Mercados antiguos

Los documentos que aún se conserva en los archivos potosinos dan cuenta que, en los mejores tiempos del aprovechamiento de la plata, la Villa Imperial se convirtió en el centro comercial que muchas veces rayaba en la usura.

La antigua recova donde se observa los arcos de ingreso.

La antigua recova donde se observa los arcos de ingreso. Foto: Cristóbal Corso Cruz

Indias cebolleras en la recova, 1936.

Indias cebolleras en la recova, 1936. Foto: Cristóbal Corso Cruz

Antigua calle Constitución, hoy Bustillos, donde se ve el arco de ingreso a la recova.

Antigua calle Constitución, hoy Bustillos, donde se ve el arco de ingreso a la recova. Foto: Cristóbal Corso Cruz


    Cristóbal Corso Cruz
    Ecos / 26/06/2024 03:21

    Los documentos que aún se conserva en los archivos potosinos dan cuenta que, en los mejores tiempos del aprovechamiento de la plata, la Villa Imperial se convirtió en el centro comercial que muchas veces rayaba en la usura. Todos los productos que se ofrecía en esta Villa tenían un alto precio. En esta oportunidad se da a conocer las características que tenía la antigua recova, que fue la última construcción civil colonial en Potosí y consistía en una plaza cerrada para mercado de abastos. 

    Esta recova fue estrenada el 20 de enero de 1793, durante la gestión del gobernador intendente Francisco de Paula Sanz (1788- 1810). Fue ubicada delante del atrio del templo San Lorenzo y, cerrada por sus cuatro costados, tenía altos arcos de ingreso. Interiormente se hallaba rodeada por una arquería uniforme en el primer piso y un corredor con baranda de madera en el segundo. Posteriormente, otras construcciones fueron cambiando el diseño original y reduciendo el amplio recinto hasta que en 1959 fue totalmente derruido para construir el nuevo edificio del actual mercado y, acaso como acto inconsciente de arrepentimiento se ha mantenido en este la lápida del interior que dice:

    “Se fabricó esta Recoba a costa de los propios de esta Villa por el Comisionado para esta obra el Capitán de Ejército Dn. Mariano Vásquez Alcalde Ordinario de 1er voto. Siendo Gobernador Intendente el Sr. Francisco de Paola Sanz Intendente de Ejército y Caballero de la distinguida Orden de Carlos III. Su teniente Asesor el Sor. Dr. Dn. Pedro Vicente Cañete Oidor honorario de la Real Audiencia de Charcas. Y Procurador General el Sr. Conde de la Casa R. de la Moneda. Se dedica este público monumento al bien de esta Villa contra el Monopolio de los Dardanarios. Oi 20 de enero de 1793 Años”.

    La Villa Imperial de Potosí, en su época, fue en el continente “un abreviado mundo” que consumía desde vino y telas de Europa hasta singanis y productos nativos. Entre las plazas del Regocijo y la Cebada, comprendiendo una enorme extensión abierta, existía el llamado mercado del Kh’atu, donde se vendía las mercaderías más diversas. A ello se sumaban las “canchas” o lugares donde se expendía productos agrícolas, sin contar las 360 pulperías apostadas en varias esquinas de la Villa. La ciudad estaba abastecida con alimentos regionales de 10.000 indígenas que almacenaban sus productos en los tambos que existían en la Villa. A la recova llegaban indígenas trayendo diversidad de frutas, legumbres, hortalizas y cereales, además de quesos y carne del altiplano. No faltaba la fruta del trópico, todo dependía de la época del año cuando se avecinaba alguna fiesta. La recova perduró hasta principios del siglo XX. La República no logró cambiar de inmediato los usos y costumbres del habitante potosino; por ejemplo, el sistema de pesos y medidas, como el comercio en la época colonial, fue muy complejo, aún en esta ciudad perdura el sistema de medidas inglesas como ser la arroba, la libra, la cuartilla, el quintal, la docena, la vara, etc. Aún perdura la pregunta “¿cómo era el comercio cotidiano en la Villa Imperial en la época colonial?” Si esta Villa alcanzó su esplendor económico, social, religioso, industrial, ¿cuánto y cómo se compraba un cesto de coca, o cuánto se pagaba por un jarro de chicha y cómo se medía este líquido? ¿Cuánto costaba el pan? ¿Quiénes tenían acceso a la venta de productos como, chicha, vino, pan, sombreros, animales de carga (llamas), incluso la venta de esclavos negros?  En la recova, las indias ofrecían pan, maíz, papas y verduras. El esplendor de ayer, captado solo con el lente de cronistas que aprovechaban de una y otra manera las migajas de grandes acaudalados, constituye de por sí en una sociedad engreída cada vez más ávida de riqueza e inmersa en los hábitos de la ostentación.

    Potosí, con sus 160.000 habitantes y con el movimiento económico que le daba la explotación de la plata, durante tres centurias se constituyó desde la zona andina en el principal centro comercial de América del Sur. Potosí era el “centro importante para la prosperidad del Virreinatos de Lima y de Buenos Aires; pues sus pobladores consumían desde la yerba mate del Paraguay hasta el ganado vacuno de Córdoba y Salta, o desde la coca de Los Yungas hasta las más finas y lujosas mercaderías que llegaban de Europa. Del Cuzco llegaba el azogue de Huancavelica para los mineros del Cerro Rico.

    El cronista Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela menciona que esta opulenta Villa recibía tafetanes, sedas, medias, espadas, paños, abanicos, sombreros de castor, lencería, seda, tapicería, espejos, encajes, lienzos y paños de Holanda, acero de Alemania; papel, vidrios de Italia, bayetas y tejidos de Inglaterra; cera blanca de las costas de África; cristales, marfiles, piedras preciosas de la India; diamantes de Ceilán; loza blanca de China; alfombras de Persia, Egipto y Hungría. Los ricos potosinos compraban todo lo que ofrecían los comerciantes de ultramar. La plata daba para todo y alcanzaba para todos. A consecuencia del avance del tiempo durante la colonia, la sociedad potosina creció bastante y, en consecuencia, se abrió numerosos comercios. En las esquinas de la Villa existían pulperías, tiendas con pequeños comercios donde se vendía el vino indispensable en la dieta de los españoles, no faltaba la oferta de aceite de oliva que llegaba desde España, ya existían más de veinte panaderías que ofrecían pan de trigo y maíz. Otros productos para las minas de plata eran el tabaco de Bermejo y Tucumán y los vinos de los valles calchaquíes y de los viñedos de Cinti.

    En la Villa, durante la Colonia; ante la falta de espacios, habilitaron calles y plazuelas esquineras, los nombres de las mismas; originales por cierto, estaban influenciados por la actividad que allí se realizaba. Se tenía la Plaza de la fruta, ubicada en el sector de la Plaza Principal; “de la lechuga”, cerca de la Catedral; “de las gallinas”, actual Plaza Alonso de Ibáñez (Yáñez); “de la harina”, actual Plazuela Tumusla, cerca al templo San Juan de Dios; “del carbón”, frente al templo La Merced, llamada también plazuela “Negro Pila”, donde se vendía esclavos negros; “Muk’u kjatu”, actual Plazuela José Ballivián •

     

    * Cristóbal Corso Cruz es miembro de la Sociedad Geográfica y de Historia Potosí.

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