José Valentín Abecia Ayllón, un magnífico rector
En un ambiente de migrantes vascos, aficionados a la “aristocratización” habitaban Chuquisaca en su ambiente social, sustituyendo a lo “español” en los estamentos institucionales como la Universidad y cumpliendo un rol en la nueva república.
En un ambiente de migrantes vascos, aficionados a la “aristocratización” habitaban Chuquisaca en su ambiente social, sustituyendo a lo “español” en los estamentos institucionales como la Universidad y cumpliendo un rol en la nueva república. Entre ellos estaba el llegado a Buenos Aires Manuel Ramón de Abecia, abuelo de Valentín, que abrazaba la causa independentista y llegó a Chuquisaca hacia 1810.
La niñez del Dr. Abecia fue desgraciada. A temprana edad, un accidente en las piernas marcó su personalidad ecuánime y generosa unida a una formación polifacética en los ambientes de la clase media criolla más su formación universitaria con compromiso social y político. Forjó su trayectoria como otros ciudadanos ilustres. Es el caso de Agustín Iturricha, Samuel y César Oropeza, Ricardo Mujía, Julio Lafaye, Jaime Mendoza, Manuel Cuellar, Nicolás Ortiz Antelo, en una sociedad con ambiciones de corte virreinal, palestra eclesiástica y forense y ansias de progreso y modernidad “a la europea”.
El colegio Junín lo cobijó durante años llegando a ser profesor y rector. En junio de 1868, a los 22 años, recibió su título de médico de manos del entonces cancelario Ricardo Mujía. En la memoria de sus amigos Emeterio Cano y Felipe Vaca Guzmán, le apodaban “el flaco, tragador de libros de ciencias naturales y de historia, gran memorión”.
Durante su primer periodo como Rector y Cancelario y regentando el profesorado, participó en la Guerra del Pacifico como médico del Batallón Olañeta.
El Dr. Abecia, basado en la Ley de Instrucción pública de 1870 que declaraba la educación como libre y transfería a las municipalidades la competencia de la educación y las universidades, reclamó por la privatización de ese sector en todos sus niveles. Por la misma ley, las universidades tomaban para sí la tuición académica y formativa.
Siendo Rector, en su segundo periodo, y cancelario en varias oportunidades, Abecia vio con especial interés a la “famosa por mil títulos Mayor, Pontificia Universidad de San Francisco Xavier” como un faro educacional.
“Grupo independiente”
Entre dudas de una alienación plena “liberal”, en las memorias del joven Abecia destaca que, en julio de 1883, en Sucre se creó un “grupo independiente” compuesto por varios notables chuquisaqueños abocados a la búsqueda de consensos políticos. Su falta de entendimiento dio lugar a dos grupos: conservadores y liberales.
Hubo una crítica constante del conservadurismo de inspiración clerical o de seminario, desfases en el enfoque “clásico” y el “moderno” que los liberales en el poder implantaron con gran expectativa modernizadora.
La misma gestión alentó la creación de la Sociedad de Estudiantes de la Facultad de Derecho, una iniciativa organizacional de carácter autonomista entre estribillos de “¡Bien por la patria! y “¡Hurra por la inteligente juventud chuquisaqueña!”.
Un punto culminante fue que ya, en 1889, en correspondencia enviada a Antonio Quijarro en Buenos Aires, expresando sus ideas claras y precisas, quería para la Universidad darle “vida propia”, dirección docente garantizada lejos del torbellino político, con honores para esos misioneros del progreso; dejar el anacrónico ‘magister dixis’. Estas palabras deben presentar a Bolivia como la precursora ideológica de la Autonomía Universitaria.
En agosto de 1909, por nombramiento del tercer presidente liberal Eliodoro Villazón, aceptó la designación de Rector tras el ruego de una comisión de profesores y acreditados ciudadanos y preocupado por el desmantelamiento que sufría la Universidad. Prestó juramento ante el Presidente de la Corte Superior de Distrito, quien manifestaba que “con la aceptación total de los círculos intelectuales y la juventud estudiosa producía la elección del Dr. Abecia, que ya en otra ocasión dirigió con tino y espíritu progresista al elemento pensante de la Universidad”.
En este periodo corto como Rector –de octubre de 1909 a febrero de 1910–, Abecia indicaba que el ordenamiento de la currícula universitaria debería cambiar, que los “nuevos fundamentos de la sociología y la antropología así lo imponían”.
De convicción liberal
La Suprema Circular de N°.103 de 19/12/1906 del Ministerio de Instrucción Pública ordenaba el envío de informes a esa repartición estatal. En diciembre de 1909 redacto el suyo y allí revela sus fuertes convicciones liberales en cuanto al manejo de las instituciones educativas expresando que “la vitalidad de un pueblo se mide por su industria, por su arte, por su ciencia”.
Nunca es tarde para hacer justicia a los méritos de un buen ciudadano. El Dr. Abecia Ayllon se constituye en un académico a ser recordado y emulado como un Magnífico Señor Rector •
* Es docente de la UMRPSFXCh y consocio de la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre.