El padrino de Bolivia

El 6 de agosto de 1825 Bolivia nace a la vida independiente cuando el Congreso reunido en Chuquisaca funda la República Bolívar en homenaje al Libertador Simón Bolívar, y más tarde, el 3 de octubre, cambia al nombre de República de Bolivia. 

EL PRESBÍTERO MANUEL MARTÍN CRUZ, EL INSPIRADOR DEL NOMBRE DE LA REPÚBLICA

EL PRESBÍTERO MANUEL MARTÍN CRUZ, EL INSPIRADOR DEL NOMBRE DE LA REPÚBLICA

La Asamblea Deliberante y el nacimiento de la patria.

La Asamblea Deliberante y el nacimiento de la patria.

Retrato idealizado tridimensional de Manuel Martín.

Retrato idealizado tridimensional de Manuel Martín.


    Cristóbal Corso Cruz
    Ecos / 14/08/2024 03:07

    El 6 de agosto de 1825 Bolivia nace a la vida independiente cuando el Congreso reunido en Chuquisaca funda la República Bolívar en homenaje al Libertador Simón Bolívar, y más tarde, el 3 de octubre, cambia al nombre de República de Bolivia. 

    En la presidencia del Mariscal Andrés de Santa Cruz se proclama la Confederación Perú-Boliviana, entre mayo de 1837 y enero de 1939, como el primer intento de integración americana.

    Tras 16 años de lucha por la independencia de la república y la creación de un país propio, el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, expidió el Decreto del 9 de febrero de 1825 con el que convocó a una Asamblea Deliberante para definir el futuro de la nueva nación.

    El futuro

    A manera de reflexión, antes de ingresar al tema propuesto, el futuro de los bolivianos tiene que ser de libertad, paz, justicia, verdad, progreso, amor, solidaridad, servicio, etc. También de oportunidades para todos los jóvenes que día a día salen profesionales, con sueños de volar muy alto, y de ahí donde hay que dar oportunidades para poder dar soluciones a cada uno de los problemas que se presenten en la vida diaria, en la familia, en la sociedad y en el Estado boliviano; desde su trabajo, aportando día a día.

    Las futuras generaciones tienen que estar comprometidas con el estudio, la responsabilidad y la perseverancia de ser mejores cada día y esto solo será verificable cuando lo veamos en sus acciones diarias. Estas acciones tienen que ir acompañadas del ejemplo de vida de los mayores, sean estos padres de familia, educadores, políticos, gobernantes, empresarios, etc. Solo así podremos hablar de un futuro prominente de Bolivia.

    El nombre

    Es sabido que, al ser firmada el Acta de la Independencia del Alto Perú, que constituye la partida de bautismo de la Nación boliviana, dicha Asamblea aprobó el 11 de agosto de 1825 la ley por la cual daba al nuevo Estado el nombre de “República de Bolívar”, en homenaje y reconocimiento al Libertador Simón Bolívar, nominación que subsistió únicamente por dos meses, ya que a las sesiones posteriores y antes de que la Asamblea clausurara sus deliberaciones, tomó la palabra el diputado potosino Manuel Martín para pedir a sus colegas, con una exposición gramatical y buscando una derivación correcta y eufórica, que fuera sustituido el nombre de República Bolívar con el de “República de Bolivia”. Argumentó que “Si de Rómulo se derivó Roma, de Bolívar debe ser Bolivia”.

    El historiador Julio Díaz Arguedas afirma que “el Congreso se apresuró en sancionar la ley de 3 de octubre de 1825 sustituyendo el primitivo nombre del flamante Estado con el propuesto por el referido diputado. Consecuentemente el verdadero creador de la nominación “Bolivia” fue aquél prócer tan poco conocido por los bolivianos, una vez que nadie ha escrito una biografía completa y detallada, excepción hecha de los publicistas Manuel  Sanzetenea y Gróver Zárate, que publicaron en artículos de prensa aspectos aislados de la vida de  nuestro personaje”.

    Su vida

    Manuel Martín Cruz Cuiza nació en la localidad de Paco Chico, Virreinato del Río de la Plata, el 9 de noviembre de 1788. Cuando era Rector en el Colegio San Agustín, de la ciudad de Chuquisaca, falleció en el año 1855. Fue un sacerdote y diputado potosino. El pueblo de Paco Chico está ubicado dentro del municipio de Yocalla, en la provincia Tomás Frías.

    Sus padres fueron Melchor Cruz y Feliza Cuiza, pero Manuel Martín quedó huérfano a temprana edad; fue recogido y educado por un vecino y amigo de la familia. El señor Fernando Baltazar decidió mandarlo a la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca para que estudiara Teología y Derecho. En 1813 se graduó de la universidad y dos años después fue consagrado como sacerdote. Hablaba castellano, quechua y aimara. En 1825, Cruz fue elegido como diputado por la Intendencia de Potosí y participó de la Asamblea General de Diputados de las Provincias del Alto Perú.

    Manuel Martín, desde muy joven, demostró un predilecto afán por el magisterio y es por esto que consagró la mayor parte de su vida a esa faena civilizadora. La cátedra era su pasión. También desde muy joven recibió las más profundas impresiones de la guerra libertaria y en los primeros años de la época republicana; era Rector del Colegio San Agustín de Chuquisaca, donde se lo consideraba un prodigio de sabiduría.

    Según Grover Zárate, “el sacerdote Cruz no quiso o no pudo asimilarse a las exigencias de la civilización en lo que considera a la indumentaria y al aseo. Llevaba casi siempre la sotana raída y no muy limpia y su capa pluvial grasienta, al punto que alguno afirmó tal vez exageradamente, que era posible mirarse la cara en esa prenda. Su tipo de indígena quechua era inconfundible. Ojos pequeños y profundos, pero vivaces y escrutadores. Pómulos salientes, boca pequeña con el labio inferior un tanto prominente. Frente relativamente amplia a diferencia de los de su raza y cabellos poco dóciles a la acción del peine. Su aspecto exterior no era muy atrayente, pero su talento y sus virtudes hacían de él un hombre excepcional. Nada le molestaba tanto como la ostentación y creía que quienes deben difundir la doctrina de Cristo deben ser los primeros en enseñarla con el ejemplo; fue por eso propuesto para las altas situaciones de la Iglesia, pero él se conformó con ser un canónigo. Algunos de sus contemporáneos suponían que era un excéntrico, quizá un loco”. Dícese que dominaba el latín y el griego, que traducía el sanscrito y el hebreo y que hablaban algunas lenguas vivas como el francés. Cultivó las ciencias matemáticas y físicas, llegando a ser una verdadera autoridad en gramática. En el campo político fue elegido varias veces como representante del distrito de Potosí a los diversos congresos que se efectuaron  desde 1825 a 1851, habiendo sido también uno de los que suscribió el Acta de la Independencia. Su firma está también estampada en cuatro constituciones”.

    Tal fue ese humilde y gran sacerdote que dejó una profunda huella en la historia patria al intervenir durante 26 años en la vida nacional. Su nombre perdurará junto al de su ahijada, Bolivia •

    Notas del editor

    En las actas de sesiones de la Asamblea de 1825, el nombre del sacerdote de referencia aparece solo como Manuel Martín.

    En la legislación de 1825 no hay una sola norma que refiera, textualmente, el cambio del nombre de República Bolívar a República de Bolivia.

     

    * Cristóbal Corso Cruz es miembro de la Sociedad Geográfica y de historia “Potosí”.

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