La llegada del cine
En la ciudad de Potosí, la historia del cine está llena de sueños y hermosos momentos.
En la ciudad de Potosí, la historia del cine está llena de sueños y hermosos momentos. Se sabe que los inicios fueron a principios del siglo XX, con el nombre de “biógrafo”. Proyectaban la película con una máquina que funcionaba a manivela. Era todavía el cine mudo, pero la gente se llenaba para verlo. Para ello pagaban dos reales. “Tenían que llegar temprano para encontrar sillas, sino debían ver la película de pie, apoyados a la pared”.
“El Iglú” y “El Capitán Tormenta” fueron las primeras películas que se vieron en los “biógrafos” en Potosí, cuando era costumbre ofrecer funciones dobles. En todas las salas se presentaba la película y luego se recogían las sillas de tijera, para permitir a los espectadores que puedan patinar al compás de la orquesta de sala.
“Select Skating”, en la calle Sucre, frente al Palacio de Cristal, era una sala muy concurrida. Allí se ofrecían funciones dobles de cintas mudas acompañadas al piano o por efectos sonoros grabados en los gigantescos acetatos. El “Skating”, que funcionaba en el extemplo y convento de la Compañía de Jesús, mantenía la misma modalidad y también ofrecían el cine mudo en el extemplo de los Betlemitas, hoy Teatro Omiste. El Dr. Ricardo Bohórquez contaba, de la época que era estudiante del Colegio Pichincha, que ingresaban a escondidas al teatro por la ventana del techo que daba al edificio educativo y podían ver la película muda, pero detrás del écran y al revés. Las películas eran clásicos del cine mudo: Tom Mix, Buck Jones, Flash Gordon y Charles Chaplin. Con la llegada de los sacerdotes redentoristas de Bélgica a Potosí, también trajeron el cine mudo que proyectaban en la parroquia San Martín.
En 1936 llegó de Perú y se instaló en el cine Modesto Omiste el primer equipo sonorizado y con máquinas dobles, que constituyeron un adelanto para la actividad de la exhibición de películas. Con las novedades de “películas sonoras” con diálogos sincronizados, habían pasado más de cincuenta años desde que el mundo oyera en una sala oscura las melodías de cantantes de moda y conociera, mediante este invento formidable de los hermanos Lumière, otras ciudades del mundo, las selvas, los desiertos, los océanos y muchas novedades que ocurrían en el universo.
En Bolivia
En los primeros años de la época del cine, las primeras filmaciones en Bolivia se llevaron a cabo a principios del siglo XX.
En 1916, una expedición alemana a cargo del profesor Müller registró cinematográficamente su visita a Tiahuanaco. En la segunda mitad de 1929, Velasco Maidana realiza “Wara Wara”, obra cinematográfica fundamental del cine mudo boliviano, basada en un argumento del escritor Antonio Díaz Villamil. En 1933 se filmó “La guerra del Chaco”. En 1953, Jorge Ruiz rodó “Vuelve Sebastiana”, cortometraje premiado en el Festival Sodre en Montevideo (Uruguay), convirtiéndose en el primer film boliviano en obtener un galardón internacional. Las obras más conocidas son las del Grupo Ukamau, que filma “Yawar Mallku” y, en 1971, “El Coraje del Pueblo”, que obtuvo varios premios internacionales.
En 1972 se estrena “Patria Linda”, largometraje dirigido por Alfredo Estívariz y José Fellman en el que se presentan diferentes interpretaciones de conjuntos de música folclórica. Este film fue proyectado en Potosí en el Cine Ópera, con la actuación en vivo de “Los Chasquis”, artistas potosinos que intervinieron en la filmación realizada en el primer patio de la Casa Nacional de Moneda.
En 1982, Paolo Agazzi presenta su primer largometraje, “Mi socio”; en 1985 realiza el film “Los hermanos Cartagena”; en 1989, Jorge Sanjinés concluye “La nación clandestina”, séptimo largometraje galardonado en España. En 1998, Agazzi presenta su película “El día que murió el silencio” y, en el nuevo milenio, “El Atraco” y también “Sena Quina”. En 2007, Eguino presenta “Los andes no creen en Dios”, en realidad existen muchas obras de calidad que se lograron en Bolivia y falta espacio para referir a todas.
En Potosí
Volviendo a comentar sobre la época del cine en Potosí, en 1942 formaban parte de una sociedad de exhibidores “Lozada-Vivado-Guerra”, que trabajan en el Omiste y el Hispano. “El cine Hispano tiene una historia muy particular, porque permitió a la empresa imponer en Potosí el boom de las películas mexicanas”. Más tarde apareció el cine Cervantes, luego otros como el América, el IV Centenario, que contaba con los mejores proyectores de cine de Sudamérica y sonido cuadrafónico. Por último, abrió sus puertas el cine Imperial, que luego dio paso al Multicine Universal, que ofrece proyecciones de tercera dimensión. Los querendones del cine recordarán cómo era tan distinta la vida de la sociedad a la de hoy puesto que, antaño, el cine era la única distracción masiva a la que se podía asistir. En esta ciudad, los sábado, domingos o algún feriado eran los más indicados para asistir a las salas de proyección, donde se ofertaban los estrenos más importantes. Las puertas de los cines estaban atestadas con largas filas de gente. Era una verdadera hazaña comprar entradas; caso contrario, había que recurrir a los revendedores. Las siete salas de cine en Potosí al parecer eran lugares a las que las distintas clases sociales asistían donde les correspondía; por ejemplo, las más populares eran las del Omiste, América y Litoral, donde el costo de las entradas, más baratas, motivaban la asistencia mayoritaria de la gente más humilde. En cambio, las demás salas tenían más prestigio, con butacas numeradas e iluminadas, guiadas por acomodadores; constaban de luneta, mezzanine y galería. Se exhibían películas taquilleras de largometraje.
Lastimosamente, parece que todo tiene su auge y su fin. A finales del siglo XX, con la aparición de la televisión en Bolivia, el surgimiento del betamax, el VHS, los discos CD, DVD, el Blu–Ray y la televisión por cable, declinó el cine proyectado en la ciudad de Potosí. Actualmente se pueden ver películas de estreno mundial en el hogar utilizando servicios de plataformas de “streaming” específicos del internet como Netflix, Disney+, HBO Max y otros •
* Cristóbal Corso Cruz es miembro de la Sociedad Geográfica y de Historia Potosí.