Niños que leen libros en la Unidad Educativa “9 de Marzo”

[INCLUYYE VIDEO] En una unidad educativa de la ciudad de Sucre rural, ubicada a 12 kilómetros del centro, ha sucedido un hecho que marca precedente en una época donde parece que lo digital ha dejado atrás la lectura

La Fundación Awana sin Fronteras respalda volver a lo esencial, como es la lectura.

La Fundación Awana sin Fronteras respalda volver a lo esencial, como es la lectura.

Imágenes de los niños en el acto de entrega de la biblioteca en la escuelita de K'uchu Tambo.

Imágenes de los niños en el acto de entrega de la biblioteca en la escuelita de K'uchu Tambo.

Niños que leen libros en la U.E. “9 de Marzo”

Niños que leen libros en la U.E. “9 de Marzo”

Cuando los niños leen, se concentran y se sumergen en la lectura que los apasiona.

Cuando los niños leen, se concentran y se sumergen en la lectura que los apasiona.

La prof. Reyna Miriam Coronado Mejía, del nivel Primario de la U.E. 9 de Marzo, en la biblioteca recién entregada.

La prof. Reyna Miriam Coronado Mejía, del nivel Primario de la U.E. 9 de Marzo, en la biblioteca recién entregada.


    Mónica Calabi
    Ecos / 07/05/2024 09:26

    En una unidad educativa de la ciudad de Sucre rural, ubicada a 12 kilómetros del centro, ha sucedido un hecho que marca precedente en una época donde parece que lo digital ha dejado atrás la lectura de libros reales y las relaciones humanas reales. Los niños más pequeños de la Unidad Educativa “9 de Marzo” del Distrito 6, de entre apenas 4 y 9 años de edad, devuelven la esperanza mientras buscan las letras impresas en los libros infantiles de su recientemente inaugurada Biblioteca recogiendo así, con avidez, las semillas que los elevarán como un cometa hacia una vida de éxito.

    La profesora de Primaria, Reyna Mirian Coronado Mejía identifica que el problema de la educación en Bolivia es la falta de profundización en los hábitos de lectura, encontrando al mismo tiempo la solución junto a la Fundación Awana sin Fronteras para que sus niños lean y puedan convertirse en un faro de la educación en Bolivia que parece haber dejado en segundo plano la lectura. La maestra explica a ECOS la experiencia del montaje de la biblioteca en su escuela y la importancia de la lecto escritura comprensiva en los primeros años de escolaridad.

     

     

    Mónica Calabi (MC).- ¿Desde dónde vienen los alumnos de esta escuela?

    Prof. Reyna Miriam Coronado Mejía (RMCM).- Los niños viven mayormente en el campo; muchos oriundos del norte de Potosí. Sus padres vienen a dejarles con un familiar para que estudien. Hay papás que se van a trabajar fuera del país y los pequeños se quedan sin apoyo, solos. A veces vienen sin desayunar, sin asearse y nosotros tenemos que saber y entender el caso de cada uno de nuestros estudiantes.

    MC.- Se ha producido una especie de milagro en esta escuelita cuando en el mundo digital aparentemente la lectura de libros en papel es cosa del pasado. ¿Qué le ha motivado a solicitar una Biblioteca?

    RMCM. - Como maestra es muy preocupante ver que los mismos colegas (maestros) están más metidos en su celular y me atrevo a decir que, desde los maestros, no se da importancia a la lectura. Estoy muy preocupada porque a nivel nacional, en Bolivia, estamos fallando en la “lectura comprensiva” y por ese origen que he identificado, hay fallas en los estudiantes que quieren entrar a la universidad y seguir sus estudios superiores. 

    MC.- ¿Qué acciones ha tomado en su campo de influencia al respecto?

    RMCM. - Yo soy maestra de Primaria y lo primero que veo son las falencias que presentamos como maestros. Analizo qué es lo que estamos haciendo ahora y qué es lo que tenemos que hacer. A los seis años los niños aprenden a leer y de eso se trata ¡De enseñarles a leer! Y luego la “lecto-escritura” para que escriban bien y lean bien. Luego en 3° básico ya tendrán que comprender la lectura. No es leer por leer, hay que comprender lo que se lee y en eso estamos fallando, ¡Eso es lo que falla!

