Retratos de Pedro Quispe

"Desde el fondo de ti, y arrodillado, un niño triste, como yo, nos mira", fueron los versos que vinieron a mi mente mientras contemplaba los ojos de los retratos dibujados por el artista yampara Pedro Quispe Gonzales, de 35 años, expuestos en Casa Alzérreca de la Casa de la Libertad

Pedro Quispe Gonzales, artista chuquisaqueño.

Pedro Quispe Gonzales, artista chuquisaqueño.

Retratos de  Pedro Quispe

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Retratos de  Pedro Quispe

Retratos de Pedro Quispe Foto: Carlos Rodríguez

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Retratos de Pedro Quispe

Retratos de  Pedro Quispe

Retratos de Pedro Quispe

Retratos de  Pedro Quispe

Retratos de Pedro Quispe

Retratos de  Pedro Quispe

Retratos de Pedro Quispe

Retratos de  Pedro Quispe

Retratos de Pedro Quispe

Retratos de  Pedro Quispe

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Retratos de Pedro Quispe

Retratos de  Pedro Quispe

Retratos de Pedro Quispe


    Mónica Calabi
    Ecos / 18/03/2024 23:24

    "Desde el fondo de ti, y arrodillado, un niño triste, como yo, nos mira", fueron los versos que vinieron a mi mente mientras contemplaba los ojos de los retratos dibujados por el artista yampara Pedro Quispe Gonzales, de 35 años, expuestos en Casa Alzérreca de la Casa de la Libertad, en la Capital de Bolivia. 

    El motivo favorito de su arte son los personajes de la nación yampara, a la que pertenece el artista chuquisaqueño. Monteras, ponchos, aqsus, aymillas, trenzas son características de sus personajes con rostros fuertes, con rostros tiernos, miradas sabias, ojos ingenuos. Son trazos que participan en un juego de luces y sombras bien planificado con cada trazo de sus lápices al carboncillo.

    Impresionan los detalles, la textura de la piel, la vellosidad y los profundos surcos de las arrugas de rostros ancianos que por momentos hacen dudar si se trata de una fotografía en blanco y negro o de un dibujo. Dos de esas obras son ahora parte de mi vida, como Farewell de Pablo Neruda. Entre tantos ojos expresivos, me conquistaron los de la niña que me mira fijamente con picardía mientras sonríe con la cabeza ladeada coronada por el gorrito de soltera o "jok´ollo"; los flecos del gorro hacen sombra sobre su frente. ¿Qué nombre te pondré? Desde la sala contigua tampoco dejaba de mirarme el niño de piel oscura en cuyos ojos me vi reflejada. Es mi niño afrodescendiente, serio y tierno a la vez, que me conquistó para siempre. 

    Los temas

    Ninguno de los cuadros de Pedro lleva título; él escoge una fotografía de entre las que ha tomado o baja de internet y, con sus finos materiales como carboncillos y papel especial, transporta esas imágenes al papel. No quiere firmar sus obras para no interrumpir con su rúbrica, su obra de arte. 

    Cuando le pregunto sobre el proceso creativo y la selección de sus temas, me dice "que es muy sencillo" y que lo hace de fotografías propias o que baja de internet: "Busco que tenga los rasgos de la gente del pueblo, que resalten, es lo que intento a través del dibujo", explicó. Le gusta mucho pintar a los ancianos porque sus rasgos físicos son más notables; sin embargo, los niños también lo cautivan por la ternura que irradian.

    El artista

    Pedro Quispe Gonzáles tiene un temperamento afable y educado. Es Técnico en Sistemas. Proviene de una comunidad pequeña de la Nación Yampara que se llama Pampa Lupiara, distante a 40 minutos de Tarabuco. Cuando le pregunto si recuerda la primera vez que tuvo entre sus manos un lápiz, dice que es muy difícil precisar cuándo, pero que fue desde muy niño. "Siempre ha sido un talento desde pequeño y en las escuelas sorprendía a los profesores porque era casi el único en hacer buenos trabajos y a partir de ahí he visto que soy bueno para esto y los maestros han estado apoyándome y dándome ánimos para seguir con el dibujo", aseguró. 

