“Creo que el buen periodismo salvará a los medios”
La mirada del experimentado excorresponsal de la DPA en varios países y exdirector de Página Siete sobre la actualidad de los medios de comunicación

Periodista, excorresponsal de la DPA en varios países, profesor universitario y escritor, Juan Carlos Salazar del Barrio nació en Tupiza, Potosí, en 1945. Desarrolló gran parte de su carrera en el exterior del país.
En Bolivia fue director del diario Página Siete y, antes, cofundador de la Agencia de Noticias Fides (ANF). El jueves pasado se convirtió en nuevo miembro de número de la Academia Boliviana de la Lengua. ‘Gato’ Salazar, como se lo conoce en el medio, concedió la siguiente entrevista a la revista ECOS:
ECOS. Después de una larga y exitosa carrera de cuatro décadas en el periodismo, ¿qué fue lo primero que se le vino a la mente cuando se enteró de que sería nuevo miembro de número de la Academia Boliviana de la Lengua?
Juan Carlos Salazar (JCS). Para mí fue verdadera sorpresa, una distinción que no la esperaba. Es un honor ocupar un sitial en una institución que cobijó a reconocidos intelectuales bolivianos y a maestros del periodismo, como Luis Ramiro Beltrán, Huáscar Cajías, Alberto Bailey Gutiérrez y Juan Quirós, que ya no están con nosotros, y Mariano Baptista, Pedro Shimose y Óscar Rivera Rodas, entre otros. Me siento honrado por doble partida, porque, además, se me asignó la silla (la letra “Ñ”) que ocupó durante 30 años Alfonso Prudencio Claure, el querido y entrañable Paulovich.
ECOS. A manera de autoevaluación –algo que siempre es difícil–, ¿a qué atribuye esta decisión?
JCS. Los académicos de número son designados por voto secreto y favorable de dos tercios de los académicos, a propuesta de dos miembros, en una sesión de la Junta Plenaria. En mi caso fui propuesto por la poeta y narradora María Cristina Botelho Mauri y la filóloga Tatiana Alvarado Teodorika, a quienes estoy profundamente agradecido por la confianza. No conozco el tenor de su propuesta, pero quiero pensar que está fundamentada en mi trayectoria como periodista, narrador y docente, y seguramente también en mi producción bibliográfica.
“La buena noticia es que ni las nuevas plataformas ni las redes sociales matarán a los medios, como la radio no mató a la prensa escrita ni la televisión a la radio. Tampoco lo hará internet”.
Juan Carlos Salazar
Periodista, docente universitario
ECOS. ¿Con qué trabajo de ingreso se presentará ante los demás miembros de tan prestigiosa Academia? Y si nos puede adelantar un poco de lo que incluirá en él (Esta entrevista se realizó ante de su ingreso).
JCS. Escribí un ensayo sobre periodismo y literatura. Creo que ambos oficios son “orillas del mismo río” o, como dijo el colega Jorge Suárez [N. de E.: exdirector del diario CORREO DEL SUR], oficios complementarios, dos formas de escritura, “dos formas de habitar el mundo”. El periodismo nació para contar historias. Y si el periodismo nació para contar historias, el género que adoptó desde épocas tempranas fue el de la crónica, un género que está en el origen mismo del relato literario. Por algo García Márquez dijo que periodismo y literatura son “hijos de la misma madre”, la narrativa.
La lista de periodistas que sucumbieron a la tentación literaria es larga no solo en Bolivia, sino en todo el mundo, porque, como bien dijo el escritor y periodista español Ramón Pérez de Ayala, “no hay literato que no tenga algo de periodista, ni periodista que no tenga algo de literato”. Y, por supuesto, hablo de mi propia experiencia, cómo se dio el paso del periodismo a la literatura.
ECOS. Según su visión especializada y su experiencia, ¿cómo analiza el actual momento de los medios de comunicación tradicionales en el país y en el mundo?
JCS. La revolución tecnológica de fines del siglo pasado y principios del presente, con internet como punta de lanza, no solo amplía el acceso de los ciudadanos a la información, al poner un mundo de contenidos al alcance de todos, sino que permite la difusión libre y sin límites de opiniones e informaciones. De hecho, cualquier persona con una conexión a internet puede conectarse con todo el mundo y hacer —teóricamente— “periodismo”. No necesita imprenta ni emisora alguna.
Estamos viviendo un momento de transición, que no se sabe dónde terminará o cómo se ajustará en el futuro, pero movió todos los referentes. Es cierto que no es la primera vez que esto ocurre. Ha ocurrido siempre en períodos de cambios sociales, económicos y tecnológicos significativos. Pero esta vez el choque puede ser más traumático, por la irrupción de las nuevas tecnologías y el modo en que está afectando a los medios y empresas periodísticas tradicionales. Los periódicos impresos pierden ejemplares, los digitales ganan lectores, pero las nuevas plataformas no recuperan los ingresos de las ventas y publicidad que captaban sus antecesores. Como dijo el fundador de El País de Madrid, Juan Luis Cebrián, ante la World Asssociation if Newspaper, hace ya diez años, “aunque algunos impacientes empiecen a dudarlo, la aparición de la sociedad digital constituye en gran medida un cambio de civilización” y “los periódicos son, desde muchos puntos de vista, un producto del pasado”.
