Papas y fantasías

Desde una papisa que dio a luz en una procesión hasta las supuestas profecías vinculadas a la muerte de Francisco I, las versiones fantasiosas sobre los papas y el Vaticano acompañan a la historia de esa dignidad y son reflotadas cada vez que fallece uno, como acaba de ocurrir.

LA MUERTE DE FRANCISCO TRAJO A COLACIÓN MUCHAS  DE LAS TEORÍAS SOBRE EL PAPADO

LA MUERTE DE FRANCISCO TRAJO A COLACIÓN MUCHAS DE LAS TEORÍAS SOBRE EL PAPADO Foto: Juan José Toro Montoya

El cardenal Peter Turkson es uno de los candidatos a suceder al Papa Francisco.

El cardenal Peter Turkson es uno de los candidatos a suceder al Papa Francisco. Foto: Juan José Toro Montoya

Imagen de la supuesta papisa Juana.

Imagen de la supuesta papisa Juana. Foto: Juan José Toro Montoya


    Juan José Toro Montoya
    Ecos / 06/05/2025 03:12

    Desde una papisa que dio a luz en una procesión hasta las supuestas profecías vinculadas a la muerte de Francisco I, las versiones fantasiosas sobre los papas y el Vaticano acompañan a la historia de esa dignidad y son reflotadas cada vez que fallece uno, como acaba de ocurrir.

    Técnicamente, el de Papa es una dignidad, uno de los cargos o mandatos más antiguos, pero con vigencia plena. El Papa es considerado sucesor del apóstol Pedro, obispo de Roma, vicario de Cristo, cabeza del Colegio Episcopal y pastor de la Iglesia Universal en la Tierra, pero, para efectos prácticos, es un jefe de Estado, del Estado más pequeño del mundo que es la Santa Sede o Ciudad del Vaticano. Debido a esta y una larga lista de razones, el cargo está plagado de variopintas versiones y no pocas leyendas.

    Malaquías y sus “profecías”

    Cada vez que muere un papa reflotan las versiones acerca del fin de los tiempos o del mundo. Dos de ellas, en particular, son actualmente vinculadas al fallecimiento del argentino Jorge Mario Bergoglio que ejerció su pontificado con el nombre de Francisco I. Se ha mencionado con insistencia una de las supuestas profecías de San Malaquías que harían referencia al último de los papas, el que precedería al fin de la Iglesia católica e, incluso, del mundo.

    Esa supuesta profecía está en la página 311 del libro titulado “Lignum vitæ, ornamentum, & decus Ecclesiae” (“El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia”) que fue publicado en 1595 por el monje benedictino Arnoldo Wion y cuyo texto es el siguiente:

    “Petrus Romanus, qui pascet oues in multis tribulationibus: quibus transactis ciuitas septicollis diruetur, & Index tremedus iudicabit populum fuum. Finis” (“Pedro el Romano, que apacentará las ovejas en muchas tribulaciones: después de las cuales será destruida la ciudad de Septicolis, y la temible lista juzgará a su pueblo. El fin”).

    Como se puede ver en su latín original y traducción, no existe una relación directa entre “Pedro el romano” y “Francisco el argentino”, pero los amantes del tremendismo de las profecías han querido forzar una traducción en ese sentido. Se intenta, incluso, usar el nombre de Pedro para señalar a los cardenales que tienen ese nombre, entre los posibles candidatos a nuevo Papa, como el italiano Pietro Parolin, el ghanés Peter Kodwo Appiah Turkson o el húngaro Peter Erdo. Si uno de ellos es elegido, esta versión cobraría fuerza.

    Pero si bien el libro editado por Wion existe, el Vaticano no ha respaldado su contenido. Esto se debe, en gran medida, a que, a fines del siglo XVII, el jesuita Claude-François Menestrier demostró que las profecías de San Malaquías no eran tales, puesto que solo había precisión en las referencias a los papas hasta Urbano VII (1521-1590) y, a partir de él, las interpretaciones son forzadas, como estaría pasando con la de Pedro el Romano.

    Papa negro, africano o jesuita

    Tras la muerte de Francisco, otra supuesta profecía que ha vuelto a mencionarse es la del Papa negro y se ha repetido que esto no puede tener un significado literal, sino metafórico.

    Se supone que esa predicción está en las profecías de Michel de Nostradamus que señalan que “Primero vendrá un Papa extranjero, luego un Papa viejo y, finalmente, un Papa negro, y con él, el fin del mundo”.

