Universidad de San Marcos de Lima, fundada por los Dominicos en 1551 que quedaba lejos de Charcas, por lo que miembros de su Audiencia y de la Compañía de Jesús, plantearon al Rey de España crear una institución de enseñanza superior. Fue así que el Papa Gregorio XV, mediante Bula de 21 de julio de 1621 concede a los jesuitas la autorización para impartir educación superior, decisión ratificada por el Rey Felipe III de España en 1622.
El Provincial de los Jesuitas, Fray Juan Frías de Herrán, fue el encargado de fundar una universidad en Chuquisaca el 24 de marzo de 1624. Así nace la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, siendo la primera fundada en Bolivia y la segunda de América. Esta institución funcionó como privada donde los jesuitas eran los que nombraban a las autoridades universitarias, a los catedráticos y demás personal administrativo. Esto fue así hasta 1776 cuando el Rey Carlos III ordenó la expulsión de los jesuitas de todos los territorios españoles, lo que afectó profundamente a la universidad de Charcas que quedó sin el soporte de la compañía.
De ser una institución religiosa pasó a ser laica, inicialmente controlada por el Vice Patronato Real cuyas máximas autoridades eran el presidente y vicepresidente de la Real Audiencia de Charcas. Pero la falta de medios y experiencia obligó a que la universidad pase a ser manejada por el clero secular, encabezada por el arzobispo de turno, el doctor don Pedro Miguel de Argandoña Pastén y Salazar. En 1768 es nombrado Rector interino el Deán del Cabildo de la Catedral el doctor don Francisco de Urquiza. Le sucede el doctor Francisco Ramón Herboso y Figueroa, arcediano de la catedral, pero estos dos interinatos no frenaron la decadencia de la universidad, posteriormente fue Rector el clérigo José de Muguértegui y Torres.
En febrero de 1771 el arzobispo Argandoña reúne a 72 miembros de la universidad, con el propósito de reorganizarla. Entre los Rectores posteriores: a Gregorio de Olasso y Silva de 1762 a 1783, clérigo nacido en Bergara, Guipúzcoa, José Antonio Orencio de Escurra y Arciénega, Antonio de Otondo y Monroy, nacido en Madrid y finalmente a JUAN JOSÉ SEGOVIA Y LIENDO.
Origen y familia
Juan José Segovia y Liendo nació en Tacna alrededor de 1728. Según lo que él dice en su testamento sería hijo de Tomás de Segovia y García y de Josepha Liendo y Hurtado de Mendoza. Sus abuelos paternos José Segovia y Melchora García y los maternos, Pedro de Liendo y Juana Hurtado de Mendoza.
Su padre, que también había nacido en Tacna, se trasladó a Charcas, con su familia cuando Juan José tenía como diez años. En 1742 ingresó al colegio jesuítico de San Juan Bautista y posteriormente inició estudios de filosofía y derecho en la Universidad de San Francisco Xavier, donde obtuvo el doctorado en Teología y en los derechos Canónico y Civil. Finalmente, el 5 de enero de 1761 se recibe de abogado, convirtiéndose en uno de mucho prestigio.
Durante su vida profesional fue defensor de los pobres sin remuneración, Relator de la Real Audiencia de Charcas, Examinador Sinodal, Defensor de la junta de Temporalidades, Catedrático de Vísperas en Sagrados Cánones en la Universidad de Chuquisaca, Ex Auditor de Guerra en la fracasada expedición de expulsión de portugueses de Mojos (1765-1766), entre otros.
El 8 de febrero de 1784 contrae matrimonio en la catedral de La Plata con la chuquisaqueña Manuela Antonia del Risco y Agorreta, hija ella de Francisco Antonio de Moya y Palacios y de Juana María Josefa del Risco y Agorreta. La pareja tuvo un total de siete hijos.
Rectorado y prisión
Cuando se produjeron levantamientos indígenas en Chayanta, Oruro y La Paz (1778-1782), él estuvo al mando de los dos batallones de los abogados platenses enviados para aplacar las insurrecciones.
En 1785 el Claustro universitario lo nombra Magnífico Rector de la Universidad de San Francisco Xavier, cargo que no pudo ejercer debido a que el exrector Olasso, que pretendía ser reelecto, interpuso denuncia ante el Virrey Nicolás del Campo, acusándolo de haber propiciado los levantamientos indígenas. Por este motivo Juan José Segovia fue apresado, sus bienes y papeles incautados y llevado a Buenos Aires (1786) ante el Virrey.
Después de casi dos años de prisión y al no haberse podido demostrar su culpabilidad, fue puesto en libertad el 3 de marzo de 1788; luego le llegó la Real Cédula de rehabilitación de fecha 15 de julio de 1789, mediante la cual se instruía la devolución de sus bienes y la compensación correspondiente.
Viaja a España en 1789-1790 y a su retorno fue recibido en Charcas triunfalmente.
En 1791 reasumió las funciones de Rector, cargo al que fue reelecto por dos años más (1792-1793). Durante este periodo se ocupó de crear nuevas facultades, siendo el primero en proponer la creación de la facultad de medicina.
En 1793 el rey lo jubiló como relator de la Real Audiencia y le concedió el título de Oidor honorario de la Real Audiencia de Charcas.
Muerte y descendencia
El 26 de marzo de 1809, nuestro ilustre personaje dicta su testamento ante Mariano Pemintel, escribano de su Majestad; en este documento realiza diferentes recomendaciones para sus hijos y yernos. “(…) mando que mi Sepultura se abra junto al Altar de Nuestra Señora de Dolores, cerca del Púlpito, o en la Capilla de Totapulcra, a elección de mi Albacea y que dicha Sepultura sea bastante profunda en la que se ponga mi Cadáver.” Falleció en la Plata el 7 de abril de 1809 y según su última voluntad se encuentra enterrado en la iglesia de San Francisco.
Como homenaje, sus descendientes, el 27 de junio de 1946 colocaron una placa en esta iglesia, que al día de hoy todavía se la puede ver.
Entre sus siete hijos, Juan Antonio, nacido al parecer antes del matrimonio de los padres, con descendencia hasta nuestros días; Margarita casada con el vizcaíno Feliz Alexandro de Mendieta de Arechaga, con una extensa descendencia; Manuel Pablo se casó con la arequipeña Juana Felipa del Espíritu Santo de Rivero y Beasoain, con descendencia; Mariano fue sacerdote; María Mercedes monja profesa de Santa Teresa; Manuela casada con el salteño Francisco Ignacio de Medeiros Martínez de Iriarte con una extensa descendencia y finalmente Rosalía casada con el vizcaíno, Regidor, fiel ejecutor de la villa de Potosí, Pedro Antonio de Ascárate, sin descendencia •
* José Carlos Suárez Medeiros es presidente de la Academia de Genealogía de Charcas.