No es el único problema. Según un reciente informe del Digital News Report del Instituto Reuters, dedicado a dar seguimiento a la situación global de los medios, existe una “fatiga informativa” en todo el mundo y “cierto descrédito” del periodismo. Según encuestas realizadas por el mismo Instituto a nivel mundial, los medios de comunicación están viviendo una pérdida de confianza bastante profunda. El informe atribuye ambas constataciones a la irrupción de las redes sociales y a la desinformación que circula en ellas, que han llevado a que la desconfianza aumente exponencialmente.
ECOS. ¿Hay futuro para el periodismo de medios tradicionales en Bolivia y el resto del mundo o, como algunos piensan, estamos en su fase final?
JCS. Por supuesto. La buena noticia es que ni las nuevas plataformas ni las redes sociales matarán a los medios, como la radio no mató a la prensa escrita ni la televisión a la radio. Tampoco lo hará internet. Cambian los formatos y los canales de distribución de la información para ajustarse a los tiempos, pero detrás de los nuevos medios siempre estarán los periodistas, los productores de contenidos, porque lo que define el trabajo periodístico, implícito en un medio de comunicación, no es la tecnología, sino el método sistematizado y ético de los profesionales. Las plataformas han cambiado y están cambiando, es cierto, pero no los fundamentos del periodismo.
También creo que el buen periodismo salvará a los medios, el periodismo que vuelva al origen del oficio, el que practicaban los grandes maestros, como García Márquez y Ernest Hemingway, el periodismo que devuelva al lector el placer por la lectura y satisfaga su necesidad de estar bien informado.
ECOS. ¿Este es el peor momento del periodismo en la historia?
JCS. No lo creo. El periodismo boliviano ha tenido épocas peores. Basta recordar lo ocurrido en tiempos de dictadura. Tras el golpe banzerista del 21 de agosto de 1971, la cuarta parte de los afiliados a la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia sufrió cárcel o exilio. Ya sabemos lo ocurrido durante el garcíamezismo con el asesinato de Luis Espinal y Marcelo Quiroga Santa Cruz y la destrucción de las instalaciones de varias emisoras mineras y Radio Fides. También en tiempos de democracia. En vísperas de su derrocamiento en noviembre de 1994, Paz Estenssoro impuso la censura de prensa por decreto (durante un mes). El problema radica en que al poder, no importa su signo, no le gusta que fiscalicen sus actos, que es la primera función del periodismo.
ECOS. Periodista, escritor, docente universitario… ¿Con cuál de estos tres oficios se quedaría Ud. si lo obligaran a escoger uno solo?
JCS. Soy un hombre afortunado porque viví de lo que me gusta hacer: escribir. Supongo que en eso consiste la realización personal. Recuerdo con enorme nostalgia mi época de corresponsal trotamundos, pero también estoy feliz de poder volcar en la ficción lo que no pude contar en mis crónicas debido a las estrictas reglas del periodismo que no permiten “figuraciones” como las de mis cuentos. ¿Y qué decir de la docencia? Como dijo un académico inglés: “Me gusta escribir sobre lo que sé y me gusta enseñar lo que quiero aprender”. Yo aprendí mucho con los estudiante •
“El problema radica en que al poder, no importa su signo, no le gusta que fiscalicen sus actos, que es la primera función del periodismo”.
Juan Carlos Salazar
Periodista, docente universitario
‘GATO’ SALAZAR
Juan Carlos Salazar del Barrio es periodista egresado en la primera promoción del Instituto Superior de Ciencias y Técnicas de la Opinión Pública de la Universidad Católica (UCB), antecesora de la actual carrera de Comunicación Social.
Fue corresponsal de la Agencia Alemana de Prensa (DPA) en Bolivia, Argentina, México, América Central y Cuba entre 1967 y 1998; editor internacional del diario Excélsior de México; y director del Servicio Internacional en Español de la agencia DPA, con sede en Madrid, entre 1999 y 2010.
Cubrió la guerrilla del Che Guevara en Bolivia (1967), los procesos de militarización del Cono Sur de América Latina (1970/76), la guerra civil centroamericana (1980/92) y el levantamiento zapatista de Chiapas (1994), entre otros acontecimientos políticos latinoamericanos.
Es miembro del Directorio de la ANF y docente de Periodismo de la Universidad Católica de Bolivia (UCB). Dirigió Página Siete entre 2013 y 2016.
En 2016 recibió el Premio Nacional de Periodismo que otorga anualmente la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP).
Es coautor de “La guerrilla que contamos” (2017), con José Luis Alcázar y Humberto Vacaflor, y de “Che: Una cabalgata sin fin” (2017), con Gonzalo Mendieta y Luis González. También publicó “Semejanzas” (2018), en el que retrata a 40 personajes, y “A la guerra en Taxi” (2023).
Coordinó sendos libros de historia del periodismo: “De buena fuente” (Madrid, 2010), sobre la historia del Servicio Internacional en Español de la Deutsche Presse-Agentur (dpa), y “Presencia, una escuela de ética y bueno periodismo” (La Paz, 2019), sobre el diario católico “Presencia”.
Participó en varias obras colectivas como “Prontuario”, un libro que recoge casos de la crónica roja que conmocionaron a Bolivia (Editorial 3600 y Página Siete, 2018), con Liliana Carrillo, Isabel Mercado, Cecilia Lanza, Mery Vaca y otros; “El periodismo en tiempos de dictadura” (Fundación para el Periodismo y Plural Editores, 2021), con Fernando Salazar y Harold Olmos; y “Contra viento y marea”, en el que los cuatro directores de Página Siete cuentan sus experiencias en el desaparecido periódico paceño.