    Sobre esa supuesta profecía se ha dicho que el Papa extranjero sería Benedicto XVI y el Papa viejo es una referencia a Francisco así que el siguiente en ser elegido tendría que ser un africano, el primero de ese continente. No obstante, existe otra interpretación que señala que lo de “Papa negro” no tiene que ver ni con el color de la piel ni la procedencia del Pontífice, sino que sería una alusión directa a Jorge Bergoglio, puesto que fue el primer jesuita en llegar al Papado y los superiores de esa orden visten de negro. Con esa versión llegan los temores de que Francisco sería el último Papa, así que el fin del mundo estaría próximo a comenzar.

    Hasta ahí, todo parecería encajar y, si se toma en cuenta la versión de Malaquías sobre “Pedro el Romano”, entonces habría una referencia a un Papa africano con ese nombre, lo que apunta directamente al cardenal de Ghana, Peter Kodwo Appiah Turkson, mejor conocido por el nombre corto de Peter Turkson, clérigo que todavía no ha cumplido 77 años y actualmente se desempeña como canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.

    Si se aceptan las cosas tal como se las lee o escucha en los medios, el supuesto vaticinio de Nostradamus es inquietante, pero cuando se lo busca en cualquiera de las 12 centurias que aparecen incluso en la tercera parte de su obra, no se encuentra el supuesto cuarteto antes transcrito.

    El más aproximado es el cuarteto LVI de la centuria V que tiene este texto en su idioma original:

    “Par le trépas du tres vieillard pontife, Sera esleu Romain de bon aage : Qu'il fera dit que le fiege debiffe, Et long tiendra & de picquant ouvrage” (“Por la muerte del muy anciano pontífice, será elegido un romano de buena edad: hará decir que la espada es desafiante, y mantendrá largas y agudas obras”).

    Como se ve, no existen referencias a papas negros, ya sea por el color de la piel o de los hábitos de sacerdotes, en las profecías de Nostradamus. Las interpretaciones en ese sentido son excesivamente libres, al punto que hasta podrían ser etiquetadas como tergiversaciones •

    La fantasía de la papisa

    Las profecías sobre los papas y el fin del mundo no son las únicas fantasías respecto a esa dignidad puesto que, en medio de todas las versiones surgidas en torno a él, la más insólita es la que refiere que uno de los pastores de la Iglesia universal fue, en realidad, una pastora.

    El papa al que se le atribuye el haber tenido originalmente el sexo femenino es Benedicto III que, según la leyenda, fue una persona sumamente inteligente que, haciéndose pasar como hombre, alcanzó el rango de cardenal y así fue elegido papa.

    La versión de Martín de Opava en su Chronicon Pontificum et Imperatum no dice que el papa haya sido Benedicto III, sino Juan VIII, y su versión es la siguiente:

    “Juan el Inglés nació en Maguncia, fue papa durante dos años, siete meses y cuatro días y murió en Roma, después de lo cual el papado estuvo vacante durante un mes. Se ha afirmado que este Juan era una mujer, que en su juventud, disfrazada de hombre, fue conducida por un amante a Atenas. Allí se hizo erudita en diversas ramas del conocimiento, hasta que nadie pudo superarla, y después, en Roma, profundizó en las siete artes liberales (trivium y quadrivium) y ejerció el magisterio con gran prestigio. La alta opinión que tenían de ella los romanos hizo que la eligieran papa. Ocupando este cargo, se quedó embarazada de su cómplice. A causa de su desconocimiento del tiempo que faltaba para el parto, parió a su hijo mientras participaba en una procesión desde la basílica de San Pedro a Letrán, en una calleja estrecha entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente”.

    Una segunda versión corresponde a Jean de Mailly y figura en su Chronica Universalis Mettensis:

    “Se trata de cierto papa o mejor dicho papisa que no figura en la lista de papas u obispos de Roma, porque era una mujer que se disfrazó como un hombre y se convirtió, por su carácter y sus talentos, en secretario de la curia, después en cardenal y finalmente en papa. Un día, mientras montaba a caballo, dio a luz a un niño. Inmediatamente, por la justicia de Roma, fue encadenada por el pie a la cola de un caballo, arrastrada y lapidada por el pueblo durante media legua. En donde murió fue enterrada, y en el lugar se escribió: Petre, Pater Patrum, Papisse Prodito Partum (Pedro, padre de padres, propició el parto de la papisa). También se estableció un ayuno de cuatro días llamado ‘ayuno de la papisa’”.

    Estas versiones son rechazadas por el Vaticano, igual que la que señala que durante un tiempo se impuso la costumbre de palpar los testículos de los papas, denominada “Testiculos habet”, para verificar si eran hombres o mujeres. Al verificar que el elegido por el cónclave era varón, el encargado de la verificación decía “Duos habet et bene pendentes” (“Tiene dos y cuelgan bien”) y los cardenales presentes respondían “Deo gratias” (“gracias a Dios”).

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