    MCS. - ¿Los textos de aprendizaje del Ministerio de Educación no son suficientes para crear el hábito de la lectura en los niños? 

    RMCM. - En los textos que nos entregan ahora, son lecciones cortas. Hasta se puede decir que son incompletas. Por lo menos se podía haber entregado en orden por materias porque en una plana presenta de Lenguaje, en la otra plana, otra materia. 

    MCS. - ¿Cómo le ayuda ahora la biblioteca en sus objetivos para impulsar la lectura, escritura y comprensión? 

    RMCM. - Tenemos un ambiente en que (los niños) pueden venir y hacer específicamente la lectura de cuentos, enciclopedias y libros que son de su interés. Las lecturas tienen que ser así, despertar ese interés en ellos para que se abran a ese mundo de la lectura. Desde pequeños van a partir y leer bien, a comprender la lectura. Entonces reciben libros que les tiene que gustar a ellos leer. 

    MCS. - ¿Cuál fue su referente de biblioteca escolar?

    RMCM. - Entre el 2008 y el 2009 trabajé en el Distrito de Icla donde había unas bibliotecas con unos poquitos 20 o 30 libros. Veía como los niños se interesaban en leer cuentos, hacer experimentos, leer historias. Estaban dentro de las aulas. Esta experiencia de contar con una biblioteca es muy interesante, es muy buena. Los chicos aprenden a leer y también comprender el texto. Siempre me acuerdo de eso, de que teníamos libros. Aunque no estaba la maestra ahí, los niños llegaban al aula y ya sabían cuáles les tocaban, compartían, intercambiaban, se contaban lo que habían aprendido, de lo que trataba lo que habían leído. Buscaban un libro nuevo para no repetir. Todo lo tomaban tan natural los niños y eran niños rurales.

    MCS. - ¿Hay diferencia cuando se trata de una escuela urbana?

    RMCM. -  Aunque estamos cerca de la ciudad, es muy delicado trabajar con nuestros niños, que aparte de tener problemas económicos, tienen problemas en la familia. Digo yo que estos niños son muy inteligentes porque vienen solitos, sin apoyo en la casa. Algunos de sus padres no hay estado en la escuela, mayormente solo están las mujeres con sus niños. Sin apoyo y sin seguimiento del adulto igual hacen, aprenden, llevan la tarea y responden. Se tiene también que valorar el trabajo de los maestros, porque no es dar tarea y olvidarse. Aquí nos ocupamos nosotros (los maestros). En cambio, en otras escuelas, los papás tienen más tareas, están así pegados a los hijos, preocupados buscando láminas, averiguando qué hay que hacer, cómo. Yo soy madre y en carne propia veo que es así.

    MCS. - ¿Cómo surgió la conexión con la Fundación Awana Sin Fronteras para montar la biblioteca?

    RMCM. -  Recibí a la Fundación Awana Sin Fronteras, con quien estoy muy agradecida, mientras estuve como administrativa y encargada de la escuela. Cuando nos visitaron les di importancia, les recibí y me preguntaron qué necesidades tenemos y me explicaron sus objetivos. Ahí me desperté y dije ¡Esto es importante! ¡Esto está interesante! De hartas instituciones se acercan y no llegan a concretizar. En cambio, esto era más que solo buenas intenciones y se veía que iba a ser una realidad y dije ¡Quiero una biblioteca!, porque aquí lo que me interesa es la lectura y la comprensión. Desde ese día han pasado cuatro meses. 

    MCS. - ¿En qué ambiente se montó la Biblioteca?

    RMCM. -  Antes era una cocina que estaba en desuso. Las paredes estaban todo negro… antes todo era negro, vacío y ahora tenemos libros, tenemos estos muebles, está pintado. Todo de la Fundación (Awana Sin Fronteras) me han traído. Yo decía, ¡Ay no! ¡Se va a hacer realidad! ¡Se va a hacer realidad! ¡Se va a hacer la biblioteca! (Se emociona). Mi sueño era tener un ambiente para Biblioteca y Salón Audiovisual.

    MCS.- ¿Cómo fue la inauguración de la Biblioteca?

