Tour por un mundo surrealista
Es bien sabido que, aunque se viaje diez veces al Salar de Uyuni, siempre se querrá volver porque cada vez se viven nuevas experiencias y se adquieren diferentes conocimientos.
Es bien sabido que, aunque se viaje diez veces al Salar de Uyuni, siempre se querrá volver porque cada vez se viven nuevas experiencias y se adquieren diferentes conocimientos. Y sí, cada vez que viajas al Salar de Tunupa, más conocido como el Salar de Uyuni, te sientes más cerca del universo y de la tierra al mismo tiempo…
Para llegar al salar más grande del mundo se puede entrar por la ciudad de Uyuni, del departamento de Potosí, que posee un aeropuerto propio llamado “Joya Andina”. Cuando eres oriundo de la Villa Imperial es incómodo que tanto extranjero y boliviano llegue directamente a Uyuni sin pasar por la ciudad de Potosí, puesto que hay diferentes tours que solo incluyen a Uyuni, sin tomar en cuenta a la capital de Departamento donde se halla el Cero Rico y otros atractivos turísticos.
Y si hablamos de tours y del Salar, sin duda cabe mencionar a Hidalgo Tours, de Hidalgo Corporation, por su importancia en la historia del Salar de Uyuni, puesto que sin Juan Quesada Valda no hubiera existido este emprendimiento. Quesada hizo construir el primer hotel de sal, una idea que primero fue rechazada por los comunarios y luego imitada.
La idea de Quesada Valda, que era conocido como “Juanín”, surgió una noche en la que se perdió en el Salar en bicicleta y tuvo que quedarse a dormir ahí. Al día siguiente, a las 05 a.m., lo rescataron unos llameros que cargaban unos bloques de sal en los lomos de sus animales. Al verlos, Quesada imaginó que con esos bloques se hubiera armado un refugio como si fueran adobe y así nació la idea de construir un hotel con bloques de sal.
Este primer hotel levantado con bloques salinos en 1998 también tenía camas, estatuas, veladores, mesas y otros objetos hechos de sal.
Los conflictos le llovieron a Juanín y era obvio que había mucha envidia de por medio. Finalmente, se decidió que nadie podría dormir dentro del salar y se ordenó la demolición de aquel primer hotel de sal.
Segunda etapa
Actualmente existen construcciones de ese tipo, pero no dentro del salar, sino en sus orillas. Una de ellas es el Palacio de Sal, que hizo construir su hijo, Juan Gabriel Quesada.
"El señor Quesada (Valda) fallece en un accidente el 2009. O sea, él nunca llega a ver el Palacio de Sal", lamenta Andrés Gozalvez, customer experience manager de Hidalgo Corporation.
Pese a que le llegaron diferentes propuestas para comprar la empresa, su hijo Juan Gabriel las rechazó y se propuso continuar el sueño de su padre tomando las riendas de Hidalgo Corporation.
Gozalvez acompaña a los clientes de Hidalgo Tours en algunos viajes de cortesía esperándolos en el aeropuerto de la ciudad de El Alto donde inicia la travesía. Tras el aterrizaje en la “Joya Andina”, el grupo se dirigió al restaurante Tika que se encuentra el Hotel Jardines de Uyuni que tiene el piso hecho de sal.
El tour
Es necesaria la visita al Cementerio de Trenes. Es divertido subirse arriba de los vagones que en algún momento estuvieron en movimiento, sentirte como el protagonista de una película de acción y caminar sobre ellos, aunque no lo es tanto para bajar por el inevitable miedo a caer. Además, hay un interesante columpio debajo de un tren.
Danko Velarde, fotógrafo de Hidalgo Corporation, es el encargado de tomar las fotografías y grabar los videos que deseen los clientes de Hidalgo Tours, sin importar de qué tipo de tour, con cámara profesional, micrófonos y dron.
En el Cementerio de Trenes también se puede comprar ponchos, lentes, adornos, sombreros y otros.
Este recorrido incluyó el reconstruido templo de San Cristóbal, que es un excelente fondo para fotografías. Casualmente era el aniversario de San Cristóbal, así que hubo un acto cívico y un desfile. Asimismo, se realizó una feria de comida y ropa.
El mercado de San Cristóbal es una infraestructura moderna y se ve otros edificios modernos. Existe la opción de almorzar en el Hotel Nativo.
Partiendo a las 14:50 de San Cristóbal rumbo al Valle de Las Rocas se llega a las 16:00. Se contempla rocas de diferentes formas y tamaños: llama la atención una roca perforada por el centro perfecta para unas buenas fotografías y otras en forma de rostros. Antes de marcharnos tuvimos un encuentro cercano con una bella vizcacha que posó tiernamente para nosotros.
La siguiente parada puede ser en la Laguna Catal, un lugar que no solo refleja el paisaje lleno de montañas como un espejo, sino también una paz inmensa por el silencio que allí reina, apto para la meditación.
Para finalizar el día con broche de oro se va a otra belleza de la naturaleza, la laguna Vinto donde se observa a los bellos flamencos. Se los puede ver desde más lejos que en la Laguna Colorada.
Dependiendo del tipo de tour, se cena y se pasa la noche en el Hotel Mallku Cueva, un sitio muy acogedor "enclavado en la roca natural de una cueva", que también cuenta con calefacción y el diseño es más hogareño, "rústico". La cena es buffet y, por cierto, el huésped puede servirse café, té o mate en cualquier momento.
