El Tinku en los ayllus
Una aproximación a las razones por las que el Tinku no es un rito centrado en las peleas callejeras.
“Ayllu” es una palabra de origen quechua que hace referencia a un grupo de familias, habitantes de un determinado territorio, vinculadas por relaciones de parentesco que se organizan colectivamente para la realización de trabajos, hablan un mismo idioma, comparten una historia de antepasados comunes y profesan cultos religiosos propios. Esta definición es genérica; sin embargo, describe características importantes.
En Bolivia, el Decreto Supremo 23858 del 9 de septiembre de 1994 incorporó en la legislación boliviana la definición de pueblos indígenas como: “la colectividad humana que desciende de poblaciones asentadas con anterioridad a la conquista o colonización y que se encuentran dentro de las actuales fronteras del Estado; poseen historia, organización, idioma o dialecto y otras características culturales con la cual se identifican sus miembros, reconociéndose como pertenecientes a la misma unidad socio-cultural; mantienen un vínculo territorial en función de la administración de su habitar y de sus instituciones sociales, económicas, políticas y culturales” (inciso a), parágrafo II, artículo I del D.S.23858)
En sentido práctico y real, los ayllus son organizaciones sociales precoloniales, vigentes hasta la actualidad, que poseen un sistema político y administrativo propio, validado en cierta medida y reconocido por las leyes bolivianas. Con el pasar del tiempo y las transformaciones históricas y políticas acaecidas, los territorios de los ayllus han sufrido modificaciones: se redujeron y también se fragmentaron. Y, a pesar de todo, han logrado su permanencia.
Actualmente, el reconocimiento a su existencia y el respeto a la libre determinación de las naciones y pueblos indígenas (y dentro de esta definición están comprendidos también los ayllus) está vigente en la Constitución Política del Estado Plurinacional, en sus artículos 4, 30 y 31. Es decir que los ayllus poseen un grado de autonomía frente el Estado boliviano, aspecto que les permite nombrar a sus autoridades, para que estas puedan resolver conflictos internos y protección de su territorio, se encarguen de preservar sus ritualidades, usos y costumbres y algunos de sus principios prácticos de convivencia, que refuerzan sus identidades culturales y su cohesión social. Con estas bases, se ha construido un techo jurídico de protección, fundamentalmente al legado histórico que guardan estas primeras organizaciones sociales de la región andina.
TERRITORIO DE AYLLUS
El Norte de Potosí es un territorio donde se visibiliza la actividad y presencia de los ayllus, comunidades y secciones, como parte de una memoria viviente. El hecho de la fuerza de la práctica, aceptación y valoración social de sus ritualidades, festividades, música, danza, tejidos, artesanía, vestimenta típica y otras celebraciones ha permitido su permanencia y fortalecimiento de identidad. Dentro de estas prácticas socio culturales, están las celebraciones y rituales ancestrales que comparten, en diferentes fechas festivas establecidas en el calendario. Una de ellas, es indudablemente el “Tinku”; es decir, la festividad de los encuentros.
ENTENDER AL TINKU
Por muchos años, se ha limitado a usar el término “Tinku” para nombrar a la actividad de las peleas y contiendas suscitadas con motivos de la Fiesta de la Cruz establecida en el 3 de mayo en Macha. Hoy, gracias a los aportes investigativos, se conoce que la palabra tiene un significado más amplio y profundo. Actualmente, en el criterio de los autores que estudiaron el tema, existe un criterio más atinado, coincidente con la idea de un “encuentro” como la “acción” de realizar momentos de “aproximaciones”, “acercamientos”, “intercambios” y “comparaciones”, en fechas y lugares tradicionalmente establecidos. Se trata también de entender al “tinku” como un relacionamiento que se ha practicado durante cientos de años entre los habitantes de ayllus, comunidades y secciones que llega a plasmarse de diversas maneras: culturales, sociales, religiosas, rituales, etc., producto de los principios de dualidad y complementariedad, combinados con el sincretismo. Es una construcción y reconstrucción del concepto llevado a la práctica espiritual y sociocultural.
El autor Tito Burgoa (2024), al referirse al término “tinku”, señala: “locución que se mantuvo vigente desde la época pre inca hasta nuestros días para referirse con énfasis al acto pacífico de encuentro, entrevista, unión, junta o convergencia de personas o cosas. En tanto que los historiadores, arqueólogos, antropólogos, etc. lo tergiversaron vinculándolo únicamente al término de incidentes violentos de combatir, pelear o guerrear”.
La realidad y la cotidianeidad demuestran que dentro del calendario histórico cultural de Norte Potosí y otras regiones, este tipo de encuentros e intercambios socioculturales se realizan con regularidad, no solamente en el día de la festividad de la Cruz, el 3 de mayo. Al respecto, el autor Flores Peca (2022) describe además otros tipos de “tinkus” y celebraciones, en diferentes fechas festivas, practicadas en toda la extensión del norte de Potosí, como expresión cultural y manifestación latente de la ritualidad y cosmovisión andina, algunas de ellas, son:
-El “Toro Tinku”, celebración donde la parte central es la exhibición y competencia taurina.
-El Warmi Tinku, pelea o contienda de mujeres adultas.
-El Wawa Tinku, pequeñas contiendas en las que intervienen niños, niñas y adolescentes, con la supervisión de sus comunidades, a manera de preparación, diversión y confraternización, enfocado en la transmisión de valores y prácticas socioculturales.
La responsabilidad de la preservación de la celebración de ritualidades recae en las autoridades políticas de los ayllus, comunidades y secciones, así como en las autoridades subnacionales, llamadas a preservar nuestra memoria ancestral viviente, con esencia única en el mundo.
BIBLIOGRAFÍA
Burgoa Coria Tito
“TINKU Gran Fiesta del Encuentro”, Plural editores, 2024 (La Paz-Bolivia) pp. 61
Flores Peca Marco Antonio
“La Fiesta de la Cruz y el Tinku en Macha”, Talleres Gráficos Kipus, 2022 (Cochabamba-Bolivia) pp. 49-63
(*) Marcia Romero es socia de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).