Fatic, el equipo familiar a 4.150 m.s.n.m
Ser el Presidente de un equipo de fútbol, sueño casi imposible para el común de los mortales.
Ser el Presidente de un equipo de fútbol, sueño casi imposible para el común de los mortales. Pero no así para Freddy Ticona (47), uno de los hermanos de una progenie numerosa proveniente de la ciudad de El Alto y autor de esta proeza, que hizo realidad el anhelo de contar con un cuadro futbolero que aspira llegar a lo alto del fútbol boliviano y, por qué no, mundial. En nombre de su familia y por ello lo de Fatic, contracción de Familia Ticona.
Freddy es el segundo de cinco hermanos de un hogar con carencias, que se dedicaba a la agricultura y al pastoreo para la sobrevivencia en su pueblo natal, Chica Chata, un poblado vecino a la localidad de Viacha, a poco más de una hora de la ciudad de La Paz. Allí, en ese caserío altiplánico, cursó hasta el tercer grado y gracias a sus buenas notas, logró que lo calificaran para estudiar en una institución con financiamiento estadounidense denominada Plan de Padrinos, que asistía a familias de bajos recursos.
De esa manera llegó a la zona paceña de Villa Fátima, donde se encontró con una nueva realidad, muy alejada de esas mañanas campestres. “A los nueve años me vine a vivir solo a La Paz, mis padres decidieron que era lo mejor para mí”, recuerda. Recibía visitas y la manutención de sus familiares, pero se encontraba solitario en la gran ciudad, aunque con ganas de salir adelante. “Había que sobrevivir y yo me esforzaba en mis estudios; no podría decir que era un gran alumno, pero hacía lo posible para cumplir con la escuela y también con mis papás”. Sus compañeros eran sus escasos libros en casa, con los que intentaba suprimir esa soledad impasible en la enorme metrópoli.
“Lo único que quería era mejorar mi vida y ayudar a mis padres y hermanos”, explica. Cocinaba, lavaba sus ropas y a los 16 se vio obligado a abandonar los estudios por un trabajo que alivianara sus necesidades y la de los suyos. Pero retornó al pupitre y una vez recibido del colegio, cumplió con el Servicio Militar y posteriormente buscó trabajo “en lo que sea”. En el interín, su padre sufrió un grave accidente que lo postró en cama, aplazando el bienestar de su familia que obtendría ayuda de su hijo radicado en La Paz. “Ellos tenían muchas privaciones y me vi obligado a trabajar como soldador en un taller, luego como ayudante de albañil. En el cuartel había tomado varios cursos y ya sabía lo que era trabajar en una obra; entonces empecé a tomar algunos contratos para edificar casas pequeñas y de esa manera me volví contratista”, recuerda Freddy. Todo ello sin cumplir aún los 20 años.
Así, de a poco, el joven Freddy se convirtió en empresario inmobiliario casi sin darse cuenta. A fines de los años ’90, se le ocurrió comprar un terreno en una zona desolada de la potentada zona sur de La Paz, donde construyó una casa que le brindó cuantiosos réditos, como para pensar en convertirse en un verdadero empresario inmobiliario. “Me di cuenta que es un gran negocio; compras un terreno y construyes y puedes ganar hasta el triple de lo invertido”.
De esa manera inició su carrera en el rubro de la urbanización que empezó a catapultarlo como un gran capitalista pues, además de dirigir los proyectos desde sus pilares hasta la obra fina, también negociaba con la adquisición de estos bienes inmuebles. “Aquella vez me fue muy bien, compraba un terreno, construía y lo vendía. Todo se hizo muy rápido hasta edificar casas para la venta”, recuerda el empresario. Pero el éxito no concluyó ahí; como necesitaba publicidad para promocionar el comercio de sus edificaciones, Freddy se puso en la tarea de buscar algún medio de comunicación donde difundir sus spots publicitarios. “Al principio lo hice en radios, y cuando averigüé en un canal, los precios me parecieron muy altos”, añade.
Se le encendió una gran pero también delirante idea. “¿Y si yo mismo abro mi propio canal?”, se dijo a sí mismo. “Mi ciudad también necesita una canal de televisión”, concluyó. Y se metió en esa misión, nada sencilla, para un emprendedor ajeno a los medios masivos de comunicación. En principio invirtió en un canal pequeño, Víavisión (aún analógico), camino al distrito donde nació. Posteriormente, la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) instruyó que las empresas televisoras debían cambiar al sistema digital, y fue ahí donde buscó asesoramiento profesional con personas que sí sabían del rubro. Corría el 2018 y el sueño caprichoso de Freddy empezaba a tomar forma.