En la segunda jornada está el desayuno buffet en el Hotel Mallku Cueva, temprano, a las 06:40 porque la idea es llegar rápidamente a la Laguna Colorada, "hogar de las tres especies de flamencos del lugar", y así estás ahí a las 10:00. Es hipnotizante la hermosura de los flamencos, no puedes dejar de verlos, incluso se juntan varios y hasta da la impresión de que son unos bailarines ensayando una coreografía: esto ocurre en época de apareamiento.
A pocos kilómetros de ahí están los géiseres de Sol de Mañana, así que se puede llegar antes del mediodía. Se percibe lo que parecen unos pequeños volcanes de colores café, plomo y celeste por los que sale un fuerte vapor de agua.
La siguiente escala es Laguna Verde que tiene ese color esmeralda tan especial debido al viento en la frontera con Chile. Detrás de la Laguna Verde está el Volcán Licancabur, que forma parte de la Cordillera de Los Andes. Licancabur significa "montaña del pueblo". El paisaje es increíble.
La siguiente parada es en el grandioso Desierto Dalí que desborda la imaginación, un espacio vasto que provoca una inspiración para crear, reflexionar, divertirte o las tres cosas al mismo tiempo. Destacan las montañas y las rocas son elementos decorativos por su posición ideal. Es como si la naturaleza te regalara energía desde un lienzo gigante para jugar con lo que no existe y la combinación entre el panorama y la mente pueden dar como resultado mejores creaciones que trabajando solo con imágenes mentales en el vacío.
A las 15:00 ya estaría almorzando en la Laguna de Chalviri una muestra de la gastronomía regional. Si desea, puede ingresar a las aguas termales de Polques que son al aire libre con una vista fabulosa de las montañas y la fauna del lugar. El agua tiene una temperatura placentera; el piso es plano, con piedras suaves para que uno pueda nadar sin miedo a lastimarse con las rocas y la tierra. Mayormente cuando se trata de aguas termales, uno espera que el agua sea un tanto caliente, empero en Polques encuentra una temperatura como si la hubieran ambientado. Las fotografías no tienen por qué faltar con semejante fondo que no se encuentra ni en las mejores piscinas ni los mejores jacuzzis de hoteles de 5 estrellas.
En el Hotel Mallku Cueva se puede salir en la noche muy cerca de ahí para fotografiarnos junto a las estrellas.
En el segundo día ya se puede caminar por Villamar para admirar unas pinturas rupestres de 3000 años de antigüedad. Quienes las hicieron consideraban sagradas a esas montañas, ya que se advierte diferentes figuras: zoomorfas (mitad animal, mitad humano), femeninas y los llamados "hombres hormiga".
No muy lejos está ubicado el Fuerte Necrópolis de Tomas Lakhas; sin embargo, si no se bajan ahí, se bajarían en el Cañón de Alota, en una posición tan alta que hasta da vértigo, aunque no lo suficiente como para ignorar el panorama que solo puede brindar una belleza de la naturaleza.
En la ciudad de Uyuni aprenden cómo se procesa la sal mientras los espera la furgoneta de Hidalgo Corporation que está disponible en el Tour Epic, que es el más lujoso, y usualmente lo piden clientes de Europa, conocidos por ser más "exigentes". La furgoneta en su interior es como un jet privado con ocho asientos de masaje y bastante espacio, cuenta con entrada USB para cargar celular, espacios para la bebida y la comida, baño y unos asientos con pantalla para cambiar su temperatura y elegir la intensidad del masaje de espalda. Las furgonetas son las únicas en el país que sirven para tours.
Dentro de la preciosa nave se atraviesa el camino hacia el Salar de Uyuni. Cerca del salar se les coloca a los clientes unos cubreojos. De ese modo, cuando entran al salar tienen los ojos cerrados y continúan así hasta bajar de la furgoneta. Este modo de ingresar al salar es necesario para experimentar sensaciones que no toma en cuenta cuando solo utiliza el sentido de la vista: el sentido del tacto al pisar el Salar y el sentido del oído cuando pisas el salar. Cuando se sacan los cubre ojos, la visión es más impresionante. Recomiendo la experiencia.
El apthapi más lujoso que existe está listo, con la sazón de Restaurante Tika, y bebidas de lujo.
Además de la furgoneta les sigue una camioneta llevando un sanitario portátil, por si lo quieren utilizar.
Al acabar la comida el tour se adentra más en el salar hasta la Isla Incahuasi, se ingresa al museo y aprecia la isla con más corales del salar que en algún momento estuvo bajo el mar.
Luego el grupo se dirige a otro punto del salar para disfrutar del atardecer degustando una selección de piqueos y vinos de lujo. La hora de las fotos y videos puede ser antes, durante y luego del banquete.
Cuando se esconde bellamente el sol se puede volver al Palacio de Sal para alojarse. Ahí se cena exquisito porque no solo es cena buffet, sino porque la gastronomía es de alta calidad. También está disponible el spa donde hay piscina con vista al salar, jacuzzi, mesas, sillas... Unas señoritas atienden junto a los casilleros y te prestan toallas, de igual manera venden trajes de baño y dan servicio de masajes con reserva. Está en medio de una mesa grande una variedad de bebidas gratis.
No se puede negar que el Palacio de Sal, con 4.500 metros cuadrados y "en forma de cruz andina" es mejor que el primer hotel de sal en muchos sentidos. Hay más espacio para las tiendas y más personal.
Si el visitante pudiera cambiar algo de estos tours, no tengo la menor duda de que sería el estar más tiempo en cada belleza de la naturaleza. Te deja con sabor a poco y con ganas de volver •