Arte textil qalcheño
Los textiles pervivieron hasta el presente tiempo, fueron materia de tributo e intercambio y se los consideró como productos de alto valor, en todas las sociedades
Los textiles pervivieron hasta el presente tiempo, fueron materia de tributo e intercambio y se los consideró como productos de alto valor, en todas las sociedades. Cada cultura que vivió, o aún queda, tiene una técnica y un estilo que determina expresiones culturales propias de cada región y etnia. Es indudable que los tejidos son expresión característica de los diferentes pueblos. Se realiza un análisis muy puntualizado de la cultura Chichas, posiblemente sean primeras aproximaciones con la investigación por la escasa bibliografía existente y de acceso a la tradición oral de los que viven en los pueblos ancestrales.
Caiza y Qalcha figuran unidos, como pertenecientes a la Nación Qaraqara, aunque la jurisdicción colonial los colocó en la provincia Chichas. El distrito municipal indígena de Qalcha, con la Ley Municipal No. 020, tiene su Declaratoria Patrimonial de la Cultura Qalcheña. En esta Ley, la vestimenta, los instrumentos, la música y las fiestas se reconocen como Patrimonio Cultural material e inmaterial. A partir del año 2002 aparece la denominación de Jatun Ayllu Qalcha, este Gran Ayllu pertenece a la Nación Chichas, una nación precolombina.
El estilo Qalcha es el más representativo en su vestimenta típica en la que predomina el color negro con estrechas franjas de pallay. El elemento ornamental preferido, junto a los rombos, es el gancho. La densidad del tejido es muy alta, por lo que las piezas son sumamente finas y tupidas. Las piezas de luto, especialmente ponchos, son notables por su belleza, los Qalchas tienen otros ponchos llamados bolivianos, por su semejanza con la bandera nacional, listados con líneas multicolores y unos terceros con pallai, el cual combina con el uso del ikat.
Vestimenta de la mujer qalcheña
Llama la atención la vestimenta típica de las mujeres de Qalcha, pues tiene relación con la tradición prehispánica y también tiene una influencia colonial, puesto que no obedecieron a la moda. La corona española emitió una serie de ordenanzas que prohibían a los indígenas vestir a la usanza española y posteriormente, a consecuencia de las rebeliones indígenas del siglo XVIII, esta prohibición se revirtió, con el fin de frenar cualquier rebrote de rebelión. Esta regulación fue importante ya que, para los indígenas, la vestimenta es identidad. Es importante señalar que, hasta antes de las rebeliones, los indígenas no usaban las telas manufacturadas en los obrajes. Fue después de la orden de 1782 que comenzaron a usar bayetas en sus “moqho k’aras” (pantalones debajo de las rodillas), unkus, aymillas, phantas, etc. Las ordenanzas en principio dictaron prohibiciones y luego obligaciones de uso en la vestimenta de varones y mujeres, ya que estas también fueron partícipes de los ejércitos rebeldes.
El grupo cultural de los Qalchas está compuesto por ocho ayllus antiguos, dividido en tres cantones, Qalcha, Yawisla y Ara, situado en la Provincia Nor Chichas. Las mujeres se caracterizan por ser excelentes tejedoras en telar horizontal, por lo general usan lana de oveja y camélido para la elaboración de llijllas, ajsus y ponchos. Esta labor textil es lenta: el proceso empieza con el hilado, teñido, tejido y acabado, que puede tardar hasta tres meses. Una tejedora experta tan solo puede avanzar en el tejido hasta seis centímetros por día, al igual que el bordado con máquina de coser. Lastimosamente este arte tiende a desaparecer, por falta de nuevas aprendices y el poco interés de los jóvenes de la comunidad.
Las prendas excelentemente elaboradas se usan en los carnavales, ferias y fiestas patronales. La vestimenta de qalcha es muy popular; la utilizan, por su vistosidad excepcional; las ñustas o reinas en cualquier evento de belleza. Muchas instituciones educativas la prefieren para las entradas folklóricas. La indumentaria tiene características propias de la técnica de corte y confección, en su producción intervienen patrones de diseño y a estos elementos se suma el acceso a la materia prima antes negada a las indígenas como la bayeta, las sargas y los paños. Lo que más resalta es la “aymilla”, vestimenta amplia de bayeta de color negro, lo que le caracteriza es el tejido “pallay” de la basta. El corte de la aymilla tiene el cuello en “V”, las mangas son amplias con aberturas a los costados y la parte de la cintura tiene un aumento de tela a los costados que se moldea como si fuera una pollera y se ciñe a la cintura con un “chumpi” (faja). Las mangas sobresalen por su excelente bordado a mano aplicando motivos florales realizados con hilos blancos de “mechilla” y “lentejuelas”, que resulta un gran lujo. En los diseños del bordado predominan las tonalidades variadas de colores brillantes, con nombres como panti, yurak, qéllu, phuka, k’omer, kulli. Analizando las imágenes bordadas en las mangas, se encuentra que generalmente la figura central es un águila bicéfala, de cuyas alas y cola sobresalen arcoíris que se entremezclan con flores y estrellas. La figura del águila bicéfala es propia de la Casa de Austria de la Dinastía de los Habsburgo, que reinó España durante los siglos XVI y XVII. Este emblema en la Colonia pasó a formar parte de los emblemas de la nobleza indígena, que pedía el reconocimiento de su linaje ante la Corona, como fue el caso del cacique Guarachi.
Otro de los elementos sobresalientes de la vestimenta es el cuello tipo canesú, que por lo general son encajes blancos o sobrecuellos tejidos a crochet con hilos finos de algodón. Este elemento llega hasta los hombros y puede tener hasta cuatro capas.
Para completar el análisis de la vestimenta de Qalcha, está el uso del rebozo, que consiste en una prenda cuadrangular empleada como mantilla para cubrir la espalda. Esta prenda está elaborada en tela de “paño Castilla”, son bordados con hilo blanco de algodón, con motivos de flores y estrellas, los rebordes con flecos coloridos con rojos, fucsias y verdes. El sombrero es de color naranja, estructura rígida. De copa baja y ala ancha, es de fieltro forrado con tela gamuza y toquilla de encajes blancos con detalles coloridos que terminan en largas cintas que caen sobre la espalda, se complementa al conjunto en el uso de “walqas” o collares con cuentas de colores •
* Cristóbal Corso Cruz es miembro de la Sociedad Geográfica y de historia “Potosí”.