“Había que alquilar incluso la antena de transmisión, pero preferí fabricar una con mi empresa de construcción, para instalarla en la zona de Ciudad Satélite, después de acordar con los vecinos del lugar. Allí queda el estudio principal del canal que hemos nombrado F10”, explica Freddy consolidado ya, como un gran hombre de negocios.
El derribador a 4.150 metros
Freddy siempre fue un fan del fútbol. Hincha de The Strongest, dedicó parte de su juventud a practicarlo junto a sus hermanos Froilán y Javier, con quienes habían imaginado un equipo que llevara el nombre de la familia. Entonces, confiando en la “suerte” que lo tenía iluminado con sus emprendimientos, convocó a sus hermanos que también colaboraban con sus empresas, para dar vida al sueño del equipo de fútbol familiar.
Fue así que el 25 de marzo de 2000, nació a la vida el Club Deportivo Familia Ticona, con el objetivo de participar en torneos zonales e ingresar a la Asociación Municipal de Fútbol de El Alto, en la que arrancó en la filial Ascenso para consagrarse en la División de Honor y, posteriormente en el 2015, fusionado con el equipo Fraternidad Tigres, lograr incorporarse como Fatic a la Asociación de Fútbol de La Paz. Empezaron a describirse como “el verdadero equipo alteño”.
En aquella formación inicial jugaban todos los hermanos que habían elegido el azul y amarillo por su simpatía con el Boca Juniors argentino; Freddy era volante de creación hasta que una lesión lo llevó a dedicarse más a la dirigencia que a procurar goles, “me di el gusto de jugar con mis hermanos, pero tenía que cuidar mi físico”, recuerda con risas. Pasaron los minutos, los alargues, y el auriazul alteño fue ganando solvencia futbolera gracias al manejo empresarial tal cual se dio en los primeros años del “Freddy constructor”.
Entonces se fueron sumando al novedoso plantel nombres como el de la ex estrella de Bolívar, Daner Pachi, también ex seleccionado de la “verde”, o el renombrado Director Técnico cruceño, Juan Carlos Paz García. “El sueño nuestro es llegar a primera y a Copa Libertadores, promocionando a jugadores alteños”, dice Freddy, un anhelo que también perseguía el extinto Felipe Quispe, líder político indigenista que exigía un equipo formado por originarios, emulando quizá al Athletic de Bilbao, (España) que se presenta con jugadores nacidos o formados futbolísticamente en Euskal Herria, también conocido como Vasconia o País Vasco, repartido entre España y Francia.
“Hay buenos jugadores nacidos en El Alto a los que queremos promocionar. Los grandes equipos no les dan una oportunidad, hay un prejuicio con la gente alteña, y nosotros, que podemos, vamos a hacer lo posible por su reconocimiento”, dice Freddy, quien en el 2022 adquirió un terreno adyacente a la localidad de Ventilla, otra población del altiplano paceño, donde piensa construir la cancha del club y, por qué no, en algún momento, un estadio. “También tenemos nuestro equipo femenino y siempre invitamos a los jóvenes a que vengan a probarse en el equipo, es nuestra forma de darles otras oportunidades que tengan que ver con el deporte y una vida sana”.
Por ahora Fatic juega de local en los recintos de Villa Ingenio y el estadio Olímpico Los Andes Cosmos 79, disputando la Copa Simón Bolívar que es el eslabón que conduce a los equipos hacia la Liga del Fútbol Profesional Boliviano (LFPB). En estas instalaciones, cuando se presenta el equipo auriazul, resuena el himno en el que se nombra a todos los hermanos (Freddy, Froilán, Javier…) como los paladines de este proyecto deportivo de El Alto, una fría ciudad ubicada a 4.150 metros de altura: “Somos el equipo derribador, dale como la garra del león” •
APUNTES
El Alto fue creado en el marco de la Ley No. 628, el 6 de marzo de 1985 como cuarta sección de la provincia Murillo del departamento de La Paz, se ubica al oeste del país en la meseta altiplánica y es la ciudad más joven de Bolivia.
Este 2024 participan cocho equipos por cada departamento, esta determinación fue aprobada por el Consejo de la División Aficionados. La primera fase es regional, los de los ocho clasifican los dos mejores y los seis mejores terceros a la segunda fase.