Paquita y las ratas
Paquita la del Barrio dejó grabada una de sus múltiples huellas en la prensa potosina y lo hizo nada menos que en Sucre.
Paquita la del Barrio dejó grabada una de sus múltiples huellas en la prensa potosina y lo hizo nada menos que en Sucre.
No. No llegó a la capital, pero su voz, y su canción más icónica, se hicieron presentes en una noche de camaradería entre periodistas sucrenses y sus colegas del interior del país, que habían llegado a participar en un congreso ordinario de la confederación de la prensa, en los tiempos en los que ningún gobierno la había dividido.
Una colega, debutante en esas lides —y cuyo nombre no voy a revelar, porque actualmente es una figura pública—, tomó el micrófono para dedicarle la siguiente canción que iba a sonar a través del equipo de sonido a un miembro de su delegación; es decir, la de Potosí (ese nombre también será guardado por el mismo motivo). “Estoy muy emocionada, porque es la primera vez que participo en un congreso de la prensa —confesó—. Creo que las nuevas generaciones estamos tomando la posta y, por eso, le voy a dedicar la siguiente canción a mi compañero fulano de tal, que también es parte de las nuevas generaciones”.
La colega tomó asiento y esperó a que la canción sonara…
“Rata inmunda / animal rastrero / escoria de la vida / adefesio mal hecho…”.
Las carcajadas no lograron tapar la voz de Paquita y, desde entonces, la anécdota fue contada tantas veces que, un buen día, nos cansamos de ella y no la mencionamos más… hasta el lunes 17 de febrero pasado, cuando la célebre cantante partió rumbo a la gloria.
La del barrio
“Rata de dos patas” es la canción más conocida de la mujer que nació como Francisca Viveros Barradas en Alto Lucero, Veracruz, México, y se convirtió en un símbolo de la lucha contra el machismo, por la dureza de las letras de muchas de sus canciones, especialmente “Rata de dos patas”.
Paquita es el denominativo de uno de los hipocorísticos de las Franciscas y Franciscos, a los que nosotros llamamos “Panchas” y “Panchos”, pero en otras latitudes los llaman “Pacas” y “Pacos”. Como “Paca” no es muy melodioso, a las Franciscas se les dice Paquita.
Pero, según la bioserie que produjo Sony Pictures Television, el primer apelativo de esta Francisca fue Chica, porque así la llamaban en su nutrida casa familiar y en la escuela donde, para variar, la acosaban por su sobrepeso.
Chica dejó la escuela para trabajar en el Registro Civil de Alto Lucero y ahí fue donde conoció al entonces tesorero de la Presidencia Municipal, Miguel Gerardo Martínez, de quien se enamoró, pese a que ella tenía 15 años y el hombre 33. El romance no fue aceptado por su familia, así que la muchacha se fue a vivir en la casa que Gerardo le puso. Convivieron siete años, pese a que el hombre viajaba constantemente y se perdía varios días, y, como resultado de esa unión, tuvo dos hijos.
El mundo se le vino encima por primera vez cuando una mujer se apareció en su casa para reclamarle ya que, según decía, ella era la esposa de Gerardo, con quien también tenía hijos. Esta dura revelación precipitó el rompimiento y la animó a marcharse a la capital, junto a su hermana Viola, a probar suerte como cantantes. Como eso representaba dejar su vida atrás, Francisca decidió dejar de usar el apelativo de Chica para adoptar el de Paquita. Posteriormente se agregó “la del Barrio” debido a que ella vivió y debutó en la Colonia Guerrero de Ciudad de México.
Segunda desilusión
En sus primeros años, en la referida colonia, Paquita vivió con su hermana Viola, con la que conformó el dúo “Las Golondrinas”. Se presentaban en un lugar denominado “La Fogata Norteña” donde Francisca conoció a Alfonso Martínez, con quien inició su más larga relación, puesto que esta se extendió hasta la muerte de este, en 2001.
