Lo hispano árabe en la cultura potosina
Los españoles eran los hijos espirituales de los árabes y los latinos lo eran, a su vez, de los españoles.
Los españoles eran los hijos espirituales de los árabes y los latinos lo eran, a su vez, de los españoles. Es así que los hispano-parlantes habían heredado como nietos la cultura y la ciencia de los musulmanes de alguna manera. Los ochocientos años árabes en España, seguidos inmediatamente de los quinientos años españoles en América Latina, sumaban trece siglos de transculturización continua.
El Renacimiento, como una de las manifestaciones culturales más extraordinarias, fue esencialmente musulmana en sus cimientos y orígenes. Cuando Europa medieval estaba sumergida en la mayor barbarie, los árabes, quienes fueron regenerados y transformados por el espíritu liberado por la religión de Mahoma, eran los traductores y lingüistas más hábiles de su tiempo. Gracias a ellos es que las escrituras de los filósofos conocidos como Sócrates, Platón y Aristóteles fueron puestos a disposición.
Por esa herencia, en Potosí se conoce apellidos como La Madrid, Guzmán, Trujillo y existen tantos nombres latinos como Laysha, Rasshiel, con equivalente árabe. La arquitectura musulmana está presente en el templo de San Benito con sus nueve cúpulas de estilo mudéjar, tipo mezquita, y la música con guitarras de origen árabe que interpretaban los villancicos navideños que provienen, en realidad, de las tonadas árabes.
Las supersticiones orientales llegaron a ser parte de la cultura latinoamericana, como “algunos antojos de las mujeres embarazadas” producirían un aborto; el prevenir que los niños jueguen con fuego, puesto que se orinarían en la cama; el mal augurio que se saca de la rotura de un espejo…
En lo referente a las ciencias, los árabes cultivaron las matemáticas, la astronomía y la medicina. En matemáticas fueron los creadores del algebra y de la numeración arábiga, como se la conoce. El más célebre de sus califas, Harum-al-Raschid, protegió extraordinariamente las letras, rodeándose de los más ilustres sabios y artistas. En su época se escribió el famoso libro “Las mil y una noches”, verdadera joya de la literatura universal, y actualmente se conoce el juego de ajedrez y los naipes hechos en láminas de plata con grabados, utilizados en las tabernas de la calle de las Siete Vueltas, hoy Calle Junín.
Aparece la imagen de “Santiago mata moros” que llega hasta América con la evangelización. Cada 25 de julio, en el periodo colonial, las campanas de las 22 iglesias echaban su vuelo saludando la aurora, día del Santo Patrón, defensor y protector de la Villa Imperial de Potosí, cuya devoción se expandió en muchos pueblos y comunidades, conocido como “Tata Santiago”. La referencia al musulmán, durante el virreinato, se puede rastrear en obras de teatro, y estuvieron presentes “los árabes y los moros, que adoptaron con entusiasmo sus mascaradas, sus perfumes, sus misteriosas literas vestidas de flores, y luego los alimentos sabrosos picantes e incitantes al vino, al perfumado pisco” ... “En tanto en todas las casas, aún en las más humildes y pobres, estaba la mesa del comedor, cuajada de frutas, sandía, melocotones, jugosas uvas , además pasteles, dulces, confites, alojas, licores y vinos...” “...En la Villa Imperial, el carnaval tiene mucho de MORISCO y ÁRABE: era la gran fiesta del mes de Moharren, el primero del año musulmán. La gente recorría las calles tirando confites, cintas picadas y grajea, tiene de romano el juego desde los balcones y los portales; tiene de castellano el juego de los toros, el día domingo con suerte de sortija y carreras, tenía, en fin, todos los juegos de harina, polvo, cascarones y agua”.
Los morismos
Sus orígenes, a partir de la población musulmán que fue convertida forzosamente al catolicismo, es de importancia investigar la presencia de elementos arquitectónicos de ese origen en algunos lugares de importante desarrollo cultural durante el virreinato. Se observa en el reconocimiento de los distintos y diversos componentes estilísticos de la tradición cultural de nuestro país, muy poco conocidos e investigados. En la historia del arte virreinal se encuentran términos como la morisca, la mozárabe y la mudéjar. Los moriscos fueron los musulmanes cristianizados tras la pragmática de los Reyes Católicos. Los musulmanes fueron asimilados por los cristianos conservando sus elementos culturales. Eran buenos agricultores, se destacaban como excelentes artesanos de metales y cerámica. Pese a todo, el legado cultural morisco de la época colonial es innegable. Si bien muchos de los productos pueden haber sido traídos para el comercio desde España, muchos otros fueron trabajados y reproducidos en la propia América. En los diferentes documentos leídos se mencionan distintas áreas de la vida social donde se observan elementos culturales que remiten a esta herencia. Los emigrantes españoles provenían de al-Ándalus o Andalucía, de donde trajeron consigo técnicas de elaboración agrícola y productos y cultivos que fueron implantados: la caña de azúcar, el algodón, entre los que habían sido incorporados por los moriscos. Otros cultivos pueden ser, por ejemplo, naranjos, alcornoques, algarrobos, la albahaca, la azucena, el nenúfar. Además se trae las tecnologías de irrigación y almacenamiento de agua como la noria, las albercas, aljibes, arcaduces y acequias.
En cuanto a la arquitectura, se puede contemplar el influjo morisco con la incorporación de celosías, azulejos y rejas, en balcones y yeserías de antiguos alarifes y en algunos techos. En los templos se puede encontrar carpintería de obreros mudéjares y este estilo en las puertas talladas. Muchos templos potosinos guardan los hermosos artesonados de estilo mudéjar y bóvedas arabescas, caso del templo la Merced, Santa Teresa, Copacabana, etc. En los museos se guarda hermosos muebles taraceados con maderas exóticas y conchas marinas. En lo que respecta a la vestimenta, se menciona el manto típico de las damas potosinas de la época colonial, que provenían de una costumbre propia de las moriscas andaluzas, no faltaron las diversas alfombras moriscas. La cocina es otro aspecto muy destacado puesto que aparecen diversos dulces, tales como alfajores, alfeñiques, empanadas de almendra, etc •
(*) Cristóbal Corso Cruz es Presidente de la Sociedad Geográfica y de historia “Potosí”