Los “Corderitos blancos”
Precios por las nubes, trabajo cada vez más escaso, desamparo. Terminar la venta del día, por pequeña que sea, es una bendición que no siempre llega cuando se trabaja en la calle, menos si se trata de adultos mayores.
Precios por las nubes, trabajo cada vez más escaso, desamparo. Terminar la venta del día, por pequeña que sea, es una bendición que no siempre llega cuando se trabaja en la calle, menos si se trata de adultos mayores.
“En esta ocasión estamos con la abuelita que vende eucalipto, manzanilla…”, se escucha en el arranque del video más viral de los “Corderitos blancos” en la plataforma TikTok.
La voz pertenece a Alejandra Dennise Pari Cordero, fundadora y coordinadora en La Paz de este movimiento.
Se trata de un grupo ciudadano solidario, que ha crecido en apenas un mes hasta el punto de tener activistas en siete de las nueve ciudades capitales de Bolivia.
El nombre completo de Alejandra ayuda a explicar el nombre del movimiento que, en TikTok, tiene más de 80.000 seguidores y su video más visto, el de “la abuelita de las manzanillas” de La Paz, 2,8 millones de visualizaciones.
Alejandra es abogada de ejercicio libre y madre de dos niños de siete y 12 años. Hace un año, falleció su abuelo materno, muy querido para ella, y, para honrarlo, empezó a ayudar a vendedores callejeros, principalmente de la tercera edad. Los apellidos del abuelo: Cordero Blanco.
La primera actividad fue el 11 de septiembre, en La Paz, respaldada por un grupo de ayuda social al que Alejandra pertenece desde hace varios años, sus “corderitos fundadores”. Inspirada por experiencias similares en otros países, les planteó la idea y la apoyaron; luego, la difundió en redes sociales con el objetivo de que los voluntarios aumentaran.
“Queremos que se vuelva sinónimo de solidaridad, de amor al prójimo, de ayuda. Un grupo de personas de buen corazón, así es como nos definimos siempre, sin ningún tinte político, sin ninguna religión marcada. Solamente es un grupo de personas de buen corazón que está con el ánimo de ayudar a la gente, esa gente que día a día sale a trabajar, sobre todo nuestros abuelitos en los que nos hemos enfocado en esta primera fase”, dice Alejandra en Correo del Sur Radio.
A la fecha, hay grupos activados en siete capitales de departamento, incluidas Sucre y Potosí. Solo faltan Trinidad y Cobija, pero vaticina que no tardarán en sumarse.
¿Cómo unirse?
Para unirse, los interesados solo deben escribir a Alejandra vía Whatsapp. Ella envía enlaces a los grupos de los siete departamentos. En ellos y en redes sociales, los coordinadores departamentales informan de las actividades, generalmente semanales.
La dinámica es sencilla: identifican a una vendedora o vendedor, generalmente de la tercera edad, y convocan a los voluntarios a comprarle sus productos, todos el mismo día y a la misma hora. Así, se forma una fila larga frente a un pequeño puesto, donde además varios dejan algo más de dinero u otros regalos.
Por las sencillas mercancías de abuelitas y abuelitos, bastan unas monedas para ayudar. Las monedas suman.
“Sabemos que no les vamos a cambiar la vida, pero por lo menos por un diita se van a poder ir a descansar temprano a sus casas (…) Es como un premio por ese trabajo que realizan”, remarca Alejandra.
“Papa se va a acabar. Parece que ya no va a alcanzar, parece”, dice, en otro video, “la abuelita de las papas fritas”, también en Sucre.
Vendedoras y vendedores, generalmente invisibles en su día a día, reaccionan con alegría ante la irrupción de compradores; hay quienes ríen, otros lloran.
Sin requisitos
No hay un registro previo, menos cuotas. Tampoco montos mínimos para sumarse a las actividades y los voluntarios pueden participar en las que puedan o deseen. Nadie reúne dinero. Las filas se forman a la vista de todos y frente al beneficiario, siempre sorprendido por los “corderitos blancos” que, en algunos casos, llegan portando globos o algún distintivo de ese color.
Las actividades son semanales, en lo posible. Ello puede variar porque todos los coordinadores son voluntarios y toman tiempo de sus actividades habituales.
Los “corderitos blancos” son de todas las edades, entre ellos muchos niños y adultos mayores. Todos forman una fila solidaria que, generalmente, está conformada por más de 80 personas; Sucre tuvo el récord de la cola más larga en una actividad con alrededor de 300 personas.
El movimiento ha cumplido un mes. ¿Perdurará? “‘Corderitos blancos’ está para largo”, responde Alejandra y adelanta que ya comenzarán a planear actividades para Navidad.
Como cierra cada video en TikTok: “Continuará…” •