Preclaro maestro

Nació en la ciudad potosina el 10 de julio de 1904. Hijo de los esposos Francisco Bohórquez Delgadillo y María Ramírez, contrajo nupcias con doña Lucinda Morales Torrelio.

RICARDO BOHÓRQUEZ RAMÍREZ

RICARDO BOHÓRQUEZ RAMÍREZ Foto: Cristóbal Corso Cruz

Cabeza de viejo, cuadro de Bohórquez.

Cabeza de viejo, cuadro de Bohórquez. Foto: Cristóbal Corso Cruz

Modelado en arcilla del monumento a la madre.

Modelado en arcilla del monumento a la madre. Foto: Cristóbal Corso Cruz

Portada de la que fue casa museo de Ricardo Bohórquez.

Portada de la que fue casa museo de Ricardo Bohórquez. Foto: Cristóbal Corso Cruz

Retrato del maestro Ricardo Bohórquez.

Retrato del maestro Ricardo Bohórquez. Foto: Cristóbal Corso Cruz


    Cristóbal Corso Cruz
    Ecos / 17/07/2024 04:00

    Nació en la ciudad potosina el 10 de julio de 1904. Hijo de los esposos Francisco Bohórquez Delgadillo y María Ramírez, contrajo nupcias con doña Lucinda Morales Torrelio. Se profesionalizó en la Facultad de Derecho de la Universidad “Tomás Frías” e hizo estudios de arte con los maestros Fortunato Díaz de Oropeza y Cecilio Guzmán de Rojas, además de los profesores argentinos José Malanca, Lino Eneas y otros. 

    Sus estudios de literatura fueron con Carlos Medinaceli, autor de “La Chaskañawi”. Los cargos públicos que desempeñó fueron profesor de Estado en la asignatura de dibujo en los colegios Pichincha, Calero; fundó los colegios Franciscano, Ilade y Luis Felipe Manzano Manzano. Fue Inspector Departamental del Ciclo Secundario y Jefe del Distrito Escolar de Potosí. En 1964, fue alcalde de Potosí y, en esa calidad, apoyó a la conservación y difusión del patrimonio arquitectónico y cultural de esta ciudad.

    En el arte escultórico, dejó el monumento “A la Madre” ubicado en la calle Chichas de esta ciudad. También incursionó en el teatro, poesía, cuento y en la novela, cuyo mayor trabajo es “Ithapallu”, que mereció un premio. Escribió algunos ensayos y varios artículos de prensa.

    Fundó el Museo Universitario en 1974 y, por Resolución nro. 075/79, el Honorable Consejo Universitario designó con su nombre a dicho repositorio. El maestro Ricardo Bohórquez Ramírez también fue fundador del recordado grupo de artistas potosinos la “Asociación de pintores libres de la sierra”, alrededor del año 1929. El destacado intelectual potosino don Armando Alba Zambrana se refería, en 1932, a los componentes de esta Asociación en los siguientes términos: “Con Loayza, condiscípulo de Valdivia; muchachos rebosantes de inspiración y de arte como Fausto Aoiz, Bohórquez, Dalence, Gutiérrez Salgar, el estupendo caricaturista Oña y muchos alumnos de don Fortunato Díaz de Oropeza, dieron vida activa a la Asociación artística de pintores potosinos”.

    El frío, como fuente generadora de personalidad del potosino, fervoroso y de cálida consistencia frente a las asperezas de su propia vida: palabras un tanto similares expresaba el maestro Ricardo Bohórquez al hablar y comentar de su tan querida ciudad colonial. Quien recorra sus calles estrechas con balcones de madera tallada y sus plazas antiguas, recogerá la impresión de que el tiempo se ha detenido en Potosí, los oscuros recodos de la vieja casona, mansión en otrora de Simón I. Patiño, hoy el Museo Universitario que justamente lleva el nombre de su fundador. Es de recordar que el doctor Alberto Saavedra Nogales, mediante atento oficio del 4 de abril de 1939, llamó a los pintores potosinos agrupados en la “Sociedad de Pintores libres de la Sierra” y propuso la necesidad de fundar una institución de Arte al amparo de la casa potosina de estudios superiores. De tan importante reunión surgió la realidad anhelada, la Academia de Bellas Artes se había creado.

    Saavedra Nogales no ignoraba que en Potosí, a la par de sus montañas de riquezas, había entre sus vetas otra riqueza inexplorada que pugnaba por aflorar ante el panorama cultural de la Patria. A la vigorosa e inconmovible personalidad de Bohórquez se debe la fundación del Museo Universitario. Cuántos inconvenientes habrá soportado hasta convencer la creación del Museo, reunir tantas obras de arte, objetos museísticos, refaccionar el edificio que era ocupado por internado de universitarios y comedor a la vez. Aún queda grabada en la mente la figura del maestro frente a un antiguo escritorio de madera, reliquia del pasado. Escribía y escribía incansablemente mientras que voces agoreras de algunos de sus mismos colegas criticaban sus acciones; sin embargo; los estudiantes universitarios eran testigos de la promoción de su inquietud de haber publicado una novela cuyo título fue “Ithapallu”. Aspiraba crear un guion para una filmación cinematográfica, aspiración que por cierto no pudo cristalizar. La calidad de Bohórquez va pareja a la de escritor y a la del artista, es de mencionar que, al salir a la luz el periódico “El Siglo”, formaba parte de los redactores y escribía artículos expresivos de investigación en su columna semanal “Los olvidados”. Tantas décadas han transcurrido el nombre del maestro Ricardo Bohórquez no se ha perdido. Rn su época vivida lleno de actividad artística, debió compartir con músicos de gran talla como José Baldivieso Saavedra, José Sandi y Humberto Iporre Salinas en el conjunto inolvidable “El Cóndor”. José Sandi, el maravilloso violín potosino, fue el eje musical de sus cofrades. Ha debido compartir con el español R.P. José Díaz Gainza que se encariñó con la tierra potosina y tomó carta de ciudadano boliviano ingresado a la Academia de Bellas Artes, demostró ser el indiscutido maestro, fue director de la Institución de Arte persiguiendo todo progreso.

    El maestro Oscar Vallejo, el profeso Belisario Picolomini, Alberto Iporre Salinas, el profesor Ángel Arévalo, José Días Torrico y Santiago Velásquez fueron sus compañeros. El arte plástico ha debido compartir con Guzmán de Rojas. En el recuerdo quedan las fotografías sepias que mostraba a sus alumnos y del maestro indigenista Walter Solón Romero, Alfredo da Silva, Enrique Arnal, René Meriles, Hipólito Taboada, Luis Tapia y tantos otros artistas de seguro compartieron el proverbial color del arte. Los artistas Milguer Yapur Daza, Alfredo Loayza Ossio, René Arrueta Suárez, Rafael Quintana fueron colegas del maestro Bohórquez. La evocación al hombre, al artista, al escritor, al amigo, al gran maestro, no es de figuración que se lo adjudica sino el de la integración, el de la realidad, el profundo mensaje de la incuestionable personalidad, transmitido por el maestro con sinceridad inequívoca e ideológica esclarecida.

    En su momento, causó hondo pesar en todos los círculos de la ciudad el sensible fallecimiento del maestro Bohórquez. Su deceso se produjo el 23 de octubre en la ciudad de La Paz. Sus restos mortales fueron velados en el Museo Universitario, luego en el Colegio Pichincha, Casa nacional de Moneda y, por último, en la Alcaldía de Potosí •

     

    * Cristóbal Corso es miembro de la Sociedad Geográfica y de Historia “Potosí”.

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