La Batalla de las Cañadas del 14 de marzo de 1814
De la hazaña criolla enterrada en el olvido a la verdad para el orgullo patriota azurdueño
El 14 de marzo se recordó la histórica “Batalla de las Cañadas” (Cañón de las Siete Vueltas en Las Cañadas, localidad de Azurduy, en Chuquisaca), librada esa misma fecha pero de 1814 entre el bando realista del general Joseph Benito López de Quiroga y las fuerzas patriotas de Ascencio Padilla y Juana Azurdui Llanos, apoyados por sus lugartenientes Antonio y José Manuel López, Jacinto y Manuel Cueto, Juan Huallparimachi, José Ignacio Zárate, Esteban Fernández, Agustín Ravelo y el teniente coronel argentino José Antonio Asebey (último comandante en Santiago de Pomabamba de la frontera), entre tantos héroes anónimos que dieron su vida aquella vez.
¿Una batalla más de la historia de nuestra patria? ¡No, señores! Esta batalla fue olvidada y minimizada, discriminada a propósito por historiadores citadinos que menospreciaban a los llamados “indios” de la época, conformados por criollos, mestizos y valerosos campesinos quechuas y guaraníes que allí combatieron.
La Republiqueta de Santiago de Pomabamba La Grande de la Frontera, hoy Azurduy, (mal llamada Republiqueta de La Laguna), se liberó definitivamente ese histórico 14 de marzo del yugo español. Santiago de Pomabamba de la frontera (hoy Azurduy) se liberó once años antes de nacer Bolivia a la independencia republicana; este territorio, desde entonces, fue la ruta de escape y zona de refugio de los derrotados ejércitos auxiliares argentinos y patriotas de otras partes del Alto Perú.
Joaquín Gantier Valda, principal biógrafo de Juana Azurdui Llanos (aunque él se refería a Juana Azurduy Bermúdez), en su libro “Doña Juana Azurduy de Padilla” cita: “Por fin llegó la noticia por boca de los nuevos guerrilleros Antonio y José Manuel López, oriundos de aquellas regiones, baqueanos en rodeos y marcadas, quienes dijeron que las tropas del comandante español, el linajudo don Benito López, se encaminaban por el río de Tarvita. Don Manuel Ascencio, apostando algunos vigías en las abras y alturas al mando de los López y otros patriotas del lugar, los fue siguiendo desde el río hasta el camino a Pomabamba (hoy Azurduy) y, en lugar de sorprender don Benito, fue este atacado de improviso el 14 de marzo de 1814. Anticipándose, pues, al confiado realista, cayó sobre su bien pertrechado batallón que reaccionó hábilmente entrando por el centro que comandaba el caudillo, este retrocedió y huyeron sus infantes, pero del flanco derecho, con maniobra envolvente acudió doña Juana en medio de su escuadrón de caballería; del izquierdo hizo otro tanto Zárate, obligando a don Benito López a huir por una senda que conducía a Tarvita. Después de dos horas y media de combate habían triunfado debido al valor de la sin par amazona doña Juana. Los “Húsares, ya tenían un galardón y orgullosa, su comandante enseñaba un rasguño de sable cobrado en la pelea…” (Gantier, 2000, pp. 83-84).
Varios historiadores se refieren a este acontecimiento como la Batalla de Tarvita, desconociendo la geografía del lugar y de estos acontecimientos celebrados durante la lucha por la independencia. Otros han tratado de tergiversar las fechas cambiando al 4 o al 17 de marzo este acontecimiento5, otros falso o historiadores aficionados han tratado de cambiar el acontecimiento por una escaramuza, donde Juana rescata a su esposa que estaba prisionero en la plaza de Pomabamba. Tarvita es una población cercana, ubicada a diez kilómetros del lugar de esta batalla; la historia oficial nos ubica que Benito López, después de haber sido derrotado en las Cañadas ese 14 de marzo, huye a refugiarse en la iglesia y la casa del cura en esa localidad, donde finalmente después de un combate se rinde asfixiado por el humo de ají introducido por el techo por Ascencio Padilla el 15 de marzo de 1814.
El municipio de Villa Azurduy tiene como fecha cívica principal el 14 de marzo; sin embargo, equivocadamente cada año se hace honor y mención a una escaramuza de Juana Azurduy para rescatar a su esposo Ascencio, preso y torturado en la plaza principal de Pomabamba, citado en algunos libros de historia sin fuentes ni fechas del acontecimiento.
Honor y gloria también a los comandantes de Tarvita y Pomabamba: Ambrosio Santos, Melchor Gonzales, Juan Gualberto Pérez, Romualdo Robles, Diego López (sargento), Manuel Esteban Gonzales, Vicente Robles, Esteban Meléndrez y Jorge Michel, a los cuales rendimos nuestro más profundo homenaje en esta fecha cívica donde ellos tomaron parte.
Salud, hermanos de la provincia Azurduy de Chuquisaca, en Bolivia, orgullosos ciudadanos de este jirón patrio injustamente olvidado por la historia •
* Juan Carlos López A. es experto en Escritura Creativa (Univ. Valencia, España) y MSc Escritura Creativa (Universidad Internacional de La Rioja, UNIR). Catedrático de la Universidad Autónoma Gabriel Rene Moreno (Santa Cruz, Bolivia).