Tradiciones y sabores de la Semana Santa en Potosí
En Potosí, la Semana Santa constituye una de las manifestaciones culturales y religiosas más representativas de Bolivia, donde lo sagrado y lo popular se fusionan en un mosaico de tradiciones que han perdurado desde la época colonial hasta nuestros días.
En Potosí, la Semana Santa constituye una de las manifestaciones culturales y religiosas más representativas de Bolivia, donde lo sagrado y lo popular se fusionan en un mosaico de tradiciones que han perdurado desde la época colonial hasta nuestros días. Esta celebración no solo rememora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, sino que también refleja la riqueza simbólica de la identidad potosina, profundamente marcada por la fe católica y las expresiones culturales locales.
Entre los diversos actos que conforman esta conmemoración destacan dos elementos esenciales: la imponente Procesión del Santo Sepulcro y la costumbre de compartir los doce platos. Este artículo se propone analizar ambos componentes como expresiones de un patrimonio cultural vivo, resaltando sus raíces históricas, su vigencia actual y su potencial como recursos turísticos y educativos.
Viernes Santo en Potosí
En la Villa Imperial, el Viernes Santo es una jornada profundamente solemne y significativa para la población. Aunque todas las parroquias conmemoran la pasión y muerte de Jesucristo, es en el Templo de San Martín de Tours donde se concentra la expresión más representativa de esta fecha. Allí se lleva a cabo el tradicional rezo de las “tres horas de agonía”, una meditación intensa sobre los últimos momentos de Jesús en la cruz.
Terminada esta liturgia, se inicia la emblemática Santa Procesión, que congrega a miles de feligreses. A esta manifestación de fe se suman las principales autoridades municipales y departamentales, efectivos de la Policía Boliviana y del Ejército, estudiantes de diversos colegios, así como la ciudadanía en general.
Durante la procesión, las cofradías tienen el encargo solemne de portar en andas las veneradas imágenes de San Juan Evangelista, la Virgen Dolorosa y el Santo Sepulcro.
El recorrido se inicia con la celebración eucarística en el templo de San Martín, y sigue por las calles Hoyos, La Paz, Bolívar y Oruro, hasta llegar al templo de Santo Domingo. Ya en horas de la noche, la marcha continúa por las calles Cobija, Plaza 10 de Noviembre, Tarija y San Francisco, extendiéndose luego por las calles Nogales, Millares, Linares y la Plaza Abaroa.
Finalmente, tanto las imágenes como los devotos retornan al Templo de San Martín, donde se concluye esta conmovedora ceremonia, que año tras año refuerza la identidad espiritual y cultural del pueblo potosino.
Es patrimonio potosino
El 25 de marzo de 2010, mediante la Ordenanza Municipal Nº 014/2010, el Gobierno Autónomo Municipal de Potosí declaró a la Procesión del Santo Sepulcro, celebrada cada Viernes Santo, como Patrimonio Espiritual e Intangible de la ciudad.
Esta normativa reconoce el profundo significado religioso, histórico y cultural de esta tradición que, año tras año, convoca a miles de fieles y constituye una expresión viva de la fe católica potosina. La ordenanza destaca que, al igual que en el resto del mundo católico, la Villa Imperial vive la Semana Santa como un tiempo de recogimiento, reflexión y respeto, en memoria del sacrificio de Jesucristo, muerto en la cruz hace más de dos mil años para redimir a la humanidad.
En uno de sus párrafos más significativos, la ordenanza señala que esta tradición se remonta a los primeros años de la evangelización en la región. En Potosí, la celebración de la Semana Santa comenzó en 1547, año en que se fundó el convento y templo de San Antonio de Padua —actual San Francisco—, marcando un hito en la historia espiritual del lugar. Fue allí donde los primeros misioneros franciscanos, junto a un grupo de españoles y pobladores originarios, erigieron la primera capilla cristiana a los pies del Cerro Rico.
Este acto fundacional dio origen a las celebraciones religiosas que, con el tiempo, se consolidaron en la procesión del Santo Sepulcro, considerada hoy una de las manifestaciones de fe más emblemáticas del patrimonio cultural potosino.
La tradición de los doce platos
Según una investigación realizada con base en entrevistas a distintos referentes como el presidente de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP), Daniel Bernardo Oropeza Alba, el chef Jaime Mauricio Flores Choque y la gastrónoma Cristina Callapino, se ha evidenciado que no existe un consenso unificado respecto a cuáles son, específicamente, los doce platos típicos de Semana Santa en la ciudad de Potosí.
Esta diversidad de opiniones refleja la riqueza y dinamismo de una tradición que, aunque profundamente arraigada, varía según las prácticas familiares y barriales. No obstante, se ha logrado identificar una lista referencial que representa con frecuencia esta costumbre:
En primer lugar, destacan las sopas tradicionales, entre ellas: la sopa o chupé de viernes, elaborada con arroz, huevo, papa cortada en tiras y leche; y el caldo de camarones o camaroncillos, de consistencia blanca y acompañado con chuño y cebolla, similar al tradicional caldo de cordero.
Entre los segundos o ajíes más representativos se encuentran el locro potosino (a base de zapallo y queso), el ají de arvejas, de lisa, de sardina, de huevo (con ahogado de cebolla, tomate, arvejas y papa), la tomatada o ají de bacalao, el pescado al horno o a la parrilla y el pastel de quinua.
Finalmente, los postres incluyen las clásicas humintas al horno o a la olla y el arroz con leche.
La gastronomía de Semana Santa en Potosí constituye un patrimonio cultural vivo en el que se entrelazan historia, religión e identidad. Más allá de lo culinario, estos platos representan símbolos de la cosmovisión andino-católica, y su puesta en valor abre la posibilidad de fortalecer propuestas de turismo religioso y gastronómico en la región •
* Elvis Fuertes es socio de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).