    RMCM. -  Los colegas decían: Ya queremos ingresar, ¿Cuándo nos van a entregar? Con esa expectativa se ha hecho la entrega. Hemos invitado a la Fundación Awana sin Fronteras y se ha hecho un acto tremendo, he visto la fiesta cómo se armaba. Hemos pedido también un apoyo para preparar una danza con los colegas; >>>> >>>> más de 330 estudiantes han estado en el acto para recibir su Biblioteca. Ahora todo el mundo va a querer entrar porque están muy emocionados. Los niños preguntan, ¡Cuándo vamos a ir! ¡Cuándo vamos a ir!

    MCS. - ¿Cuándo van a poder entrar a su biblioteca los niños?

    RMCM. -  Estamos organizando. Tenemos pendiente hacer un inventario donde sumaremos algunos libros que nos han donado también de la Distrital (de educación) que no están en uso, que están guardados ahí. Entonces, nuestro sueño es trasladarlos aquí, ordenarlos. Después de eso vamos a hacer un horario. Los profesores de otros colegios que están viendo las noticias, los videos, quieren venir, incluso los que ya van a pasar a la secundaria, cuando la biblioteca está concebida para Primaria.

    MCS. - ¿Qué recomienda usted a los educadores en relación a la lectura?

    RMCM. -  Como maestros hemos jurado enseñar, mejorar la educación siempre y dar una educación de calidad. Yo voy a recomendar a mis colegas que conduzcamos a que los niños se habitúen a la lectura siempre. Lo mismo recomiendo a los padres en la casa. 

    MCS. - ¿Usted cree que se está sembrando una semilla? 

    RMCM.- Sí, en mis pequeños. Pero mi sueño no es solo aquí. Yo siempre pienso que tengo que hacer lo mejor en mi trabajo. Voy a desarrollar y fortalecer la lecto-escritura en los tres primeros años. Mi sueño es que las otras escuelas tengan bibliotecas como esta, más que todo en las áreas dispersas, rurales. Nosotros (los profesores) podemos pedir fábulas, libros de lectura (a los padres) pero no tienen suficiente economía la familia. Cuando hay un espacio para libros, los chicos interesados entran a hacer la lectura, se concentran. 

    MCS. - ¿Se está volviendo a lo esencial con este proyecto?

    RMCM. - Sí. Hay que volver a lo básico, hay que volver. Sería muy interesante crear siempre hábitos de lectura, incluso ahora que parece que nos estamos olvidando de la lectura porque en el celular todo puedes encontrar. Hay lindos libros, pero no estamos leyendo •

    La Fundación Awana sin Fronteras

    “Un niño que lee, será un adulto que piense y transforme su realidad”

    La Fundación Awana sin Fronteras monta y entrega bibliotecas con recursos propios y donaciones para beneficiar a escuelas de primaria con la convicción de que la lectura es parte integrante del proceso educativo. Su fin es apoyar el aprendizaje permanente, la exploración, la curiosidad, la creatividad y la superación en los niños; creando paralelamente espacios de reflexión y recreación para que adquieran el hábito de la lectura y al mismo tiempo vivan en la realidad conectados con el presente y el ahora, desarrollando valores de respeto, sensibilidad, convivencia y solidaridad. 

    La Fundación Awana sin Fronteras, con la empresa IdeasCorp, organizadora de la Navifest, y con el apoyo de Mobitec, Sinteplast y el Centro Cultural “La Sombrerería”, entregó el pasado martes 23 de marzo (Día Internacional del Libro), una biblioteca a la U.E “9 de Marzo”, incluido el mobiliario y una colección de más de 200 recursos entre obras literarias, enciclopedias, cuentos infantiles, fábulas, cuadernillos, material didáctico, lápices de colores, plastilinas y un proyector de DVD.  

    La escuelita de K'uchu Tambo

    El recorrido del Micro B demora más o menos 50 minutos en llegar desde la Parada en el Mercado Central hasta K'uchu Tambo del Distrito 6 por donde la ciudad se expande desordenada y anaranjada por los ladrillos vistos de las casas que así se quedan, como en suspenso, inacabadas. Allí se alza la escuelita “9 de Marzo” donde asisten estudiantes del campo, de comunidades y barrios circundantes de la llamada “zona de expansión” urbana. Tiene alrededor de 700 estudiantes divididos en dos infraestructuras. La que tiene la biblioteca tiene casi 300 niños desde Inicial, 1°, 2° hasta 3° Básico y nueve maestros.

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