La sociedad de la farra

¿Qué es lo que les ocurre?

Esta era la pregunta que me hacía sentado en mi auto, uno de mis más leales y callados amigos, mientras observaba un grupo de jóvenes borrachos saliendo bruscamente de uno de los lugares de fiesta más famosos de nuestra entrañable Sucre. Además, he de comentarles, queridos lectores, que esta es una de las preguntas que más me he hecho estos últimos años sobre los jóvenes de hoy en día.

No, no soy un viejito escribiendo en su computadora, criticando a la juventud mientras recuerda su pasado y observa cómo cada segundo se le escapa de las manos. Diciendo: “Lis jivinis ni sibin li qui hicin” (leer con voz de viejito).

Soy un joven de 23 años que decidió dejar el mundo de las fiestas y los malos amigos para luchar por sus sueños y que hoy, gracias a Dios con cierto éxito, escribe a los jóvenes para despertarlos de este sistema que les está llevando al fracaso.

Qué miserable es la vida de aquel que no sabe por qué la vive, de aquel que desperdicia su valioso tiempo en el alcohol, las drogas y todo lo malo que el dinero de papá y mamá puede comprar (obviamente sin que ellos lo sepan, y si lo saben QUÉ VERGÜENZA). Porque este papel llamado dinero, con el cual hacemos nuestra vida más fácil, también puede ser la entrada hacia una torbellino sin salida, donde los malos amigos comen tus oídos con su falsa empatía y su melancólica e inaceptable realidad, mientras ahogan las penas con el alcohol y llenan sus pulmones con nicotina.

Seré claro: si eres joven (15 - 35 años) y vas todas las semanas a fiestas, consumes alcohol en exceso y la pasas con amigos que dedican su vida a “farrear”, deja de hacerlo, eres miserable hasta para tu abuela, que no te lo dice para que no te enojes y te vayas de la casa armando berrinche. Das pena, pero el único que debe reconocerlo eres tú, porque estoy seguro de que detrás de esa triste carita de joven desperdiciando su realidad, está una persona que si se pone para algo logra lo que quiere, que puede ser alguien grande y que con valentía, disciplina y fe puede comerse el mundo.

Tendrás que eliminar amistades, dejar vicios, luchar mentalmente contra ti mismo, pero habrá valido la pena cuando corones y cumplas con todos los objetivos que quiero que te plantees después de leer este aburrido texto.

Tarea para la casa

Escribe una carta dirigida a ti como si estuvieses 10 años en el futuro. Imagina que estás en el año 2034. Quiero que coloques todo lo que está ocurriendo contigo en ese momento. Sé detallista, dime cómo te ves, cuánto ganas, dónde pasas tus vacaciones, con quién sales, cuándo visitas a tu familia, de qué color es tu auto. Sé específico y no te avergüences de nada porque recuerda que el que nada teme, todo logra; con Dios, todo se puede.

Vamos a trabajar muy duro para hacer esa carta realidad. Por eso, cuando termines de escribirla, guárdala en un lugar seguro y mes a mes vuelve a leerla. Trabaja en consecuencia para estar cada día más cerca de lo que quieres ser dentro de 10 años.

Cosas ocurren cuando riegas con suficiente agua una planta todos los días. Hoy, tú eres esa planta; deja de regarte con alcohol y malas amistades, riégate con paciencia, disciplina, trabajo, fe, amor, valentía y, así, la siguiente vez que me leas habrás crecido.

Estoy seguro de que si empiezas por esta carta, te convertirás en tu mejor versión y aprovecharás tu juventud. No quiero que me creas, quiero que lo pruebes.

Con cariño, Gabo Chavarría.

 

* Gabo Chavarría es Licenciado en Comunicación Social de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca.