Illas y Alasitas
Según el jesuita lingüista Ludovico Bertonio (1612) el vocablo Illa es entendido como “cualquier cosa que uno guarda para provisión de su casa, como chuño, maíz, plata, ropa, y aun las joyas”
Según el jesuita lingüista Ludovico Bertonio (1612) el vocablo Illa es entendido como “cualquier cosa que uno guarda para provisión de su casa, como chuño, maíz, plata, ropa, y aun las joyas &c.” aunque también se lo traduce como “piedra bezoar”. Mientras que en la 'Gramática y Arte de la lengua quechua' de Diego Holguín (1607) se encuentra los vocablos Yllacoc runa, el hombre rico y venturoso que tiene y guarda tesoro; Ylla huaci, casa rica y abundante y dichosa que tiene ylla. Por lo cual, la Illas pueden ser entendidas en un principio como amuletos u objetos sagrados que cuando son venerados son capaces de otorgar dicha y fortuna a sus poseedores.
Más adelante, Oblitas Poblete (1978) menciona que “las Illas son amuletos destinados a conservar y proteger el ganado, sirven también para llamar y conservar el dinero. Cuando las illas se refieren a la conservación del ganado se llama “Chchusla Illa”. Cuando se refieren a atraer y conservar el dinero se llama “Qena Illa”. Sobre este particular, cabe mencionar que en los Andes era muy común ver Illas con forma de animales, especialmente llamas; estos animalitos eran tallados en piedra, mullu (spondylus) u otro material, y tenían la finalidad de alejar las enfermedades y garantizar la abundancia del ganado. Algo similar sucede en las minas del Cerro Rico de Potosí donde las “illas” son trozos de buen mineral que son considerados como amuletos sagrados, capaces de germinar y multiplicar la riqueza de los minerales; son una especie de madres en cuyo vientre maduran los minerales. Los mineros usualmente decoran las Illas con mixtura y serpentina, además de ch’allarlas repetidamente el jueves de Compadres en los carnavales; es decir, que para que las Illas logren multiplicarse y materializarse en vetas de mineral es necesario venerarlas y creer en su poder divino. Bajo esta concepción las Illas se asemejarían a las semillas que requieren cuidado y alimento para crecer y dar frutos.
De Illas a Alasitas
Durante la época colonial, las órdenes religiosas presentes en los Andes, especialmente los jesuitas, desarrollaron campañas de extirpación de idolatrías con la finalidad de erradicar los cultos de los naturales y convertirlos a la religión católica. Durante las campañas de extirpación de idolatrías se llega a prohibir la tenencia de todo tipo de amuletos, ídolos y, desde luego, las Illas. Sin embargo, pese a los castigos y prohibiciones impuestos durante la colonia, el culto andino a las Illas permaneció vigente, aunque con una serie de trasformaciones, producto del sincretismo religioso y cultural. Por ejemplo, en la actualidad es algo muy común que los campesinos del área rural de Potosí atesoren algunos productos agrícolas como papas con una forma muy particular o que veneren amuletos con forma de animales tratando de atraer la buena fortuna en la producción agrícola o la crianza de animales. En el sudoeste potosino es común que se entierren illas con forma de llamas en medio de los corrales, para que el ganado camélido vaya en aumento y alejar las calamidades.
Algo similar ocurre en las Alasitas, donde las personas adquieren diversos objetos en miniatura como casas, automóviles, títulos, dinero, etc. esperando que, en un futuro no muy lejano, estos objetos y los deseos de las personas se vuelvan realidad. Para que estas miniaturas logren materializarse es necesario que el ritualista (yatiri), que en muchos casos es el propio vendedor, inciense los objetos a la par que recite una oración en la que se pide a las deidades andinas (Pachamama) y del mundo católico otorguen dicha y prosperidad a sus poseedores. Estos ritualistas decoran las miniaturas con serpentinas, mixtura y las ch’allan con alcohol, además de colocar en las manos de los dueños de las miniaturas pétalos de clavel y retama que previamente han sido frotados en las imágenes de vírgenes o santos; los pétalos son depositados sobre las miniaturas a la par que resuena una chillante campanita. Los objetos son envueltos en aguayos pequeños y entregados a sus propietarios, quienes lo resguardaran en sus hogares esperando el crecimiento de estas Illas.
Las Alasitas en Potosí
Durante cuatro fines de semana, entre los meses de mayo y junio, en la ciudad de Potosí se realiza la celebración de “Espíritu”, en la cual los mineros del Cerro Rico de Potosí realizan el sacrificio de llamas regando con su sangre las instalaciones y sepultando los restos de la llama en las bocaminas como una ofrenda a la Pachamama y al Tío. De igual manera, durante cuatro domingos consecutivos se realiza la feria de las Alasitas. El costumbrista Antonio Paredes Candía (1980) menciona que la celebración de las Alasitas en Potosí habría tenido sus inicios para conmemorar humorísticamente la caída del presidente Mariano Melgarejo, quien en 1865 tomó la ciudad de Potosí cometiendo actos vandálicos. Sobre las características de esta feria menciona que tenía lugar en la Avenida Camacho y se componía de secciones de yesería, casas, muebles, cueros, ropa, juguetería, dulces, la sección de hojalatería y la sección de suertes. Asimismo, había expendio de alimentos propios de la repostería (chambergos, sopaipillas, tawatawas, etc.) y la gastronomía típica de Potosí; donde se destaca la venta de salteñas en miniatura. Otro aspecto que cabe la pena mencionar es el empleo de pequeñas barras de plomo a manera de moneda oficial para realizar la compra de las miniaturas en esta feria de Alasitas. Años anteriores se empleaba pequeñas barras de plata que eran intercambiadas por las miniaturas.
Así, la feria de las Alasitas en los 80 daba predilección a la alfarería, marroquinería, hojalatería, y artesanía en general, además de darle un especial valor a la gastronomía y repostería potosina. Desafortunadamente, en la actualidad se advierte una gran presencia de elementos ajenos a las Alasitas como los juguetes de plástico de fabricación china, la venta de plantas, juegos de parques de diversiones, venta de alimentos ajenos a Potosí, entre otros, lo cual pone de manifiesto la necesidad de proponer acciones de rescate y salvaguardia de la feria de Alasitas que es parte del patrimonio cultural de todos los potosinos •
Bibliografía
Bertonio, Ludobico (1612 -2011). Transcripción del Vocabulario de la lengua Aymara de 1612. La Paz, Bolivia: Instituto de Lenguas y Literaturas Andinas-Amazónicas.
Holguin, G. Diego (1608 - 2007). Vocabulario de la Lengua General de todo el Perú, llamada lengua Quichua o del Inca. Lima, Perú: imprenta de Francisco del Canto.
Oblitas, P., Enrique (1978). Cultura Callawaya. La Paz- Bolivia: Ediciones Populares Camarlinghi.
Paredes Candia, A. (1980). Folklore de Potosí. La Paz – Bolivia. Ediciones ISLA.
* Marco Antonio Flores Peca es socio de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).