En la serie, la aparición de Alfonso se pinta diferente: se lo muestra como el gerente de un hotel al que Gerardo, aparecido de pronto en Ciudad de México, se lleva a Paquita para forzarla. Alfonso irrumpe en la pieza y golpea al atacante. A partir de entonces, empieza a frecuentarla en “la Fogata Norteña” y, cuando Francisca decide abrir su propio local, él renuncia a su empleo para invertir en la iniciativa de su amada.
Con Alfonso tuvo otros dos hijos, gemelos, en 1977, pero estos fallecieron a los tres días de nacer. Pero ese no fue el mayor golpe en su segunda relación sino el enterarse que Alfonso tenía una amante, con la que se veía desde hacía bastante tiempo. La revelación degeneró en la ruptura de la relación, aunque, en parte porque habían adoptado a una hija, él siguió viviendo en la casa de ella.
Las ratas
En la bioserie, Paquita tiene un amor de toda la vida, Camilo, de quien se enamora cuando todavía era una niña, en la escuela de Alto Lucero. En la producción televisiva, este personaje tiene un papel principal y, de una o de otra manera, aparece ligado a Paquita hasta que, finalmente, logra unirse a ella después de muchos años, luego del fallecimiento de Alfonso. Empero, Camilo parece ser una de las licencias que se tomaron los guionistas de la serie porque no aparece en ninguna de las referencias biográficas de Paquita. “Fue algo parecido a lo que viví, pero no todo por el todo. Faltaron muchas cosas, otras las inventaron porque así es en la televisión, pero al final salió bonita", declaró la cantante en una entrevista con Colprensa.
¿Cuánto es real y cuánto es inventado en la vida de Paquita la del Barrio?
La gran incógnita es cuál fue la motivación para su canción más conocida, “Rata de dos patas”. En la serie, la referencia es explícita: la “rata” es Gerardo porque, cuando Paquita conoce al compositor Manuel Eduardo Toscano, tenía fresca la desilusión con el padre de sus hijos y es ella quien lo impulsa a escribir la canción.
En la televisión, la canción está lista para estrenarse en la inauguración de “Casa Paquita”, cuando vuelve a aparecer Gerardo, con un ramo de flores, y se sienta en una de las mesas. La cantante, entonces, le dedica la canción y le dice que fue escrita por y para él. El aludido agradece con un gesto de cabeza, pero todo cambia cuando se escuchan las primeras líneas:
“Rata inmunda / animal rastrero / escoria de la vida / adefesio mal hecho…”.
Gerardo tira las flores a la mesa y se marcha y Alfonso, entre bambalinas, festeja la derrota definitiva de su rival.
Pero hay versiones que señalan que la “rata” sería Alfonso y la canción se habría estrenado luego de que Paquita se enteró de su infidelidad.
La rata
La versión oficial sobre “Rata de dos patas” la contó su compositor, Manuel Eduardo Toscano, en una entrevista para el sitio “El Arte de la Canción”.
“Había sido presidente de la República un señor que era peloncito, con las orejas grandotas, pero no podíamos, ni hasta el día de hoy, faltarles el respeto a esos personajes. (La canción) No fue escrita para echarle (insultos) a otro hombre. Fue pensando en este presidente de la República", dijo.
La descripción de “peloncito, con las orejas grandotas” encaja en el ex presidente de México Carlos Salinas de Gortari y, desde la referida entrevista, se toma por cierto que este habría inspirado la canción, debido a la controversia que provocó la actuación de este en el uso de la “partida secreta” del dinero de la Presidencia.
Pero, al escuchar la letra, es difícil acomodarla a la actuación de algún presidente, así este haya sido el más corrupto “porque un bicho rastrero / aun siendo el más maldito / comparado contigo / se queda muy chiquito”.
Por ello, cuando se estrenó la serie, muchos prefirieron aceptar la versión de que “Rata de dos patas” fue realmente inspirada por Miguel Gerardo Martínez, el funcionario público mexicano que primero apareció como un hombre encantador, pero luego reveló su verdadera naturaleza. Así es como vimos a Gerardo en la televisión y, aunque los bolivianos lo reconocimos desde el inicio, y lo quisimos, luego aprendimos a odiarlo, como a una “Rata de dos patas”. Ese fue el efecto que causó el actor que interpretó al personaje, el boliviano Milton Cortez) •