    De vuelta al pueblo

    Pedro ha vuelto a Chuquisaca hace aproximadamente dos años, luego de estar en Cochabamba donde vivió durante años recuperándose de un accidente que sufrió cuando era un niño de alrededor de 9 años. "El accidente me ha afectado demasiado y no puedo recordar mucho de mi infancia", dijo. Vive con su madre, Benita Gonzáles, de avanzada edad quien sigue trabajando todos los días en las tareas de la casa; en cambio, su hermano, Demetrio Quispe, es quien trabaja el campo y Pedro lo ayuda en lo que puede dentro de sus limitaciones físicas. Todos los habitantes de ese pueblo son agricultores de cebada y de trigo, sobre todo. También tienen animales de pastoreo. 

    En blanco y negro

    Siempre sus dibujos son en blanco y negro. La mayor parte de ellos realizados con carboncillo sobre cartulina blanca o sepia y usa algunas veces óleos. "Me gusta la técnica de blanco y negro porque es muy simple y me gusta el contraste". Su taller es una de las habitaciones de la casa de los abuelos de sus abuelos que la conservan tal cual y que es muy humilde. "Allí simplemente me pongo a dibujar", dice a tiempo de explicar que posiciona la imagen en su computadora y va interpretando los rasgos con su lápiz, sobre un papel. Lo hace siempre con luz artificial porque su habitación no tiene ventanas y afuera hay mucho sol y viento. Es autodidacta. En internet ve videos tutoriales para perfeccionar técnicas y aprender de experimentados artistas del mundo. "Quedo maravillado con los grandes artistas", dice Pedro, quien ve videos "al azar". 

    La primera vez que expuso fue hace un año, en el Centro Cultural de Samay Huasi de Julio Escobar, en Tarabuco. Varios de sus cuadros fueron comprados por extranjeros y nacionales. Estos retratos de Pedro, recuerdan a la obra del gran maestro chuquisaqueño, Enrique Valda. "Es la primera vez que doy a conocer mi arte porque al principio lo hacía solo para mí como diversión, hobby y pasatiempo", dice a ECOS.

    Los planes

    "Mis planes son seguir dibujando a un nivel más avanzado que es el hiperrealismo, como una fotografía realmente. Hace falta mucha práctica y mucha paciencia para hacer los mínimos detalles", detalló.

    Cada cuadro le lleva entre dos a tres días para ser dibujado.

    El accidente

    Para Pedro dibujar es "simple", aunque para el resto de los mortales, está claro que ese es un don que viene del cielo solo a unos cuantos escogidos. Sin embargo, no todo ha sido simple para Pedro, un niño sobreviviente al estallido de una garrafa. Casi el 90% de su piel se quemó y el proceso de recuperación fue largo y complejo. Perdió una de las extremidades inferiores que ha sido reemplazada por una prótesis, razón por la cual se apoya en una muleta. Nada impidió que su arte y su alma floreciera. Se pone triste, sin embargo, cuando cuenta que perdió a uno de sus hermanos a quien lo venció la depresión. "No me acuerdo mucho, pero según me contaron mis familiares, estaban celebrando la construcción de una casa. Mis hermanos y yo (cuatro hermanos) estábamos durmiendo en una habitación donde había una garrafa", dice al evocar ese evento lejano del que no recuerda nada, solo las secuelas en su piel y sobre el tesoro de sus manos que dibujan maravillas. Así se lo hice saber, le dije que su arte es una caricia para mi alma y es verdad. No veo la hora de tener a mis niños en casa: la niña yampara y el niño afroboliviano mirándome desde sus ojos profundos •

     

    [Instagram: @_pedro.dibujos_]

    Etiquetas:
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